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Disclaimer: Los personajes de Inuyasha no me pertenecen sino a Rumiko Takahashi. Kazou pertenece a mi amiga GabyRodin. Yo los utilizo para diversión.

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. -indica cambio de escena.

Indica el pasado.

—indica tiempo actual-

—"Indica diálogo de bestia interna".-

"Indica pensamientos"

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Todos estaban esperando el primer golpe, Naraku sonreía se creía victorioso. Estáticos cada uno estudiando al enemigo, esperando el descuido de uno para el otro poder iniciar, pero eso no sucedió una oleada de reiki les azotó a todos en la cara dejándoles un poco débil.

— ¡Perra! –gritó Shikaru al ser obligado a dejar su transformación por la poderosa energía sagrada que acababa de entrar en sus cuerpos.

— Lamento llegar tarde. –habló alguien desde el cielo.

— ¡Señora Irasue! –habló sorprendida la loba pelirroja.

— ¡Sabía que tú les habías puesto alerta! –gritó con odio Luke.

La platinada sonrío haciendo que a todos se les pusiera el pelo de punta del miedo que les había invadido con la sonrisa de la mayor.

La batalla comenzó todos atacaban a la azabache como único blanco. Su error. Esto fue aprovechado por todos mientras Kagome resistía Sesshomaru le protegía la espalda uno a uno los atacantes fueron disminuyendo dejando como oponentes finales a Naraku vs Kagome, Sesshomaru vs Luke, Irasue vs Shikaru, Inuyasha y Sango vs Hakudoshi y finalmente Ayame y Miroku vs Kazou. Todos estaban comenzando a agotarse.

La delantera la llevaban al matar a Hakudoshi que se descuido al escuchar a su creador quejarse de dolor. Kazou al ver la muerte del que consideraba su "hermano" su enojo aumentó dejando también con uno menos al equipo oponente.

Todo iba aumentando era candente el escenario. Todos luchaban con sus fuerzas al final Naraku y Kazou eran los únicos que quedaban de pie. Luchando.

— Te dije que perderías. –habló entre risas Kagome lanzando una oleada de reiki protegiendo del miasma a todos sus amigos.

— Yo te dije que tú perderías. –contestó el al momento que uno de sus tentáculos se clavaba en el pecho de su mejor amigo, casi hermano.

Un fuerte berrido se escuchó proveniente de la exterminadora. — ¡Miroku! –ella se dejó caer de rodillas al lado del cuerpo inerte del monje, llenándose de sangre el traje de exterminador.

— Querida Kagome será mejor que te rindas o tus amigos morirán. –rió al sentirse victorioso.

— Eso jamás. –rugió ella.

Tomando la mano de Sesshomaru ambos liberando su yōki y al mismo tiempo ambos se unieron en una sola figura. Era una fusión perfecta entre ambos. Se transformaron en un perro gigante de cabellos blancos con manchas grises. La luna en la frente continuaba ahí, la unión perfecta, un Inu-yōkai sagrado había resultado de su unión. Ahora era más invencible que nunca.

Todos estaban asombrados, incluso la misma Irasue lo estaba, había escuchado sobre aquella transformación pero jamás creyó que fuera verdad pero, ahora todo cambiaba ella estaba ahí viendo a su hijo unido con su pareja predestinada en un solo cuerpo, emanando energía muy poderosa.

Nuestro SecretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora