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Disclaimer: Los personajes de Inuyasha no me pertenecen sino a Rumiko Takahashi. Kazou pertenece a mi amiga GabyRodin. Yo los utilizo para diversión.

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Todo parecía estar en calma, pero Inuyasha no podía decir lo mismo, ya que dos chicas andan detrás de él todo el tiempo. Tanto que había tenido que recurrir a su medio hermano para que ambas chicas le dejaran tranquilo. Ahora él era la mano derecha del general del palacio, gracias a esto las dos chicas no podían estar donde mismo que Inuyasha.

— Kagome ¿Qué se siente saber que dentro de dos días se realizará tu ceremonia de emparejamiento? –preguntó con entusiasmo su dama de compañía, Saipu.

— Me siento la mujer más feliz del mundo. –soltó una risita siendo acompañada por Saipu.

— Que alegría, yo me siendo bendecida por tener a una ama como usted. –espetó con entusiasmo haciendo que la ojimarrón se apenara.

— Lamento interrumpir pero me voy a robar a la novia. –entró Inuyasha con una gran sonrisa sobre sus labios.

Kagome miró a Inuyasha con diversión llevaba su habitual traje rojo pero sobre el llevaba puesta una armadura de Sesshomaru, era completamente gracioso. Su cabello lo llevaba atado en una coleta alta dando un aire de superioridad.

— Que galán, ¿De qué vas disfrazado?

— No te burles Kagome, ahora formo parte de la seguridad del castillo.

— Te sienta bien el cambio. –le guiño un ojo.

— Sesshomaru me mando a por ti, dijo que era urgente. –su rostro se puso serio.

Kagome ya no dijo nada simplemente se concentró en caminar más aprisa para llegar con su compañero, temía lo peor.

"Tranquila Kagome" –había comenzado a sentir nervios y miedo.

Llegaron a la enorme puerta del despacho del ambarino mayor e Inuyasha se retiró dejando a Kagome sola frente a la puerta.

Sesshomaru que estaba dentro se estaba cansado de que ella no entrara algo la inquietaba lo sentía, se puso de pie con la intención de ir y abrir la puerta para que ella entrara pero al instante en que se puso de pie la puerta se abrió dejando ver a una Kagome con las mejillas coloradas.

— ¿Me mandaste llamar? –preguntó mientras ingresaba.

— Kagome de lo que te voy a hablar es de suma importancia. —La aludida solo asintió seria—. Nos emparejaremos en dos días, por lo tanto hoy tienes que beber esto. —le extendió un pequeño frasco con un liquido morado. —Tu beberás todo el contenido de este frasco y yo beberé el de este otro, mi padre los dejó bajo el cuidado de mi madre para cuando tú llegaras, ambos los beberemos hoy, sin embargo no sé qué es lo que hace esto y mucho menos el fin con el que nos lo dieron.

Kagome tomo entre sus delicadas manos el pequeño pomo y miro el contenido lo agitó un poco y no paso nada.

— ¿Lo bebo ahora? –preguntó curiosa.

Él asintió— Lo tenemos que hacer ambos al mismo tiempo.

Ambos se miraron y como si de un brindis se tratara chocaron ambos sus frascos y después se los llevaron a la boca bebiéndolo instantáneamente para al terminarlo ambos hicieron un mohín de asco, el liquido resultó saber de lo peor.

Todo era tranquilidad la noche había caído y Kagome dormía plácidamente sobre su mullida cama disfrutando del silencio que daba la sensación de paz. Por otro lado en la habitación de al lado estaba Sesshomaru que por primera vez en su vida adulta había sido invadido por el sueño como cuando era apenas un crio que dependía de sus padres.

Extrañamente ambos se vieron en un claro con enormes jardines, conocido para él pero desconocido para ella.

— ¿Dónde estamos? –preguntó ella al verle parada ahí frente a él en un lugar que solo él conocía.

— Hay que averiguarlo.

Ambos caminaron Sesshomaru la guiaba sujetándola de la mano, una presencia estaba cercas a ellos una conocida para ambos, pero más para el platinado.

Llegaron a un enorme lago donde en el centro les esperaba una persona de espaldas a ellos, una persona querida por Sesshomaru.

— Padre. –llamó él y al instante el mencionado se viró con una sonrisa en sus labios.

— Al fin han llegado, ya me había enfadado de esperar a que vinieran por mí. –espetó con una sonrisa.

— ¿Qué quiere decir? –preguntó Kagome.

— Qué yo no morí completamente ustedes al beber ese líquido serían traídos aquí y me sacarían de esta cárcel, ya no lo soporto.

— Con que para eso era. –soltó sin más Sesshomaru mientras observaba a su padre.

— Sesshomaru, hijo has crecido bastante. —se aproximó a abrazarle—. Me enorgulleces.

Kagome miraba como su suegro mimaba a su pareja, le parecía lo más tierno, ya que, Sesshomaru era alguien a quien lo le gustaba ese tipo de comportamientos.

Ahora la duda sobre porque ambos tuvieron que beber aquel liquido amargo se resolvió por completo.

— Tenemos que regresar, la guerra va a comenzar. –espetó serio el general Taisho.

— ¿Qué guerra? –pregunto Kagome con extrañeza.

"Hemos vencido a Naraku ¿No?" –Se preguntaba mientras el mayor no respondía.

— Lo verán cuando lleguemos, ahora deben despertar pero ambos tienen que tomarme de las manos.

Y sin chistar lo hicieron pero no resultaba tan fácil el despertar, ambos estaban disfrutando de su descanso hasta que algo en el exterior del castillo resonó en todo el lugar haciéndolos despertar, una explosión.

— ¡OI Sesshomaru! –gritaba Inuyasha desde el pasillo venía a toda prisa.

— ¿Qué sucede? –preguntó con fastidio.

— El bastardo engendro de Naraku nos ataca. –espetó con miedo.

Kagome al instante salía con su traje de batalla, muy parecido al de Sesshomaru con una armadura igual puesta protegiendo su pecho, estaba lista para la batalla.

— Vamos, no perdamos tiempo. –habló el general Taisho a espaldas de Sesshomaru.

— ¿Quién es él? –preguntó Inuyasha estaba sumamente extrañado.

— Inuyasha, hijo que gusto verte, si que has crecido. –habló con una enorme sonrisa sobre sus labios, el rostro de Inuyasha se descompuso, lagrimas comenzaron a salir de sus ojos al ver a su padre ahí parado frente a él.

— Más tarde podrán saludarse ahora tenemos que evitar que destruyan MI palacio. –demandó hacia ambos que comenzaron a caminar detrás de él y Kagome hasta llegar al jardín.

— Kagome. –llamó Sango al divisar a su amiga llegar, ella estaba alterada.

— ¿Qué sucede Sango?

— Lo han revivido. –habló mientras las lagrimas le invadían sus ojos marrones.

Kagome comprendió al instante.

— ¿Qué sucede? –preguntó Sesshomaru sin comprender.

— Han revivido a Miroku. –habló Kagome con voz neutra.

¿Qué pasará?

¿Quieren un capitulo mañana?

No se olviden de comentar y dejar sus sugerencias.

Sayonara RT.


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