Will conducía a toda prisa, agarraba tan fuerte el volante que los nudillos se le pusieron blancos. Le puse una mano en el brazo y bajó la velocidad, aunque tampoco mucho.
-Tranquilizate Will, ¿vale? No pasa nada. Ya no está aquí.
-Deb, si me entero de que te vuelve a hacer algo yo... No sé cómo me he podido controlar.
Miré hacia delante y solté un suspiro. Yo no quería dejar a Darío.
-Sé lo que piensas. Estás pensando en él.
-Will, le quiero. No sé cuánto ni cómo, pero le quiero. Y siempre ha sido así.
Paró de golpe justo en un sitio que había libre y dejó caer la cabeza en el volante. Sus anillos relucían con el sol.
-No lo entiendes. Hay más cosas ahí fuera. Alguien que te ame de verdad. Alguien que no te quite el móvil. Alguien que te cuide, te quiera, te proteja y te abrace por las noches.
-Will...
-Alguien que se invente un mote por ti. Alguien que va a buscarte a casa y se toma un helado contigo.
-Para.
-No quiero parar. Tú sabes de qué va esto. Si me quieres aceptar, aquí estaré. Si no, espero que seas feliz con Darío.
Cogió otra vez el volante y en cinco minutos estuvimos a la puerta de mi casa. Cuando me iba a bajar del coche, Will me cogió la mano. Me tiró otra vez al asiento y me atrajo hacia él, hasta que nuestros labios se juntaron. Enredó su mano en mi pelo y me soltó.
-Tenía que hacerlo, aunque sólo fuera una vez.
Entonces se fue, dejándome con la palabra en la boca, sin saber qué hacer ni decir.
-Deb, ¿eres tú?
Darío hablaba desde la cocina. Caminé sin ganas hasta el salón, y allí me tiré en el sillón.
-Deb, quiero una explicación.
-No hay nada que explicar, Darío. Yo te
quiero a ti.-Menos mal.
Me atrajó hacia él y me dio un fuerte abrazo.
-Temía que me dejaras por ese gilipollas de Will.
Me aparté bruscamente de él y lo miré a los ojos.
-¡No le llames así!
-¿Ahora le estás defendiendo? Creía que me querías.
-Una cosa es que te quiera y otra muy diferente es que puedas insultar a mi amigo.
-¿Tu amigo? ¡Te prohibo que ese idiota sea tu amigo!
Puse una cara divertida y me reí.
-¿Que me lo prohibes? No puedes prohibirme nada, no soy de tu propiedad.
Will, ven a buscarme por favor.
5 minutos máx.
-Puedo y te lo prohíbo. No me gusta ese tipo.
-Que tú seas idiota y no hayas sabido apreciar la maravillosa persona que es, no significa que sea idiota. Aquí el único idiota que hay eres tú.
Darío puso una mueca horrible y me cogió del brazo, hasta tenerme contra la pared.
-¿Me has insultado?
Me agarró más fuerte del brazo.
-¿En serio te atreves a insultarme? Ahora sí que nos vamos a divertir.
Me agarró del muslo y se acercó más a mí, hasta que nuestras respiraciones fueron una sola. Entonces me besó de la manera más asquerosa posible.
De repente, se apartó bruscamente y alguien le golpeó contra la pared que tenía al lado.
-¡Will!
Fui corriendo a abrazarle. Nunca me había alegrado tanto de verle. Me di la vuelta y Darío estaba en el suelo, tirado y sangrando un poco por la nariz.
-¡Esto no quedará así, Will!
Will me cogió de la mano y nos fuimos fuera, dejando a Darío en el suelo.
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Ella sabe muchas cosas
RomanceElla sabe muchas cosas. Sabe que está saliendo con su mejor amigo. Sabe que a lo mejor ella no está enamorada. Sabe que se aburre en su relación. Y sabe que necesita experiencias nuevas en su vida.