Llorar es bueno.

90 1 0
                                    

Niall se dejó caer en su cama pesadamente. Miró fijo al techo y se preguntó si era posible que lo que pasó con Allison, solo hubiese sido un sueño. Había llegado a su casa y se había bañado y cambiado.

No, no había sido un sueño. De verdad había pasado, y fue lo mejor que le pasó en la vida. Sonrió y escuchó como la puerta de su habitación se abría. Levantó la cabeza y lo miró.

David, su padre, se acercó con cuidado a la cama y se sentó a su lado. 

- Me dijo mamá que llegaste hace un rato – le dijo él.

- Si – le dijo y sonrió tontamente – Lamento no haber llamado, para avisar que no vendría a dormir...

- Tranquilo, se porque fue – dijo y sonrió cómplice. 

Niall se sentó sobre sus codos y lo miró.

- ¿Cómo lo sabes?

- ¿Acaso crees que no fui joven? – le preguntó y palmeó su hombro – Hijo, yo también tuve mi graduación...

- Ya – dijo Niall sonriendo divertido – No quiero saberlo...

- ¿Cómo se llama? – dijo David.

- ¿Quién?

- La chica.

Niall tragó sonoramente. No podía decirle a su padre que... lo había hecho con Allison. Eso no sería apropiado, ni de caballero.

- Eso... no tiene importancia – le dije.

- Claro que la tiene, ¿la conozco? 

pensó el azulino.

- No, no la conoces – le contestó.

- ¿Te cuidaste, verdad?

- Claro que si.

- Bueno, entonces todo esta bien. Todo está en orden. Y mejor no le digamos nada a mamá. Ya sabes como es, se pondrá insoportable y querrá saber todo – dijo divertido.

- Si, por dios. No le digas nada – le pidió el azulino.

David sonrió y se puso de pie. Caminó hasta la puerta, pero antes de salir se giró a verlo.

- ¡Ah, casi lo olvido hijo! Ya tengo tus pasajes para Londres, te vas dentro de 2 semanas.

Niall se sentó rápidamente en la cama y lo miró fijo. 

¿Dos semanas? ¿Dentro de dos semanas?

Pero no, eso no era posible. 

Se puso a pensar un poco y se dio cuenta de que ya casi estaba terminando el año. Miró de nuevo a su padre y sintió como su boca se secaba.

- ¿Pasa algo Niall? – le preguntó David.

- Mmm, no nada – dijo él y se puso de pie – No me di cuenta de que ya... ya estaba llegando esa fecha.

- Si, lo se. Es extraño. Los meses pasaron volando. Pero ya verás que todo saldrá bien. Irás a estudiar a la Universidad que querías y conocerás gente nueva... una ciudad distinta. Ya hablé con el rector de la Universidad, y dicen que están ansiosos por recibirte.

- Bien por ellos – susurró el azulino. 

- Bueno hijo, debo irme a hacer unas cosas a la oficina. Nos vemos en la noche – le dijo y salió de allí dejándolo totalmente desconcertado.

¿Irse? ¿Ya tenía que irse? ¿Qué iba a hacer él si se iba y no volvía a verla a ella? ¿Cómo iba a poder soportarlo?

Pero por un lado estaba su padre, el hombre que siempre le dio todo en la vida y le enseño a ser un hombre de bien. No podía fallarle a su padre.

The first love always hurt ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora