Capítulo 15

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Había pasado como 20 horas durmiendo, o eso parecía. Cuando me levanté tenía los ojos hinchados, el pelo alborotado y un hambre mortal.

Me hice un vaso de leche con cereales, y cuando fui a la dejar el plato en el lavadero, me di cuenta de la catástrofe que había cometido.

-¡Soy idiota!¡A quién se le ocurre irse de vacaciones sin lavar la vajilla!¡Madre mía!

Ahora tendría que ponerme a limpiar, no sólo la vajilla, si no también la casa. El polvo no se iba a quitar sólo.

A las 2 ya había terminado, y cuando iba a encargar una pizza, me llamó mi novio.

-No tengo mucho tiempo, vístete, no te arregles mucho, tengo una comida y la mayoría llevan acompañante, te recojo a las 3 en punto. Te quiero.

Y colgó dejándome con la palabra en la boca.

Sólo tenía una hora, me duché  y me lavé el pelo, mientras me lo cepillaba iba escogiendo la ropa.

Me puse un vestido negro ceñido en la cintura, unos tacones negros altos, unos pendientes de perla y me sequé el pelo, peinándome sólo con la raya en medio. Me puse rímel y me puse brillo en los labios.

 Me puse rímel y me puse brillo en los labios

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Eran las 15:04, un coche sonó fuera. Salí y era Saúl.

-Hola amor.-Me dió un beso en la mejilla, sabe que cuando voy maquillada no me gusta que me bese por se me quita el pintalabios.

-Hola, Saúl. ¿Donde vamos?

-Vamos cerca de Gran Vía, a un restaurante. Es como una comida de equipo, pronto empezamos la pretemporada, es el último año del Calderón y Simeone quiere que todo salga perfecto.

-¿Y las mujeres que hacemos allí?

-En realidad sólo vais tú y Bea. El Cholo nos dijo a mi y a Koke que la trajésemos.

-Mmm...

Llegamos y todo se basó en presentaciones, besos y charlas sobre la Eurocopa y la futura temporada.

Bea se me acercó.

-¿Míriam? Sí, no hay otra, jajaja. Soy Bea, la novia de Koke, encantada.-Me dio dos besos.

-Yo soy Míriam, novia de Saúl.

-Lo sabemos todos, ¡Saúl no se atrevía casi a hablarte! Al final habéis acabado juntos, ¡justo como yo predije!

-Vaya...

-Bueno, mueve esas bonitas caderas hacia allá, que el míster quiere hablar contigo.

Me dió una palmada en el culo y señaló una mesa, un poco apartada donde se encontraba Simeone.

-Buenas tardes. Soy Míriam, ¿querias hablar conmigo?

-Exacto, Diego Simeone, encantado.-Me dio dos besos-Queria decirte algo...El club necesita publicidad, necesita que la gente hable de él, y siendo tú periodista, podrías hacer que eso fuera fácil, ¿no?

-Supongo que sí. Podría pedir mas minutos para hablar sobre el Atleti, y podría salir más en público con Saúl y así también se fomentaría en la prensa del corazón.

-Perfecto preciosa. ¿Qué quieres a cambio?

-¡Nada!¡Faltaría más!

El día transcurrió tranquilo, la comida de equipo acabó sobre las 7, y pasé el resto de tarde en casa junto a Saúl.

Sólo quiero ser tuyo (Saúl Ñiguez)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora