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x I: El sueño x

San Francisco "En la actualidad"

Penélope Turner

Estaba sola en un claro de un bosque lleno de grandes árboles de más de dos metros.

No sabía donde me encontraba, ni tampoco como había llegado.

De pronto una llama cálida de fuego surgió de una flor blanca y delicada, contra más grande y fuerte era el fuego más dejaba de ser una flor preciosa. Esta flor se convirtió en un rosa negra, marchita y el fuego se extendió al resto de flores, haciendo que a estas le ocurrieran lo mismo que a la anterior.

En pocos segundos, me encontré en un prado rodeada de rosas negras y sin vida.

Asustada, por el tamaño del fuego, corrí bosque dentro.

Veía como las llamas me perseguían y se extendían por los grandes árboles.

Llegué a una especie de casa en ruinas y me adentré para intentar que el fuego no me atrapara.

El interior de la casa era muy oscuro y antiguo.
Vi una puerta que destacaba de las otras al ser más grande y estropeada, la abrí y dentro ... dentro ...

--¿Qué hay dentro, Penélope?--
El Doctor McDaniel me observa atento.

--No-no lo sé, allí acaba mi sueño--
Titubeo, mientras bajo de la camilla.

--No te preocupes, estamos avanzando--
El doctor sonríe sin enseñar los dientes.

Esa sonrisa me provoca un escalofrío por todo el cuerpo.

--¿Ya hemos acabado?--
Pregunto tomando mis cosas.

--Sí, querida--
Él deja sus gafas de vista sobre el escritorio y se despide de mí.

Salgo de la consulta.

Sinceramente, no es de mi gusto tener que contarle todas mis intimidades a un extraño y más si este se dedica a analizarlas.

Todos los Lunes, después del instituto, tengo que venir con "El Sabio Doctor McDaniel" o, al menos, así es como lo llaman mis padres.

Según ellos: "Una señorita no debería estar atormentada por malos sueños". En el fondo seguramente piensan: "No sabemos que hacer con la loca de nuestra hija y por eso le buscamos un psicólogo".

Ellos siempre tan refinados y estirados.

Al salir del edificio observo que mi hermano mayor o, mejor dicho, hermanastro, me esperaba en los aparcamientos con su deportivo.

--¿Cómo te ha ido?--
Pregunta Max sonriendo.

--Bien...--
Contesto secamente.

--Volvamos a casa, pequeña gruñona--
Rie mi hermano, mientras yo suelto una pequeña carcajada.

Él siempre me llama por ese apodo.

Just Dark II El Despertar IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora