x III: La magia elemental x
{Anteriormente}
--Sólo quiero que sepas, que para cuando estes lista, siempre tendrás a una madre para tí--
Dice ella, mientras sus ojos se cristalizan.Yo asiento y corro a abrazarla.
{Actualmente}
Después de haber tenido esa conversación con Perséfone, ella me explicó todos los sucesos de estos dieciséis años;
En primer lugar, comenzó con la guerra entre los hermanos...
<<Zeus y Poseidón se empeñaban en encontrar a Hades y derrocarlo, aunque, todos sabemos que Zeus era el cabecilla del grupo y Poseidón no era más que un títere que Zeus manejaba a su antojo.
Supuestamente, yo soy la salvación del inframundo, al igual que Hécules, el niñito mimado de Zeus, lo era para el Olimpo.
Mis poderes empezaron a desarrollarse cuando cumplí diez años, sólo que no surgieron hasta los dieciseis.
Existen distintos tipos de magia;
La magia luminosa, es aquella que heredan las criaturas sobrenaturales o simples humanos con genes de estas.
La magia oscura, es aquella que heredan seres de magia luminosa con genes oscuros o criaturas corrompidas por su oscuro corazón.
Es difícil nacer con magia oscura, ya que la mayoría muere al no soportar su corazón tal poder.
Sin embargo, la magia luminosa es una de las más comunes y que tienen la mayoría de los seres sobrenaturales.
Existen excepciones, como la magia elemental;
Este tipo de magia es una de las más peligrosas y, a su vez, más poderosas. La magia elemental consiste en el dominio de los 4 elementos: Agua, fuego, Tierra, Aire.
Surge dos siglos después de que el último ser con este tipo de magia muera.
Sólo los dioses tienen en sus genes células que transmitan dicha magia. Los demás seres que tengan este tipo de magia no podrán heredarla sus descendientes, a no ser que seas un dios.
En mí caso, Hades posee la magia elemental fuego. Perséfone me avisó de que en mis genes llevo dicha magia y que sería una muy buena adversaria contra Zeus, ya que él sólo posee la magia elemental aire...>>
--Es hora de que Hades te conozca, pequeña--
Esas palabras hacen que mis piernas tiemblen.No estoy muy convencida de quel Dios de la muerte pueda llegar a parecerse a un auténtico padre.
--No temas, seguro que te aceptará. Al igual que yo, él te echó mucho de menos--
Yo sólo asiento y sonrío falsamente.Ella comienza a caminar, yo me limito a seguirla en absoluto silencio.
--Parece que toca esperar--
Dice Perséfone mientras se para frente a una gran laguna llena de agua verde.Al acercarme, observo que lo que creía que era una laguna es un frondoso río lleno de agua verde y escalofriantes ¿extremidades humanas?
--E-eso son ¿manos?--
Pregunto con una mueca de desagrado.Ella sólo asiente tranquilamente.
Al instante, una niebla cegadora desciende hacia nosotras, acompañada de gritos y lamentos de sufrimiento.
Del fondo del río una figura alta y tenebrosa, se acerca en una barca desgastada y antigua.
A tan sólo unos metros de nosotras, puedo apreciar que esa figura lleva una gran capucha negra y guantes blancos.
--¿Lista?--
Me pregunta Perséfone, mientras sube a la barca, recogiendo su largo vestido.--Podría decirse así--
Respondo tragando en seco.Cojo un poco de impulso y con agilidad me subo a la estrecha barca.
El encapuchado extiende su siniestra mano y espera unos instantes.
Perséfone deposita en ella una pequeña moneda dorada y con un extraño acabado.
La barca se pone en marcha y mientras el encapuchado rema, yo observo el desolado "Valle de las almas", al menos, así lo llama Perséfone.
En el agua se aprecian varios espíritus vagando tristemente.
Todos y cada uno de ellos intentan subir a la barca, pero en el momento en el que tocan la superficie, sus manos se vuelven arrugadas y débiles.
Llegamos a una especie de isla con arena rojiza y caminos de piedra.
El cielo es de color sangre y a lo lejos una gran luna amarilla adorna el firmamento.
Yo me limito a seguir a Perséfone hacia las humildes calles.
En las calles, miles de rocas en llamas y de casas en ruinas nos esperan.
Muchas personas trabajan; unas arando la tierra, otras fabricando telas y vestidos, etc...
Lo que más me inquieta, es la expresión de tristeza y desolación en sus rostros.
Al acercarnos, los habitantes nos miran con espanto y se van dispersando.
--¿Te tienen miedo?--
Pregunto asombrada.No logro comprender como una persona tan dulce como Perséfone, pueda generar tal miedo.
--Nos tienen miedo--
Corrige ella.Yo observo a mi alrededor con el ceño fruncido y alzo la ceja, al ver como todos me respetan.
Perséfone ríe.
--¿Soy chistosa?--
Pregunto seria.Ella sólo suelta una última carcajada.
--Te pareces tanto a él--
Responde la ninfa.--¿Se supone que eso es un cumplido?, para mí, parecerme al Dios del inframundo no es un cumplido--
Anuncio de brazos cruzados.De pronto, una voz aspera y gruesa, resuena tras de mí.
--¿¡Cómo osas dirigirte a mí de esa manera!?--
Gruñe aquella voz.Me giro rápidamente y logro apreciar a un hombre corpulento, alto, de ojos azules y pelo azabache.
--¿Quién eres, mocosa?--
Interviene el hombre.Yo me lleno de valor y decido contestarle.
--Mi nombre es Penélope Turner y no soy ninguna mocosa--
Contrataco con valentía.Aunque por dentro estuviera temblando.
--¿Penélope?--
Pregunta él.--Mi pequeña--
Vuelve a hablar de nuevo.--¿T-ú eres mi padre?--
Tartamudeo confusa.Al mirar sus ojos, puedo apreciar que son idénticos a los míos.
--Te he extrañado tanto--
Anuncia abrazándome.Al rato de estar así, me incómodo un pelín.
--No me gustan los abrazos--
Decimos Hades y yo al unisono.Puedo escuchar una pequeña carcajada de Perséfone a lo lejos.
Y escucho una pequeña frase de sus labios;
"Tan distintos y tan iguales a su vez"
—Itsdemons—
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Just Dark II El Despertar II
FantasyLos dioses y la mitología no eran más que una escusa para explicar lo inexplicable , o al menos eso nos han hecho creer en toda nuestra existencia ... ¿Y si estos seres existen? ¿Y si controlan nuestro mundo? ¿Y si magos , dioses , vampiros , hombre...