04. Corriendo por mi vida

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Capítulo 4


Corriendo por mi vida.


El día de mi incidente con la comida, después de devolver todo lo que había ingerido en ese día, con Alise nos dirigimos a la enfermería, la enfermera me reto, por haberme tomado toda la sopa de un viaje, ya que yo no estaba acostumbrada a comer ese tipo de comidas, y es verdad, en mi antiguo internado, la comida no era mala, porque simplemente te daban un plato de ensalada todos los días. Si, creo que por eso todas éramos tan delgadas. Y además me dio unas pastillas para el dolor estomacal.

Ya ha pasado una semana desde que ingresé al internado, los chicos, siguen siendo igual de amigables y graciosos, como la primera vez que hablé con ellos, a pesar de que solo he convivido una semana con ellos, les he estado agarrando confianza, Amalia, sigue igual de cerrada y tímida, pero la verdad creo que no le caigo muy bien, porque cada vez que me acerco a ellos, ella se aleja con alguna excusa.

(...)

En este momento, me encuentro caminando por los pasillos, buscando a los chicos, si es que todavía no se han levantado.

Cercano a los casilleros, se encuentran Alise y Amalia, conversando animadamente, todavía no se han dado cuenta de mi presencia, Amalia se encuentra de espaldas a mi, por lo que todavía no se da cuenta de que me encuentro a unos metros de distancia que ellas, Alise, rápidamente me ve, y me regala un sonrisa, que yo inmediatamente le devuelvo.

Al posicionarme al lado de Alise, le regalo una sonrisa amistosa a Amalia, y ella me devuelve la sonrisa un tanto incomoda.

—Nicole, estaba hablando con Amalia, sobre el trabajo de Álgebra, ¿Lo realizaste?

—Si, estuve todo el fin de semana quebrándome la cabeza con los ejercicios, encontré bien complicados algunos, y ustedes, ¿Ya los hicieron? —le respondí a Alise.

—Yo sí, y la verdad, también me quebré la cabeza con algunos, pero los pude terminar —comentó Alise, después, observe a Amalia, esperando su respuesta.

—Si, no me demore nada en terminarlos, los encontré fáciles —susurró, mientras observaba el suelo.

Me parece raro sus actitudes, actúa como si le fuera a ir a hacer daño.

Alise le sacaba conversa, mientras ella aún hablaba bajo, pero ahora, la miraba fijamente a ella.

Mientras ellas conversaban, yo levanté bruscamente mi mano, al ver como un pequeño bicho, se apoyaba en ella.

Alise, debido al acto que realice hace pocos segundos, retrocedió totalmente asustada, como si le fuera a hacer daño.

—Hey, tranquila, tenía un bicho en mi mano, no te iba a hacer nada —le dije en un tonto intento de que se tranquilizara, mientras me acercaba a ella.

Ella solamente retrocedió a un más.

—Yo, lo siento, tengo cosas que hacer —nos dio la espalda, mientras se iba, susurrando lo suficientemente fuerte, para que Alise y yo la escucháramos.

Después de perderla de vista, observe a Alise confundida, pero ella me observó de igual manera.

—¿Que fue eso? —pregunté a Alise confundida.

—No tengo ni idea, actuó como si le fueras a pegar —habló ella observando todavía por donde se había ido.

—Cuando tú la conociste ¿Era igual que ahora con los desconocidos?

—No, de hecho, era de lo más extrovertida, conversaba con todo el mundo, por eso nos hicimos amigas, porque ella se acercó a hablarme.

—Que raro..., y ¿Cuándo se volvió más cerrada?

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