¡Hola! Antes que nada quería que me disculparan, falta poco para el cierre del trimestre en la escuela y estoy HIPER atrasada con los trabajos, así que estaba intentando concentrar todo mi esfuerzo en ello.
Les dejo el siguiente capítulo~
***
El primer día de Katsuki no fue bueno.
Mi día tampoco había comenzado bien. Primero, mi mamá me arrinconó en la cocina. Estaba engullendo cereales mientras leía la parte de atrás de la caja (esos laberintos cada día se vuelven más difíciles, lo juro).
— Así que — dijo mamá de tal manera que me hizo levantar la mirada con las cejas ya en alto—. Katsuki va a empezar la escuela hoy.
— ¿Hoy?— repetí—. Pero está lloviendo.
¿Qué tiene que ver eso?, pensé de inmediato, justo cuando mi mamá me preguntó:
— ¿Qué tiene que ver?
— No lo sé, ¿no debería estar soleado? Que llueva en tu primer día no es un buen augurio. Este no es un cielo de buen presagio.
Mi madre me miró detenidamente.
— ¿Estuviste bebiendo café otra vez?
Sí. No se tenía que enterar.
— Así que es el primer día de Katsuki— comenté con rapidez ignorando su pregunta—. ¿Entonces?
— Sería bueno que fueras amable con él.
— Pensé que teníamos que darle espacio. Y si no fuera así, ¿por qué no sería amable? — pregunté y añadí—: Soy muy amable. Soy amable con todos los que merecen mi amabilidad.
— Me refiero a que no será una transición fácil para él.
— Entonces tengo que ser amable, pero no tengo que decirle que estoy siendo amable.
— Izuku. Es probable que esté nervioso.
— Debería estar nervioso— balbuceé. Katsuki estaba por comenzar el primer día en una escuela pública siendo casi una celebridad. Y, en general, atraer ese tipo de atención en la secundaria era desastroso.
— ¿Qué?— preguntó mi mamá.
— Nada— respondí entre dientes.
— Bueno, ya sé que Maureen está devastada. Esta convencida de que Keith entrará al campus y hará desaparecer a Katsuki de nuevo. Le dije que eso no iba a suceder y que Katsuki necesitaba ir a la escuela, volver a la rutina, pero ya conoces a Maureen.
Me pregunté si mamá se daba cuenta de que yo seguía en la habitación.
— En fin— dijo de repente—. Sé amable con Katsuki—. No era una pregunta.
— Sí, voy a ser cortés con Katsuki. ¿Quieres que le lleve los libros, o le abra el jugo en el receso?
Mi mamá trato de lanzarme su pequeña toalla de cocina, pero yo estaba dejando el tazón en el fregadero y pude esquivarla.
— ¡Ah, por poco! — grité—. ¡Qué mal, qué lastima! Tú deberías ser más amable conmigo. ¡Sigue tus propios consejos!
— ¡Conduce con cuidado!— gritó a mis espaldas. Se notaba que estaba tratando de no reírse— ¡Que tengas un día glorioso en la escuela!
Ahí está, ¿estás contenta ahora?
— Exultante— contesté—. ¡Adiós!
Una vez fuera, encendí el auto y lo dejé en marcha durante un minuto mientras me acomodaba y arrojaba el bolso en el asiento trasero. En realidad, era una minivan azul usada que mis papás me habían regalo para los diecisiete, era como la versión fea de la espectacular camioneta VW de Tenya. ''¡Para mi hija perfecta!'', había dicho mi mamá ese día, lo que me hacía sentir culpable porque la estaba usando para escaparme e ir a surfear.
''¿No quieres algo más... deportivo?'', me había preguntado mi papá en la concesionaria. Pero yo había hecho los cálculos y sabía que mi tabla entraría perfectamente en ese auto. Y había estado en lo cierto.
La lluvia caía con más fuerza ahora, y formaba riachuelos de suciedad, arena y sal que me bloqueaban la visión. Activé los limpiaparabrisas un par de veces, y luego bajé las ventanillas de adelante para, al menos, poder ver hacia afuera.
En la entrada de su casa, Katsuki estaba haciendo lo mismo desde el asiento del acompañante en el coche de su mamá.
Nuestros ojos se encontraron cuando Maureen encendió el motor.
Estaba hablando con Katsuki mientras se ponía lápiz labial y se miraba en el espejo retrovisor; tenía los ojos fijos aun cuando la mano le temblaba un poco. No podía escuchar todo lo que estaba diciendo, pero unas pocas palabras sobresalieron: actitud positiva, darle una oportunidad, tener que intentar.
Es probable que mi mamá la hubiera ayudado a escribir ese discurso motivacional.
Katsuki todavía me estaba mirando; ninguno de los dos subía la ventanilla. Se lo veía somnoliento y cansado, como yo. Me pregunté si necesitaba un café. ¿Tomaba café siquiera?
Maureen colocó el lápiz labial en el estuche y lo guardo en su bolso antes de fruncir el ceño y arreglarse el cabello mirándose al espejo (la lluvia no nos estaba haciendo ningún favor en materia de peinados). Katsuki todavía no había desviado la mirada. Su rostro era inescrutable, igual a esas fotos suyas que estaban en las bases de datos de niños perdidos y que mostraban la progresión de edad. No había forma de leerle las expresiones, y era... extraño.
Así que me puse bizca y le saqué la lengua.
En el momento que hice eso, me di cuenta de que era una idiota. Una idiota de primer nivel que claramente no tenía idea de cómo interactuar con las personas, o cómo subir la ventanilla y evitar que la lluvia entrara en el auto, si vamos al caso. ¿Quién se pone bizca mirando a otra persona? Niños de cuatro años. Niños de cuatro años y aquellos que necesitan lentes correctores.
Pero el rostro de Katsuki de repente dejó entrever una sonrisa confundida, como sí no hubiese estado seguro de lo que estaba viendo, pero le gustaba de cualquier forma. Levantó las cejas mientras subía la ventanilla y yo hice rápidamente lo mismo, con las mejillas al rojo vivo.
YOU ARE READING
Izuku & Katsuki
Fiksi Remaja|Adaptación de Emmy&Oliver - Genderbend| Un solo día puede cambiar todos tus planes. Y aunque no sea por tu culpa ni tu decisión, sufrirás las consecuencias... ¿para siempre? Deku solo pretende hacerse cargo de su propia vida. Katsuki necesita...