Capítulo 6.

265 35 32
                                    

N/A: ¡Lo prometido esta aquí! Espero que lo disfruten, por cierto, habrá actualización cada miércoles <3.

***

Había estado cuidando a Nora y a Molly de vez en cuando en los últimos seis meses. Había sido mi idea. Necesitaba el dinero para comprarme una tabla y traje de surf, porque los viejos ya no me entraban, y Maureen me había pedido que cuidara de las niñas esa noche para que Rick y ella pudieran tener una cita. A juzgar por la tensión que siempre parecía haber entre ellos, necesitaban esa cita con desesperación.

- Ah, hola, Deku. ¡Hola! - exclamó Maureen cuando me vio entrar por la puerta trasera. Estaba revoloteando en la cocina, apilando periódicos y revistas sobre la mesada, antes de acomodar los cojines del sillón. Su casa siempre había estado impecable, incluso después de que nacieran las mellizas. Mi papá dice que es muy controladora.

Mi mamá siempre decía en su defensa: ''Bueno, pero ¿no serías igual si hubieran secuestrado a tu hija? Tienes que hacer algo, aunque sea limpiar''.

- ¿Eso harías si yo desapareciera? - le había preguntado con incredulidad -. ¿Limpiar?

- Es una metáfora, querida.

Me parece que mi madre no entiende el significado de la palabra ''metáfora''.

- ¡Hola, Deku!

- ¡Hola, Deku!

Levanté la vista hacía las mellizas, que me estaban mirando desde el pasamanos de la escalera.

- ¡Hola, chicas! - saludé -. ¿Qué andan haciendo allí arriba?

- ¡Jugando a los espías! - susurró Nora de tal forma que, sin querer ser demasiado crítica, no parecía propio de espías en absoluto. Al lado de ella, Molly asintió.

Molly definitivamente tenía más posibilidades de trabajar en la CIA.

- Dejé dinero para pizzas en... - comenzó Maureen.

- ¡Pizza! - gritó Molly levantando el puño

- ¡Pizza! - repitió Nora.

- ... y Katsuki está arriba por si necesitan algo. Rick todavía está en el trabajo, así que me voy a encontrar con él y... - su voz se fue apagando a medida que limpiaba las migajas de la mesa, que estaba casi inmaculada -. Ay, no sé. No sé si debería salir hoy a la noche.

La celebración de pizzas se detuvo de inmediato.

- Deberías ir - dije -. Estaremos bien. Vamos a hacer cosas increíbles, muy divertidas. ¿No es cierto, chiquillas?

- ¡Sí! - exclamó Nora.

- No soy chiquilla, soy grande - anunció Molly mientras bajaba de la escalera -. Y quiero pizza.

Maureen respiró hondo.

- No sé si no es muy pronto. El terapeuta dijo que es importante atenerse a una rutina, pero...

Nora se acercó para aferrarse a mi pierna. Era probable que tuviera las manos pegajosas, así que traté de despegarme de ella sin hacer ninguna mueca.

- El terapeuta dijo que yo soy muy buena coloreando - exclamó Nora inclinando la cabeza hacia arás para poder verme -. ¡Puedo ver el interior de tu nariz!

La separé de mí.

- Maravilloso - dije -. Vayan a jugar a las espías con Molly. Hagan de cuenta que estamos en 1980, en la Guerra Fría. Y, Maureen, tranquila. Vamos a comer pizza, mirar la televisión u otra cosa y luego se irán a la cama. Así de fácil.

Izuku & KatsukiWhere stories live. Discover now