Capítulo 2: 1/2.

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Antes de comenzar, les comento que esta historia al ser una adaptación cuenta como un AU, hay mucha información del libro que tuve que acortar para que quedase ''prolijo'', además de cambiar distintas cosas. 

¡Gracias por leer!

***


Recuerdo que era un martes, porque había ido a surfear esa tarde. Siempre salgo los martes porque mis padres trabajan hasta tarde ese día, lo que me hace más fácil esconder la tabla en el coche. Esa tarde, había estado muy calma, el cielo brumoso y las olas no llegaban al metro de altura, y me estaba enjuagando en la ducha al costado de la arena cuando escuché que alguien gritaba mi nombre:

- ¡Deku! ¡Deku! ¿Dónde está? ¿Está aquí? – levanté la mirada desde el final del camino y vi que mi mejor amiga, Uraraka, venía llorando hacia mí.

Tenía el cabello enmarañado, tan enredado como el mío después de haberlo sumerido en agua salada y aire de mar durante algunas horas, y corría descalza hacia mí, los zapatos colgándole de la mano. La playa entera se detuvo para verla bajar la colina a toda velocida, y escuché que un surfista le decía a su amigo: ''¡Es rápida!''.

Salí del agua con el corazón acelerado. ¿Eran mis papás? ¿Un accidente? ¿Dónde estaba nuestro amigo Tenya? Ay dios, era Tenya. ¡Algo le había ocurrido a Tenya!

- Deku – dijo, y había algo escalofriante en sus ojos, salvajes, esperanzadores y aterrorizados al mismo tiempo.

Nunca antes la había visto así, y es probable que no la vuelva a ver en ese estado nunca más.

- Deku – volvió a decir-. encontraron a Katsuki.

Es raro. Uno piensa cómo va a reaccionar al escuchar determinadas frases. Encontraron a Katsuki. Y, sin embargo, cuando al fin escuchas esas tres palabras a las que les tenías tanto miedo que ni siquiera pensabas en ellas, miedo de atraer mala suerte, miedo de no escucharlas nunca, no parecen reales en absoluto.

- ¡Deku! – Ochako me sujetó por los hombros y se inclinó para poder mirarme a los ojos; me sostenía con tanta fuerza que podía sentir la punta de sus dedos a través de mi traje de neopreno-. Encontraron a Katsuki. Está bien.

- Ochako –respondí despacio-, me estás lastimando.

- ¡Ay, perdón! ¡Perdón! –me soltó los hombros, pero se mantuvo cerca-. ¿Estás conmocionada? ¿Estás bien? ¿Necesitas una bebida energética?

Negué con la cabeza.

- ¿Lo encontraron? ¿Cómo...?

Uraraka sonrió.

- Me acaba de llamar tu mamá. No contestabas el teléfono, así que me mandó a buscarte.

Mi madre sabía lo que hacía. Uraraka es definitivamente el tipo de persona que quieres para dar noticias. Malas o buenas, ella arrancará la tirita de una vez.

- Está en Akita –continuó-. Está volviendo a casa.

Me temblaban las piernas. Tal vez sí necesitaba algo energético después de todo.

- ¿Quién está en Akita?

- ¡Katsuki, Deku! ¡Dios, concéntrate!

- ¿Puedo...? ¿Dónde está mi celular? ¡Necesito mi celular!

Ochako todavía estaba dando saltitos mientras yo corría hasta mi toalla, escarbaba debajo de ella para tomar mi bolso y encontraba el teléfono en el fondo. Siete llamadas perdidas y tres mensajes de mi mamá.

Izuku & KatsukiWhere stories live. Discover now