¡Nos vamos!

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JASON POV.

Llego el momento de explicarles a las chicas todo, así que decidimos esperar a que se relajaran con las bebidas para luego decirles. Primero hable yo.

-Chicas, creo que les debemos una explicación de lo que está pasando.-ellas asintieron.-Bueno es que...primero, eso que las atacaron, fueron monstruos.-comencé y ellas abrieron mucho los ojos y tragaron duro.

-¿Mo-mo-monstruos?-tartamudeo Sofi temblando y miro para todos lados como si temiera que apareciera otro detrás de ella. Adara también estaba temblando pero no dijo nada.

-Continúa.-dijo ella y puso una mano en el hombro de Sofi para calmarla a lo que ella la miro y se calmó un poco.

Continúe

-Esos monstruos no atacan a cualquier persona, chicas, solo a gente especial, a gente diferente a los otros, a....semidioses.-Adara me miró fijamente.

-Ya, en serio, queremos la verdad.

-Chispitas habla en serio, linda.-dijo Leo con su típica sonrisa de duende.-Ustedes dos, al igual que nosotros, son semidiosas, mitad mortal, mitad dios.

-¿Por qué nos persiguen? ¿Por qué nos trajeron aquí? ¿A dónde nos llevan?-Adara inundó de preguntas a Leo.

-Uno, porque ellos nos comen aprovechando que están solas y que no saben quienes son, además que cuanto más sepan quienes son, mas olor tendrá su esencia de semidiós. Dos, porque queríamos explicarles tranquilamente todo esto, y porque como nos informaron que son tímidas, les vendría bien conocerse, hacerse amigas las dos y apoyarse. Y tres

-Irán al Campamento Mestizo.-lo interrumpí.-Es un campamento para mestizos o semidioses, como quieran llamarlos. Ahí entrenarán sus habilidades como semidiosas, sus poderes y dones. Como no sabemos quién es su progenitor divino, se quedarán en la cabaña de Hermes, donde viven los hijos de ese dios más los no reconocidos.

-Entiendo.-dijo Sofía.

-Oigan, mi madre-dijo esa última palabra con desprecio, y lo entendía, esa mujer era muy mala.-dijo que por mi culpa papá nos había dejado. Nunca llegué a conocerlo, y nunca me dijo cómo era él ni nada de eso. Nunca le caí bien a ella, pero si él es un dios, y ella viene de nuestro mismo progenitor, significa que es un dios en vez de una diosa.

-Ingeniosa, Adara querida, podrías ser hija de Atenea con esa inteligencia.-alagó Leo a lo que ella se sonrojó.

-En la escuela hice un curso de mitología griega, se algo.

-Yo solía leer un libro de mitología griega, también.-dijo Sofía emocionada como niña pequeña, pero muy adorable.-Me se todos los Olímpicos, algunos otros y algunos mitos sobre semidioses.

-Pues todos esos mitos son ciertos, y nosotros somos hijos de los dioses. Hay diferentes cabañas que representan a cada dios, y en ellas viven sus hijos. Hay una barrera protectora que solo deja pasar semidioses, de manera que está protegido de todo monstruo. Además, existe algo llamado niebla, que es como un manto que separa el mundo mitológico del mortal, por ejemplo: Si un minotauro pasara caminando por aquí, la gente podría ver solamente a un hombre alto y rudo. Hay mortales que ven a través de la niebla, pero solo muy pocos, y como los semidioses somos mitad mortales, a veces nos cuesta ver a través de ella.

Volviendo al tema, debemos ir antes de atraer más monstruos.-dijo Leo.

-De acuerdo, pero quien les dijo que nos buscaran?-preguntó Sofi poniéndose la mochila al hombro al momento en que se levantaba.

-Su padre le dijo a Quirón, un centauro director de las actividades del campamento (el director del campamento es el dios Dionisio), que mandara a dos de nosotros a buscarlas y que se conocieran antes de llegar.-respondió Leo.- Ahora, ¿quién quiere viajar con el hermoso Leo y su dragón?

-¡Yo! ¡Yo quiero!-salto Sofi de su asiento.

-Querido amigo Duende Latino, Tempestad es mucho mejor que tu dragón.-dije yo mirando a mi amigo presumiendo de mi increíble caballo.

-¿Tempestad? ¿Quién es?-preguntó Adara interesada al momento en que nos parábamos.

-No quien, qué. Es un espíritu del viento con forma de caballo, y es mío. ¿Quieres venir? Será más cómodo ir en él que el que yo te cargue.-le propuse a lo que ella asintió.

-Muy bien, bellezas, iremos al Campamento Mestizo, ¡abróchense los cinturones que despegamos!-gritó Leo al momento en que los cuatro (yo y Adara en Tempestad y ellos en Festo) levantabamos vuelo.

Las Hijas del MarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora