Desde que su padre se decepciono porque escogió la carrera de arte y no la de leyes se condenó a ser esclava de sus amarguras viviendo en contante peleas consigo misma, con su entorno, todo le parecía mal. Quería una solución pero no encontró la correcta para sus problemas, así que decidió cortarse. Ella pensó que era lo mejor.
Cada día que pasaba se cortaba, odiaba cada día su físico, no le importaba sus cicatrices, era como desahogar su odio, pero cuando se miraba en frente de un espejo, solo quería desaparece porque muy dentro de ella quería recuperar lo que un día fue, muchas discusiones, reproches y desprecios hicieron que su autoestima bajara, lo que por las noches el odio hacia su padre por haber llamado bastarda, solo por no haber tomado una decisión correcta.
–¿Hasta cuando sera esto? – se pregunto acostada en su cama, con el alma tan vacía y con la mirada distante mientras miraba por la ventana. – yo no quiero esto en mi vida, estoy fuera de si, hasta de forma. –coloca sus manos en en su cabeza y con ganas de gritar pero no lo hace –quiero gritar pero despertare a los vecinos, no quiero hacer nada, no debo llorar. –conteniendo sus lagrimas, se da media vuelta en la cama y toma su almohada y la dobla alrededor de su cara y se escabulle dentro de su cobija y cierra los ojos para olvidar –Mañana sera un lindo día, tiene que serlo–pensó positiva mente hasta quedarse dormida.
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El Pintor Vagabundo.
Teen FictionCorina desde muy chica su pasión ha sido pintar y cantar algunas veces, pero su padre lo acepta solo como un pasa tiempo, quiere que sea abogada como él, pero Corina rompe las reglas y estudia artes plásticas a escondidas de su padre, su madre la...