El Pintor Vagabundo.

Al otro día en la noche

Luego de tanto llorar, y se quedo dormida en el piso de la sala,  al otro día se levanto, y fue hasta su cama se tiro hasta caer y hundió su cara en su almohada, y rezongando -no quiero hacer. bostezo hasta quedarse dormida profundamente. 

al recordarse, miro el reloj de su teléfono. -ay carajo son las 08:30 p.m. salto de su cama, fue corriendo al baño para darse una buena ducha, al terminar y colocarse una muda de ropa cómoda, llamo para pedir una pizza, lo cual le daba tiempo de hacer café así que fue a la cocina, empezó a buscar en el estante de arriba donde, hacia su izquierda estaba la cafetera tomo la jarra y fue al grifo, enjuagando delicadamente con su manos, luego de terminar de llenarla la coloco en la cafetera tomo el café le coloco algo más o menos para tomar toda la noche y le dio en el botón de encender, se fue a la sala y se sentó en el sillón, tomo el control remoto y encendió la tele, empezó a cambiar canales, nada bueno estaba pasando, hasta que estaba pasando una película, "guerra de novias" no era la más divertida pero decidió verla mientras esperaba la pizza pasaron los 10 minutos, tocan la puerta.  

–SIII, dios, debe ser la pizza. –se levanta del sillón corriendo, su cara de felicidad no tenía explicación, abrió la puerta –Hola buenas noches, pizza's Arturo. –Con un tono de comicidad, le entrega la pizza. Corina estaba muy sonriente y hambrienta–Gracias, tenga y quédese con el cambio–tomo la pizza y cerró la puerta sin importar nada. El chico de la pizza quedo sorprendido y siguió su camino y sonriente susurrando muy satisfecho–clientes, clientes ojala todos fueran así.

Fue a la cocina, ya el café estaba listo, abrió la caja y tomo un gran pedazo, se veía crujiente, con mucho queso y salsa de tomate decía "cómeme" tomo un plato para no ensuciar el sofá y tomo otro pedazo y el que tenía en su mano y lo coloco en el plato, tomo su taza de café y se fue a la sala a ver tele, llegando al sofá casi derrama el café al tropezarse. –Que tonta soy, es que se ve muy buena la pizza. –Se sentó en el sofá viendo la tele– vamos a ver por dónde va la película... –mientras la escena iba pasando en donde todas las novias corrían desde una calle con sus vestidos persiguiendo al cotizado papacito, ella pensó que iría al parque todos los días con la condición de cambiar su estilo de vida y para verlo a él pintar.