DAÑO Y TIEMPO
***Canción: Ghost - Jacob Lee.
***
Algunos minutos después, Levi salió y frunció el ceño al verme recargada en su auto.
—Hey, ¿por qué te fuiste?
—Necesitaba salir.
Levi abrió su puerta sin indagar más. Le quitó el seguro al coche y no tardé ni medio segundo en ingresar al interior yo también. Me coloqué el cinturón, crucé los brazos sobre el pecho y perdí la mirada por la ventana.
—¿Estás bien? —quiso saber. Parecía preocupado.
—Sí, solo me duele la cabeza —mentí.
Él pareció aceptar aquella respuesta y no trató de averiguar más sobre mi cambio de actitud. Cerré los ojos, presioné la frente contra el fresco cristal y entonces esperé a que Levi no tratara de sacar algún tema de conversación. Gracias a Dios no lo hizo. Solo encendió el motor y nos sacó de ahí.
Podía sentir la vibración del coche y cada vez que Levi frenaba o aceleraba, ya fuera en curvas o señales de tránsito. Sin embargo, yo estaba enfrascada en mis propios pensamientos.
Apenas unas noches atrás había aceptado que lo mío con Levi no tenía futuro y había llegado a la conclusión de que alejarme me haría bien. Quería disfrutar el poco tiempo que me quedara a su lado, tenía que seguir repitiéndome una y otra vez que era lo mejor, con el tiempo me acostumbraría a estar sin él y al final podría deshacerme de los sentimientos que me habían acompañado durante casi dos años. Pese a ello, me di cuenta de que las ilusiones querían seguir formándose. Alguna parte —una muy terca y estúpida— en mi interior se negaba a soltarlo y seguía llena de esperanzas.
«Hasta que no te alejes no podrás soltarlo del todo.»
Suspiré cuando este pensamiento llegó a mi mente. El resto del camino lo terminamos de hacer en silencio, Levi no intentó charlar y yo lo agradecí. Mi cabeza estaba hecha un desastre. Cuando llegamos al departamento corrí a darme una ducha. El agua ayudaría a despejarme un poco y limpiaría los restos del helado pegajoso en mi rostro.
Cuando salí varios minutos después, Levi caminaba por el pasillo en dirección a su habitación. Noté su semblante pensativo, pero sonrió al verme.
—Mañana voy a salir con July —dijo—. El jefe se fue y cerró el negocio, así que estoy de vacaciones.
Yo elevé las cejas y asentí.
—Lo sé.
Pareció sorprendido al escucharme.
—¿Lo sabes?
—Me lo dijiste hoy temprano. —Lo vi fruncir el ceño y bajar la mirada, confundido—. ¿No lo recuerdas? —pregunté confusa.
Levi negó con la cabeza y rio.
—No, lo siento. He estado algo... distraído.
Se pasó una mano por el cabello y comenzó a caminar hacia su habitación.
—¿Estás bien? —pregunté antes de que desapareciera tras la puerta cerrada.
Él miró por encima del hombro y sonrió.
—Perfectamente.
Una vez que se encerró en su habitación yo me dirigí a la mía. Pensaba en Levi, en su notorio cansancio y su mala memoria cuando mi celular comenzó a sonar. Era mi tía Anna.
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Siempre has sido tú ✔ (EN LIBRERÍAS)
RomanceEsta historia se encuentra publicada con NOVA CASA EDITORIAL. ❇❇❇GANADORA DE LOS WATTYS 2016 EN LA CATEGORÍA EDICIÓN DE COLECCIONISTA❇❇❇ Ojos dulces, sonrisa pícara y la actitud más confusa del mundo. La mitad de las veces no logro entenderlo. Puedo...