Capítulo 1: Un Comienzo de Locos

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— ¡¡¡¡Ay!!!!, ¡¡¡¡¡¡Ayyyy!!!!! ¡¡¡¡¡¡Ayyy Díos!!!!, ¡¡¡¡¡Díos Mío!, No no no no no no, ya voy a llegar, de seguro, muy tarde a mi trabajo—

— R......... R....... R........... Rodrigo, ¡¡¡¡¡¡¡Vamos!!!! ¡¡¡¡Vamos!!!!, ¡¡¡¡Vamos!!, ¡¡¡¡¡Vamos!!!!!!, despértarte, porque tanto Tania como Nahuel, van a llegar tarde al colegio— Imploró, sacudiéndolo casi a su nuevo esposo, con sus ambas manos, hacia aquella remera musculosa negra, ajustada que el jóven señor poseeía en su cuerrpo.

— I........ I........ I......... Irina, ¿te puedo hacer una sola pregunta?— Cuestionó con un tono de voz de irreflexible, Mientras que El jóven cónyuge, con su brazo izquierdo, apoyado sobre el hombro izquierdo de su consorte, se apartaban de aquella señora mayor, vestida con una maxifalda negra oscura, que le llegaba casi hasta en los tobillos.

— ¿Tú mamá por qué me odia tanto?, Desde el día, en el cual, nos besamos, debajo de aquella luz de la luna, en aquel convento nuevo, en el cual, vos estabas conviviendo, con el resto de tus ex compañeras de ese lugar, hasta en el día de hoy, que nosotros dos estamos casados, Ella, no deja de sacarme sus ojos de encima mío, como si yo, fuera un aespeci de ladrón o una especie de asesino o sicario— 

— ¿De qué, están hablando de mí, a mis espaldas? ¿Eh?, A Ver, cuéntenme, sobre lo que están hablando, ¿Hola? llamando a los planetas tierra, Irina y Rodrigo, vas le vale, a ustedes dos, de que no me estén ni critando, ni mucho menos, quejándose, de tener a un ser familiar, quien los ayuda tanto a ustedes, como para los chicos—

— Mamá, Mamá, escúchame muy bien mamá, nosotros dos, estamos conversando, sobre un tema muy importante, en el cual, es asunto nuestro ¿sí?, así que, te pediría a vos, de que te vayaras de está cocina lo más pronto posible, andá a desadormecer a Tania y a Nahuel, ¿sí?, yo en unos minutitos, cuando termine de hablar con Rodrigo, les preparo rápidamente, el desayuno, a cada uno de Ellos y a vos especialmente, porque parecer ser, que los duendes de mal humor, que estuvieron anoche, en esta morada, hasta en las primeras horas de la mañana, te han despertado, a vos con un muy mal humor y a su vez con un carácter intolerable y a su vez muy irritable— Replicó con un tono de voz de molesta, Irina, hacia su madre, quien se llamaba, Beatriz Guerzioldi Di Fabriolenzi.

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