Lover of the light

Pasado, conoce al presente II

Había pasado una hora desde que el Expreso de Hogwarts se movía por sus rieles y empezaba avanzar hacia Hogwarts.

Todo estaba casi como siempre, como recordaba cada viaje en tren desde el primero que ella tomó. Aunque no había ningún sapo perdido, dementores o discusiones sobre si Voldemort había realmente vuelto o no, una gran parte del tren estaba llena de chistes y bromas. Era casi como si el luto y el dolor fueron dejados en casa y los estudiantes lo hicieron para ir a Hogwarts con alegría y entusiasmo.

En cualquier otra ocasión, eso la llenaría de felicidad sabiendo que la unidad existía y que la gran pelea había definitivamente valido la pena. Ese hubiese hecho sentir paz a sabiendas que la sociedad estaba llena de esperanza y lucha; que había brujas y magos compañeros listo para moverse y crear un prometedor mañana.

Hubiese sentido todo eso si no fuera por el hecho de que ella se había estado escondiendo en una esquina en la parte más asilada del tren; lejos de cualquier ojo vigilante. Ella había estado había por al menos unos 40 minutos, después de deshacerse de Blaise y Malfoy, y calcular todo lo que tenía que pensar de principio a fin. Todo lo que tenía que hacer es pensarlo cuidadosamente para cuando salga de su boca pueda suene lo más amable posible cuando se acerque el momento.

—Al diablo con eso— Murmuró bajo su aliento a sí misma. Con una profunda inhalación, se levantó de la esquina, se giró y camino derecho hacia la entrada del primer compartimiento que se veía.

A pesar de que ella era lógica y que siempre está preparada, no había nada que estuviera cautelosamente planeado de lo que iba hacer. Ella sabía que sus seres queridos siempre verán por ella sin importar que. Y si lo seguía manteniendo en la oscuridad por mucho tiempo o si hablara como si ellos fuera niños, eso terminaría siendo un desastre. No había otra forma de hacer más que siendo sincera y teniendo determinación. Después de todo, habían cosas peores  por revelar que de repente se haya convertido en una Sangre Pura.

Con una respiración profunda y con sus  manos temblorosas, Hermione alcanzó la manija de la puerta del compartimiento y la abrió.

—...Todo lo que estoy diciendo es que eres una basura en el Ajedrez Mágico, Harry.

—No lo soy. Si vieras que hice justo ahí, te darías cuenta que te dejé...¡Hermione!— Lo que sea que estuviese diciendo para justificarse ante Ginny , fue perdonado de la indignación de la pelirroja cuando notó a la castaña parada en la puerta del compartimiento. Sus ojos verdes se iluminaron, brillando del júbilo y alivio cuando encontró a los marrones de ella.

Girándose inmediatamente, Ginny le dedicó una sonrisa grande y verdadera a la chica mayor. Y antes de que Harry siquiera se pudiese levantar de su asiento, Ginny lo empujó e hizo su camino hacia la otra chica—¡Auch!—Pero en vez de un abrazo, el cual estaba esperando, Hermione recibió un golpe en el pecho antes de cualquier abrazo que pudiera ser compartido—¿Dónde has estado? ¡Nos había preocupado!

Hermione no dijo nada, especialmente desde que Harry se levantó y jaló a la pelirroja lejos para también conseguir un abrazo. Recordó cada vez que ella lo abrazaba, pero nunca recordó que la abrazara tan fuerte y con tanta felicidad. Pudo sentir su sonrisa cuando la apretó, todo su amor y apreciación estaba ahí, pero todo lo que pudo hacer fue quedarse parada con los brazos pegados a su costados.

Y sintiendo su vacilación, Harry se alejó con sus manos en los brazos de ella y levantando una ceja hacia su persona—Hermione, ¿Qué pasa?

Desde su asiento, a la izquierda de compartimiento, Ron no se había movido o dado el intento de hacer algo cuando Hermione apareció. Había sido el primero en verla y había sido el primero en desviar sus ojos de ella antes de que Harry y su hermana detuvieran su juego de ajedrez. Ellos se observan el uno al otro, pero nada más que indiferencia salía de él.