Decir que la casa estaba bajo un silencio agobiante era poco. Daba la sensación que nadie respiraba o parpadeaba, ni siquiera el crujir del piso que hacía que la Sra. Granger creyera que había un fantasma, se atrevió a turbar el silencio. El sonido del pasar de los carros no llegaban a la casa, ni siquiera los gritos de los niños que jugaban en sus patios antes que la noche se volveria más oscura y fueran obligados a volver a sus hogares.
Mantuvo los ojos abiertos, su pecho no recibía o expulsaba aire. Su prodigioso cerebro no enviaba las señales usuales a sus pulmones para tomar aire, para mantenerla coherente y llena de oxígeno. Ella solo miraba bocabierta, su corazón latía como un mal baterista teniendo un solo.
No podía decir cuanto tiempo duró el silencio o quién fue el primero en moverse, pero todo lo que supo era que sus piernas fallaron y tropezó con el último peldaño de las escaleras. Los tres adultos se movieron rápido, como si el tiempo volviera a la normalidad otra vez, llamandola con cautela, pero ella soltó un estridente grito - ¡Alejense!- Y los adultos se alejaron.
No obstante, sus pulmones que no se preocupaban por proveerla de aire momentos antes, ahora trabajaban a toda velocidad. Exhalaban, inhalaban, exhalaban, inhalaban sin parar, su pecho pesaba como si su cuerpo estuviera sumergido en hielo. Estaba siendo presa del pánico; todos sus sentidos estaban fuera de control, no sabía que hacer. Estaba casi paralizada del shock.
–Cálmate, cariño, vas a estar...
–¡No me llames así!– Gritó a la mujer morena. Lágrimas brotaban de sus ojos automáticamente, su pecho se agitaba con rápidez –¡¿Qué está pasando?! ¿Por qué están estas personas aquí? ¡¿Quiénes son ellos?!.
La Sra. Granger miraba a la muchacha con tristeza, había lágrimas en sus ojos –...Tenía que decirte.
–No ¡Me estás mintiendo!– Hermione frunció el ceño hacia la mujer con la cual pasó toda su vida.
–¿Dónde está mi papá?– Preguntó en voz alta notando por primera vez que el hombre de cabello oscuro y amables ojos color avellana, Richard Granger, no estaba en la casa –¡¿Dónde está?!.
La mujer soltó unas lágrimas –Él salió, cariño– Y su voz se quebró, un pesado sentimiento evitaba que sus palabras salieran –Necesitaba caminar cuando ellos llegaron. Él...él no puedo hacerse la idea de perderte. No puede decir adiós.
Débilmente, aun sintiendo como si alguien apretara su pecho. Ignorando su alrededor, Hermione se impulsó del peldaño de la escalera con la ayuda del pasamanos plateado que estaba pegado cerca de la pared. Con la visión borrosa por las lágrimas acumuladas en sus ojos, miró a su mamá con resolusión
–¿Quiénes son ellos?– Preguntó una vez más, su voz destilaba determinación y demanda –¿Por qué están aquí?.
Haciendo acopio de su voluntad, Deon Zabini dió un suave y calculado paso hacia la chica y la mujer muggle –Somos tus padres biológicos, Hermione– Dijo en una manera tranquila y profunda– Nosotros somos realmente tus padres biológicos.
Hermione dió un pasó hacia atrás inmediantamente, su pie izquierdo estaba en el peldaño de la escalera, preparada para escapar. No podía mirar al hombre frente de ella, por lo tanto posó su mirada en su madre –Mamá– La llamó en un suave sollozo –Mamá, dime...dime que es una broma.
Jennifer Granger sacudió su cabeza –Lo siento, pequeña, está es la verdad.
La chica tragó bruscamente, más lágrimas caían sin control por sus mejillas –¿Có-cómo?– Preguntó temblorosamente –¿Cómo si...cómo si quiera...– Se detuvo, cubriendo su rostro con su manos mientras lloraba sonoramente.
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Lover of the light
Fiksi PenggemarSiempre supo quien era y nunca intentó ser alguien más, eso era lo hermoso de ella. Pero de repente dos personas aparecen en el umbral de su casa y descubre que lo que era, realmente no existió. Hermione Granger era una completa mentira. Con los sec...