4-Pasado, conoce al presente. I parte

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El primer día de septiembre había llegado muy lento ese año, en comparación a lo que recordaba. A pesar que no estaba buscando un escape, para el final del día en que debía ir a la estación de King's Cross para finalmente dejar Private Drive, haciendo su andar apurado a través de las personas, esperando echar un segundo vistazo para poder encontrar a aquellos que él llamaba amigos. A pesar de esa costumbre, Harry Potter encontró que la atmósfera todavía era gruesa, preocupante y conflictiva,

Había pasado varias semanas desde la batalla final entre la luz y oscuridad, y las personas habían empezado a intentar poner las piezas de sus vidas juntas otra vez, pero aún había una gran brecha entre ellas; entre todo el mundo. Habían padres, madres, hermanas, hermanos, amigos y la pérdida de otros seres queridos que su ausencia pesaba en la sociedad que los perdió. Había una sensación que casi llegaba a la calma en el aire, pero nadie le prestaba atención porque sus almas estaban llenas de dolor. Estaban buscando paz, por supuesto, pero después de tal derramamiento de sangre no cabía duda que tendría consecuencias irreversibles.

—Buen regreso.

Él no sabía exactamente qué era lo suponía que iba a pasar después de la guerra. Realmente, nunca tuvo la oportunidad de pensar sobre qué pasaría cuando todo eso terminara. En todo lo que estaba concentrado en era en acabar con Voldemort antes que él terminara con su persona. Su trabajo había sido pelear por algo más grande, por algo que hiciera justicia y amor; todo eso mientras experimentaba pérdida, tras pérdida, tras pérdida. Sabía que hubo una gran probabilidad de que no viviera, después de todo estaba en la Profecía, así que planear un futuro no estaba en su planes.

—Todo está en calma, ¿Verdad?

Han pasado más de tres meses desde que la batalla final tomo lugar, tres meses con el futuro abierto y en blanco delante de él. Sus días habían sido entre intentar asistir la reconstrucción del castillo, cosa que McGonagall le prohibió y declinar la oferta de entrar directamente en el Departamento de Aurores, todo eso porque las personas querían que terminara su educación y que aprovechara de respirar y evitar lo obvio.

Su mecanismo natural fue alejar a las personas, y lo hizo, pero estaba no era la ira y la frustración lo que llenaba y conquistaba su consciencia. Su consciencia estaba definitivamente viva  y lo jalaba en dos direcciones diferentes. Un parte quería que se sintiera increíblemente culpable, que escapara, escondiera y más nunca ser visto otra vez por la destrucción que había causado. Mientras que la otra parte, con dosis de culpa, era casi egoísta; demandaba un cambio en su vida.

—Hay demasiada seguridad aquí. Personalmente, creo que Kingsley ha exagerado un poco. ¿No lo crees, Percy?

Pestañeando para alejarse de sus pensamientos, Harry finalmente se volteó hacia Arthur Weasley, quien había estado hablando desde el momento que cruzaron la barrera dentro de la plataforma.

Estaba parado al lado de su esposa— quien había estado callada estos días— con un brazo enrollando los hombros de sus esposa de una manera confortable y había una sonrisa forzada estrechando su amable rostros. Miró alrededor y Harry no pudo dejar pasar el hecho de que él era el único que intentaba recuperar las piezas que su familia había perdido y repararla.

Pero había consecuencias, unas dañinas y había alcanzado a la familia Weasley como al resto del mundo. Percy estaba ahí con ellos, enfundado en su túnica que indicaba su asociación con el Ministerio, pero su pomposa actitud y su mirada autoritaria se habían ido de su persona. Él solamente estaba parado ahí, como si estuviera intentando mezclarse con los demás y no ser visto. Había remordimiento viviendo en sus ojos marrones, manteniéndolo cautivo con todo el arrepentimiento que cargaba.

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