Miedo

270 20 0
                                    


Al conocer una persona pueden surgir muchas cosas; simples conocidos, una amistad, un amor o todo lo contrario a lo anterior. Pero, ¿qué pasa cuando la interacción con esa persona se profundiza creando cosas positivas y negativas y volviéndose cada vez más interesante? ¿Si esta va desarrollando sentimientos que al conocerle no existían? experimentando nuevas sensaciones, subiendo y bajando de las nubes tan rápido como un pestañeo.

En el momento en que reconoces que se vuelve la mayor parte de tus pensamientos, no sabes si es algo temporal o seguirá incrementándose. Miles de preguntas invaden tus pensamientos, llenas de preocupaciones, de esperanzas, de todo tipo de situaciones posibles. Llegando a un tiempo en que es necesario tomar una decisión para acabar con esa frustración interna. Tomando alternativas que pueden herirnos o alegrarnos. Sin embargo, son en las cuales es necesario arriesgarse para solucionarlo. Es cosa de confiar en lo que creemos.

Muchas veces se tiene miedo de hacer algo que nos perjudique y aun así, si no lo intentamos, ¿cómo saber lo que puede o pudo haber pasado? El miedo es capaz de hacer callar mucho, hacer tomar acciones no deseadas y el culpable de la cobardía y la desesperación. Pero después de todo, ¿quién nunca sintió miedo alguna vez?

~~

Los padres de Kibum alquilaron una posada en la playa. Muy desanimado. No conocía a nadie en ese lugar, ninguno de sus amigos había ido. Cerca de él estaban unos niños jugando frisbee. No parecían notarlo aunque estuviera a pocos metros de ellos, así que sólo se quedó observándolos desde la arena junto a su familia.

-¿Por qué no juegas con ellos? -le preguntó su mamá, quien estaba acostada de espalda tomando el sol-. Tienes que tratar de socializar al menos.

El gordito Kibum, se levantó y fue acercándose poco a poco hacia los otros chicos, pero se detuvo al observar una niña con un balde en la cabeza cavando en la arena.

-¿Por qué traes eso en la cabeza?

-Protección para la búsqueda -respondió ella sin dejar lo que hacía.

-¿Qué buscas? -le preguntó observando el hoyo en la arena.

Ella se pasó la mano por la frente limpiándose el sudor y lo miró.

-No estoy segura, pero era rojo y muy rápido...

-¿Un cangrejo?

-¿¡Sabes que son!?

-Bueno, nunca he agarrado uno, pero sí sé dónde se ocultan.

-¡Ayúdame a encontrarlos! -la chica lo agitó tomándolo por los hombros y le dirigió una mirada enloquecida.

-Ok, ok, está bien. Lo haré.

Soltó a Kibum y buscó otro balde.

-¡Gracias! -puso el balde sobre la cabeza de él-. Ahora eres mi compañero de búsqueda... ¿cómo es que te llamabas?

-Me llamo Kibum, tengo 9 años.

-Mi nombre es Amber, y tengo 8 -sonrió-. Un gusto Ki...

-Kibum -completó.

-¿Como una explosión? ¡BUM!

-Sólo dime Ki.

One For My Paper HeartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora