"Prostituta", por favor

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Bernanda, una prostituta pelirroja de 42 años que vivía en un pequeño y muy conocido bar de la ciudad. Ella era como una clase de consejera personal para Kibum ¿una prostituta dando consejos sobre la vida? Totalmente irónico. No obstante, ella no sólo era eso, se había convertido como una madre para él. Todo desde que decidió ir a ese lugar por primera vez:

//Flashback//

—Johanna, ¿por qué aquel chico sigue allá? —le preguntó Bernanda a su compañera de trabajo.

—¿Te lo vas a llevar? Está demasiado embriagado como para atenderlo —comentó Johanna.

Observaban a Kibum durmiendo en unas de las mesas del bar.

—Hazte cargo del bar —Bernanda se quitó su delantal y fue hacia donde Kibum dormía—. Oye —le acarició sus cabellos—, despierta.

Kibum la miró con los ojos entrecerrados.

—¿Quién eres?

—No deberías dormir aquí, ven conmigo.

Él cerró los ojos.

—No debería ir con extraños...

—Estás rodeado de ellos, y además, ¿tienes dónde dormir?

Se empezó a levantar de su puesto y le extendió un brazo a ella.

—En estas condiciones no.

Con esfuerzo, lograron llegar a la habitación. Kibum no estaba en sus cinco sentidos y se tropezaba a cada momento. "Dios, no puedo dejarlo dormir así", pensó Bernanda. Difícilmente siguió caminando hasta el baño de la habitación y dejó a Kibum sentado sobre la poceta, empezándolo a desvestir. Él permanecía cabizbajo en silencio. Seguramente con su mente en otro mundo. Cuando terminó y empezó a bañarlo, observó que Kibum lloraba.

—¡Bebé! ¿Por qué lloras?

Kibum, ocultó su cara con las manos.

—Es que estoy desnudo y en estas condiciones...—entró de nuevo en su inestable llanto—. Perdóname por desobedecerte, Amber.

Bernanda quedó impresionada al ver que él pensaba que era otra persona.

—De verdad que el alcohol te tiene mal, yo no soy Amber —dijo Bernanda.

Kibum subió la vista rápidamente y la examinó.

—¿Quién eres tú?

—Tienes la memoria podrida. Te lo diré cuando me cuentes sobre esa chica que mencionaste antes. Ahora termina de bañarte tú mismo.

Antes de que Bernarda saliera del lugar, Kibum le habló desde la bañera:

—Explícame aunque sea que hago desnudo aquí.

Ella sonrió.

—Te iba a violar, pero estabas muy sucio y quise bañarte primero.

Salió del lugar luego de decir aquello.

Bernanda, esperaba sentada en un sillón fumando. Poco rato después, Kibum salió del baño cubriéndose la mitad del cuerpo con una toalla.

One For My Paper HeartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora