Sigues ocupando mi corazón

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El corazón de Amber chocaba contra sus costillas. Sus labios suplicaban besarlo, pero se mantuvo a la defensiva.

—Yo ahora estoy con Henry.

—¿A quién le importa si estás o no con él? —decía Kibum—. Te he amado todo este tiempo, y estúpidamente lo he ocultado, cuando me atrevo a decírtelo y creo que tú sientes lo mismo, ¿sólo dejaras que todo siga igual?

—Key, por favor para —ella lo apartó de su cuerpo—. Sabes que estoy con alguien más y no habrá nada entre nosotros.

—¿Por qué? —su rechazo estaba irritándolo—. Aún no me has dicho que no sientes nada, si la razón no es esa ¿cuál la es? ¿Es porque estás con un estúpido que te engaña y no lo quieres herir?

Amber arrugó la frente.

—¿Lo sabías?

El estado de Kibum pasó de la furia al temor.

—Amber, no quería herirte.

—¿No querías herirme y ocultármelo crees que me hace feliz? ¡Key, eres la persona en la que más confío! Aun sabiéndolo todo no me habías dicho nada —era innecesario ver que sus ojos se hundían en lágrimas para saber que estaba decepcionada de él.

—Por favor, necesito explicarte —extendió su mano para tocarla, pero lo esquivó.

—No me toques.

Le ordenó antes de correr entre la lluvia alejándose de él. Kibum soltó el paraguas y fue tras Amber, trataba de alcanzarla antes de que pudiera perderla.

—¡Amber, por favor! —gritaba detrás de ella.

Ya habían pasado 2 cuadras corriendo. Aún la lluvia caía. Sin embargo, eso no la detenía. Estando más cerca se lanzó hacia Amber, tumbándola al suelo.

—Suéltame —forcejeaba para librarse de su atrape.

Kibum bajó las manos de Amber y apretó su cuerpo entre sus brazos.

—Te soltaré si dejas de escapar.

—¡No quiero! —le gritó.

—No puedo dejarte correr así. Estaré callado, no te tocaré o lo que quieras, pero sólo deja que lleguemos a casa.

Unos segundos después, ella relajó su cuerpo aceptando, él la soltó y ayudo a levantarse. Se cubrieron de la lluvia dentro de un local y allí Kibum pagó un taxi a casa.

Amber pasó directamente a la habitación. Desde la parada no decía una sola palabra. Por otro lado, Kibum se sentó en el suelo, apoyando su cabeza en el sofá. Bernanda tenía razón sobre decirle lo de Henry. ¿Cómo se puede pasar de tocar el cielo a caer al suelo tan rápido? Había perdido su confianza, su cariño, a ella. ¿Siempre iba a terminar de la misma manera? Arrepentido de las acciones que hizo o de aquellas que no.

Luego de unas horas de haber llegado a casa, Amber fue a bañarse. Al terminar de hacerlo vio a Kibum acostado entre el suelo y el sofá "¿quién duerme en esa posición?", se preguntó a sí misma. Se supone que debería cambiarse esa ropa mojada, al parecer nunca aprendía a dormir bien. Amber se acercó a él y lo sacudió.

—Despierta.

A poco tiempo de volver a sacudirlo, se levantó frente a ella con la mirada baja y el cabello cubriendo sus ojos.

One For My Paper HeartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora