capítulo 9

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Ya de haberse ido Paulina, largó un suspiro; con detenimiento miro todo que está muy limpio, lo que me alegra al haberme ahorrado tener que limpiar, camino hasta el pasillo que conecta a las 2 habitaciones, entro a la primera habitación que es la más grande que por obviedad será la mía me tumbó en la cama que es muy espaciosa mirando el techo, pensando en que mañana tendré que comenzar el Instituto a como me irá si conseguire amigos o enemigos, tendré que actuar como situviera un gran carácter cosa que la verdad no tengo
Por lo menos conozco a ALmira y es muy agradable.

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Me encuentro en mi habitación desempacando todas las cosas y organizandolas en el armario, en eso de 30 minutos terminó de ordenar todo.

Mi celular vibra con la llegada de un mensaje algo, que tengo Mucho que no recibo siendo honesta, desbloqueo el celular y es un mensaje de ALmira diciendo si nos podemos reunir en una biblioteca que según la dirección está cerca de donde estoy viviendo ahora, me extraño por el lugar una 'biblioteca' no es que me desagrada al contrario adoro leer, el poco tiempo que tenía de libertad me iba a una, a leer novelas de todo tipo desde muy cliché hasta novelas trágicas que de por si eran mis favoritas esas con finales trágicos; me llamaban más la atención que esas de cuentos de hadas que al final todo el mundo es feliz, algo que sólo existe en cuentos, pero la penosa realidad es otra, donde lo que hay es un mundo despiadado donde habita personas sin corazón, hipócritas que les importa un pepino los problemas de los demás que sólo se preocupan por su bienestar y no les interesa a quien tengan que pisotear para hacer su cometido y lograr lo que quieren, sencillamente vivimos en un mundo cruel.

Salgo del departamento cerrando con llave, le contesto ALmira que si nos vemos allá mientras bajo las escaleras hasta que siento un fuerte impacto y caigo hacia atrás.

---Oh Díos mio estas bien---dice una voz ronca que no reconozco. Me toco la cabeza y siento que todo me da vueltas.

----Fijate por donde vienes animal---le digo enojada, levantando la mirada y encotrandome con un Dios reencarnado en persona, siento su azulada mirada, penetrarme.

----Lo siento pero no te vi, estaba apurado, estas bien?----dice mirandome mientras me extiende la mano para ayudarme a levantar la cual rechazó y me levanto como puedo.

----Ya me Di cuenta que estabas muy apurado---digo con ironía. El me recoge la cartera y me la pasa la cogo y nuevamente lo observo.

---Lo siento de verdad, te duele algo?---me pregunta el chico observandome detalladamente.

----No estoy bien, ya no te preocupes---le dije dedicándole una diminuta sonrisa que pareció más una mueca.

----Eres la nueva vecina cierto?---me pregunta sonriendo.

----Si hace como un rato me acabo de instalar---le digo.

----A donde vas? Si quieres te puedo llevar es lo mínimo que puedo hacer---dice rascándose la nuca tímido algo que me parece algo tierno y más por su apariencia.

----Bueno, tengo que ir a la biblioteca que está cerca de aquí, creo que a unas cuadras---le digo restandole importancia.

----Se cual es si quieres te puedo dejar ahí, si no te molesta---me dice con ojos de cachorrito.

----Ummm bueno la verdad estoy muy apurada, pero no te conozco---le dije desconfiada.

----No te haré nada, y no soy ningún psicópata pervertido o enfermo---dice con voz indignada.

----Bueno está bien---dije más por que no quería llegar tarde, si no me hubiera ido caminando. Se le ilumina en el rostro una gran sonrisa.

-----Mi nombre es matt---dice observandome con sus hermosos ojos y estrechando mi mano, al tocar su mano siento un tipo de electricidad por todo mi cuerpo, algo muy raro y por su cara creo que también lo sintió.

----El mío es Anabell---le digo con una sonrisita tratando de esconder la incomodidad que siento en este  momento.











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