Snow interviene

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Mary Margaret acababa de hacer dormir al pequeño Neal cuando escuchó que alguien tocó a la puerta. De todas las personas que imaginaba, no creía que al abrir la puerta Regina estaría ahí.

-Regina hola!, pasa

-Snow, necesito hablar contigo.- dijo Regina en un tono serio, haciendo que la sonrisa en la cara de MM desapareciera

-Regina, ¿qué sucede?, ¿fue Emma? No imagino que habrá hecho esta vez para ponerte así

-No, no... Es eso, no ha hecho nada -Snow la miró extrañada, no entendía nada- no quiere hablarme, me evita, no sé qué le sucede...

Snow sabía que algo le ocurría a Emma aunque ella no quisiera decir nada, así que aprovecho que Regina estaba para preguntar.

-Y ¿desde cuándo se porta así?

-El jueves... Luego de cenar, yo les anuncie que... -de repente el recuerdo golpeó a Regina, ya entendía porque Emma estaba así, recordó que todo pasó luego de que ella anunciara que se iba a casar con Robin, no podía ser... ¿Emma estaba celosa?...

-¿Qué? ¿Qué les dijiste?- Snow se alteraba, no comprendía nada aún.

-Les conté que Robin me había propuesto matrimonio y que yo había aceptado-no podía ser...

-Y luego de eso, Emma cambio, mmm...- ahora Snow entendía todo, sabía que su hija sentía algo por Regina, y que Regina le correspondía sus sentimientos, pero ambas eran muy obstinadas para confesarlo- y... ¿Por qué crees que se ha puesto así? Eh?

Regina notó como se portaba ahora Snow, y quiso rodar sus ojos, pero entendió que ahora Snow comprendía lo que sucedía, pero ¿podía ser cierto?

-No lo sé- respondió Regina, no quería darle la razón a Snow- no sé qué pudo haber ocurrido

-Claaaro, está bien, y has hablado con ella?

-Claro, y luego tomamos té!...Snow te estoy diciendo que no quiere verme! Si estamos en una misma habitación, es la primera en irse...no sé qué hacer, yo... Yo no puedo...

-Regina tranquilízate, ¿no puedes qué?

-No puedo perderla- dijo la morena tras unos minutos de silencio- no puedo Snow, estamos conectadas, aun no entiendo cómo, pero lo estamos, tenemos un hijo juntas, hacemos magia juntas... Hemos estado siempre apoyándonos...

-Regina, creo que sabes que hay algo más, pero debes pensar muy bien, mira que le has dicho a Robin que te casarías con él... Y no quiero que ni tú ni Emma salgan heridas.

-Lo sé, lo sé- dijo resignada mientras lágrimas caían por su mejilla, aún tenía muchas cosas por pensar- debo irme ahora, Emma debe estar por llegar, no quiero que me vea así.

-Está bien, ve tranquila, y llámame si necesitas algo, sabes que estaré para ti, solo quiero que sean felices

-Gracias Mary Margaret- dijo la morena despidiéndose mientras se dirigía a la puerta.

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Cuando bajaba las escalas, para su desgracia, se encontró con el sujeto en cuestión. Emma subía con Henry, pero Regina comenzó a bajar sin mirarlos, y cuando llegó a la salida volvió la mirada hacia ellos.

-Adiós Henry- dijo Regina, componiendo una sonrisa, pero luego en un tono más serio concluyó- Adiós señorita Swan.

Era lo correcto, tenía que dejarse de sentimentalismos hacia la rubia ya que aún tenía mucho por definir, y a pesar de todo, una boda por planear.

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Cuando Regina se marchó, Emma y Henry entraron a saludar a Mary Margaret, que se encontraba en la cocina, pensativa aún sobre lo que había hablado con Regina. No le molestaba para nada su descubrimiento, aunque su historia con Regina fuera dura, ya lo habían superado, y nunca se habían dejado de querer, después de todo, eran familia.

-Mamá!, ¿enserio!?

-¿Qué?... lo siento Emma, ¿Qué decías?- Snow estaba sumida en sus pensamientos. No había escuchado nada de lo que su hija había dicho.

- Solo preguntaba que estaba haciendo Regina aquí, la vimos en las escaleras.

-Ah... eso..., solo pasaba por aquí y...- era el momento, debía ver como reaccionaria Emma con sus propios ojos- y me comentó que Robin le propuso matrimonio, que bueno que al fin tenga su final feliz, con su alma gemela, ¿no crees Emma?

Ouch!, al parecer le había dado donde más le dolía, ya que la rubia se había quedado sin palabras frente a ese comentario de su madre, Emma no esperaba que Snow apoyará esa boda, además, ¿que podría un simple polvo de hadas saber sobre amor verdadero?

-Si, es fantástico- articuló al fin Emma, tratando de no mostrar su dolor- soy feliz de que sea feliz, no merece menos...- pero si merece más, pensó Emma, merecía mucho más, más que ese ex-ladrón, que poco la conocía.

Esa noche Emma no pudo dormir, no podía parar de pensar, ¿Por qué ahora?, ¿Qué debería hacer?, era dejar que Regina fuese feliz con él, o enfrentar a Regina y confesarle sus sentimientos... pero no podía hacer eso, no podía arriesgarse y perder a Regina para siempre solo por un capricho. No, no era capricho, sus sentimientos hacia la morena eran muy reales, pero tenía que decidir, seguir amándola en silencio, o confesarle su amor y ver que pasaba.

Esas podríamos ser nosotras Donde viven las historias. Descúbrelo ahora