Esas podríamos ser nosotras

Ahora o nunca pt. I

La semana siguiente, Regina trató de ser lo mas parcial o bien, neutra posible, en su actitud frente a Robin y a Emma, sabía que tenía que tomar una decisión, y aunque ya tenía las cosas más claras, aún tenía mucho para pensar.

Esos días tuvo poco contacto con Emma, aunque eso le dolía un poco, en parte estaba agradecida, porque de tener un momento a solas con la rubia no hubiera podido controlarse, y aún no habían podido hablar correctamente.

En cuanto a Robin, el contacto con él también fue poco, se veían un rato entre el almuerzo o cenas, después de todo, él no vivía con ella. De igual manera, Regina lo notaba aún más distante. Y pensar que hace menos de un mes estaba prometiéndole el cielo... y ahora era un extraño para ella.

El domingo, Regina salió a dar una vuelta al parque y allí se encontró con Snow, que estaba dando un paseo con Neal.

-Regina!, hola!- dijo una Snow más que entusiasmada.

-Hola Mary Margaret... Hola Neal!- agregó luego en un tono más amoroso.

-Parece que mis hijos no pueden resistirse a ti- bromeó Snow, produciendo una pequeña risa en la morena

-Parece ser, si... y también parece que yo no puedo resistirme a ellos- respondió Regina mientras jugaba con el bebé. Y después agregó- ¿Qué voy a hacer?, Snow, creo que ya Robin lo sabe todo...

-¿Por qué dices eso?- preguntó alarmada.

-No lo sé. Solo lo siento... creo que debo hablar con él más pronto de lo que pensaba.

-¿Necesitas ayuda en eso?

-No... debo hacer esto sola, pero gracias- respondió Regina.

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Emma esa semana estuvo muy ocupada, no solo con su trabajo regular de policía, si no que, como era de esperarse en Storybroke, alguna que otra criatura mágica escapaba de vez en cuando. Aunque no era trabajo fácil, no fue necesario pedirle ayuda a la morena, ya que con su magia y junto a su padre pudo derrotarlos fácilmente.

Un día, recibió una llamada de una criatura que estaba en el bosque y debía ir rápidamente al lugar.

-¿El bosque?- pensó... no podía ir al bosque, seguramente era cerca al campamento de Robin y sus hombres. Y aunque debía ir a ayudar, no quería ver al hombre.

Intentó contactar a David pero este nunca respondió, así que fue ella la que tuvo que ir.

Una vez allí, vio como una extraña criatura trataba de atacar a los hombres. Se veía inofensiva, y casi quiso reírse de ellos, hasta que la dicha criatura cambio de forma convirtiéndose en algo monstruoso.

Luego de casi una hora, de perseguir al monstruo y usar contra él todos los ataques que conocía, logró junto con Robin, vencer a la criatura.

Emma no dijo nada y comenzó a marcharse

-Sheriff!

La rubia volteo a mirar

-Emma, gracias por ayudarnos, sin ti tal vez no lo hubiéramos logrado- le dijo Robin

-Tranquilo, era mi deber- respondió Emma bastante sorprendida.

-Lo sé, pero aun así, gracias... Emma, ¿Podemos hablar un momento a solas?- preguntó

-Okay...

Cuando ya estaban un poco apartados del grupo, Emma iba a hablar pero Robin la interrumpió.

-Sé que Regina está enamorada de ti y creo que tu también lo estas de ella

Emma casi colapsa en ese instante

-Yo... ¿Qué?... ¿por qué dices eso?- balbuceó en respuesta

-La escuche hablando con Mary Margaret...- dijo Robin un poco triste

-Lo siento Robin- dijo Emma con sinceridad, después de todo, también él estaba siendo herido.

-Lo sé... Emma, ella aún no ha hablado conmigo, estoy esperando que lo haga. Pero sé que ella te elegirá a ti y está bien. Debo decir que me molesta, y que aunque muchos años atrás hallamos sido almas gemelas, mucho tiempo ha pasado, y todos hemos cambiado. Así que lo entiendo todo.

Emma no se lo podía creer, ¿estaba Robin dándole su bendición para estar con Regina? Bueno, parecía que después de todo el hombre si tenía honor.

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Luego de ese día, el resto de semana pasó rápido para ambas mujeres. Pero el drama no tardó en llegar.

Regina, como cualquier otro día, estaba sentada en Granny's tomando un café mientras leía la prensa, pero una voz la sacó de sus pensamientos. Era Emma, que acababa de entrar molestado a Henry, cosa que sin querer, puso una sonrisa en el rostro de la morena.

-Mamá!- gritó Henry, haciéndole notar a Emma la presencia de la otra.

Henry corrió a sentarse al lado de su madre, y a Emma no le quedó otra alternativa que acercarse a la mesa. Hace mucho que no tenía un momento así. Pensó. Solo Regina y Henry, un momento con las personas que más amaba, así que se sentó, antes de que se le ocurriera arrepentirse.

-Hola...

-Hola Emma

-Ma, voy a ir al baño y luego pediré nuestras malteadas, ya regreso- interrumpió Henry rápidamente para después huir.
Emma no podía creer, su propio hijo traicionándola.

-¿Cómo has estado?- preguntó Emma cuando logró que palabras salieran de su boca.

-Emma... ¿Cómo crees?... no hemos podido hablar a solas y eso está matándome, no sé qué hacer, no sé qué decirle a Robin... Mierda Emma!, le dije que me casaría con él...

Regina estaba comenzando a desesperarse, pero antes de que Emma pudiera decir algo, Henry apareció con las bebidas. Los tres se quedaron en la mesa, hablando de otros temas, juegos, comics, la escuela, las criaturas de los últimos días...

¡Las criaturas de los últimos días!, pensó Emma recordando el incidente en el bosque. Parecía que Robin no le había dicho nada a Regina sobre la conversación de la semana anterior. Emma pensó en contárselo de inmediato, pero analizándolo mejor, aun no era el momento.

Al terminar sus bebidas, Henry decidió ir a casa de la rubia, así que se acercó a su otra madre y se despidió

-Todo va a salir bien mamá- dijo Henry mientras abrazaba a Regina.

-Gracias amor...-respondió Regina, para después volver a mirar a Emma y concluir- Adiós Emma.

Emma solo sonrió y salió de Granny's con Henry.

Regina también se iba a marchar y justo cuando se disponía a salir tuvo una idea. Hoy era el día, hoy debía arriesgarse al fin.

Sacó su celular y texteo rápido un mensaje.

-Robin, ¿podemos vernos en casa?, necesito hablar contigo.