Capítulo 7

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Al día siguiente en la escuela, llegué como de costumbre tarde. Busqué a Shawn con la mirada y lo encontré recargado en una de las salidas fumando, él también me vio y me sonrió, me acerqué a él.

—Hola Lilith— tiró la colilla en el cenicero que tenía a lado.

—Hola— le sonreí un poco.

—¿Cómo estas?

—Bien, con sueño, ¿y tú?— bostece.

—También, me da flojera venir a la escuela.

—¿A quién no?

—No sé, a un nerd supongo— él miró a una chica, ella también lo miró y le sonrió —whoa, linda chica.

—Supongo que si— dije, los celos aparecieron

—Debo de comenzar a darle de comer a mi pobre amiguito.

Me dio una palmada en el hombro y se fue, fruncí el ceño confundida, después de unos segundos entendí a lo que se refería.

Mi primer corazón roto fue en la primaria, con mi mejor amigo César. Él era un año menor que yo pero era demasiado gracioso, por alguna razón fue mi mejor amigo; no recuerdo el porqué ni cómo fue que nos hablamos, sólo tengo vagos recuerdos sobre él.
Daniella, una niña del salón, era la mas "bonita" entre todas. César siempre me hablaba de ella, hasta que fueron novios y que se dieron un beso en la boca cuando la maestra había salido.
Desde ahí mi corazón se rompió.
Después César se cambió de escuela y nunca me despedí de él...

El frío se hizo presente, no me gustaba llevar suéter, amaba el frío y la lluvia. Salí de la escuela y vi nuevamente a Shawn que se iba acercando poco a poco a mi, traté de disimular y miré a otro lado.

—¡Lilith!

—¿Eh?¿Qué?— miré hacia él otra vez y ya estaba a unos cuantos metros de mi.

—¿En qué pensabas?— él sonrió.

—En nada, ¿pasó algo?

—Pásame algunos apuntes.

—No entraste a las clases?

—No, fui a alimentar a mi amigo.

—Iugh, no tenía porqué saber eso— arrugue un poco mi nariz.

Shawn rió —lo siento. Ya, pásame los apuntes.

—Duh, tonto, sólo compartimos una clase que es química pero hoy no nos tocaba.

—¡Maldicion, es verdad!

Reí por su reacción, —eso te pasa por morboso, ¿irás al trabajo?

Nos miramos por unos minutos que para mí fueron eternos —claro, vamos.

Sonreí tontamente. Caminamos hacia la parada del autobús. El aire llegó más fuerte.

—Hace un frío de los mil demonios, ¿no tienes frío, Lilith?— dijo cruzándose de brazos.

—Un poco, se me antojó un café.

Shawn me miró de una manera extraña —vamos por uno.

—No, así estoy bien, en serio.

—Oh vamos, yo si quiero uno

Asentí y comenzamos a caminar hacia una cafetería. Al entrar, el café llegó directamente hacia mi nariz, un olor agradable.
Nos acercamos a la barra y una señora nos atendió.

—¿Qué desean?

—Dos cafés— habló Shawn.

—¿Cómo los quieren?

—Latte, por favor— respondimos Shawn y yo. Sonreí.

—Muy bien, ahora se los traigo.

Esperamos unos minutos hasta que la misma señora regresó con dos vasos con café.

—Aquí tienen su pedido, ¿algo más?

—No, eso es todo— respondí y comencé a sacar un poco de dinero.

Uno de los trabajadores me vió y comentó algo: —¿por qué el chico no paga tu café? Sé un caballero, muchacho. No dejes que la chica lo pague.

—No, por mi no hay problema, yo lo pago— me puse nerviosa

Shawn sacó dinero y se lo dio a la señora.
—Pago por los dos— le dio un sorbo a uno de los vasos.

—No debiste Shawn— comenté, él no respondió.

La señora le regresó unas monedas a Shawn y después nos fuimos de ahí.
A partir de ese momento, él se veía molesto y ya no habló conmigo en lo que restaba del día...

Aún tienes todo mi corazón. (#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora