Capítulo 11

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—¡Lilith!— escuché que mi hermana me gritaba desde abajo.

Con trabajos me levanté de mi cama y salí de mi habitación.
No tenía ni diez minutos que había llegado de trabajar.

—¿Qué pasó?

—Cortame las verduras— ella puso un recipiente con verduras y las observé —¡Pero muévete que los necesito ahora!

Tomé un cuchillo, una tabla de picar y me senté en la mesa.
No me gustaba que los cuadritos salieran disparejos, me gustaba que todos estuvieran del mismo tamaño y yo me tomaba el tiempo para hacerlo como me gustaba.

—Ay Lilith, ¿no puedes cortar mas rápido? Eres muy lenta, ¡muevete, maldita sea!

Puse los ojos en blanco. Ella sabía que no me gustaba que me apresuraran. Rebecca me miró de mala manera y me arrebató el cuchillo.

—Eres una inútil, ni para hacer eso sirves.

Mi mamá se acercó a nosotras
—¿Porqué no le ayudas a tu hermana, Lilith?

—¡Ja! Como si la inútil de tu hija supiera hacer algo. Es una estúpida, ya me imagino cuando se case— respondió Rebecca.

Me levanté enojada y subí a mi habitación, no sin antes escuchar a mi madre hablarme:

—¿No vas a cenar?

—Tú hija ya hizo que se me quitara el apetito— respondí de mala manera y azote la puerta de la habitación.

Me acosté en mi cama y sin dudarlo dos veces, lloré. Los comentarios de mi hermana rondaban por mi cabeza;

“Eres una inútil“

”Estúpida“

”Gorda”

”Eres fea, por eso no tienes novio"

Cerré mis ojos fuertemente, e intenté calmarme, pero esos pensamientos crecían y crecían cada vez más.

Callate, callate" pensé

—¡Callate!— grité a nadie en absoluto.

(...)

Mi celular comenzó a vibrar, ví que me llamaban pero no leí quien era, contesté.

—Hola— dije somnolienta

—Bebé— escuché una voz masculina del otro lado.

—Hola— repetí

—¿Te desperté?

—Eh, ¿que? Ah, no— levemente me frote un ojo para tratar de despertar.

Él rió —¿Harás algo hoy?

—Trabajar

—¿Y después?

—No sé, ¿por qué?

—Creí que podíamos salir.

—Ah.

—¿Sigues dormida?

—No sé.

—Ay, Lilith— él dijo en un tono molesto.

—¿Qué?

—Nada

—Ah.

Gruñó —Ya me voy

—Aja... Espera, ¿quién eres?

—Bye.

Y colgaron. Decidí volver a dormir 5 minutos, el cual fueron dos horas. Sin darme cuenta, ya era demasiado tarde para el trabajo.

12:39 pm

«¡Mierda, mierdapensé

Me levanté lo mas rápido posible, tomé un baño y salí corriendo de mi casa. Afortunadamente mi hermana y mi mamá no se encontraban.

Aún tienes todo mi corazón. (#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora