Capítulo 23

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Esperé, esperé, y Jeremy no bajaba, enojada subí a su habitación y abrí la puerta, él seguía dormido y eso me molesto más.

—Maldita sea Jeremy, ¡¿No vas al trabajo hoy?!— lo moví de un lado a otro

—Déjame dormir Lilith.

—Tenemos que ir al trabajo— fruncí el entrecejo cuando lo escuche reír un poco

—¿Tenemos? Hoy me toca descanso.— se puso de lado y me miró de reojo

—¿Y por qué no me dijiste antes?

—Se me olvido pero lárgate, que quiero dormir.— gruñí.

El timbre sonó y enojada fui a abrir la puerta.

—¿Qué?— miré a Shawn y al instante me puse nerviosa.

—Que buena manera de recibirme— él sonrió.

—Ja, nunca te he recibido de una manera agradable.

—Ninca ti hi ricibidi di ini miniri igridibli... Deja de decir tonterías y vámonos, mensa— reí por su rara imitación.

Roy se encontraba detrás de Shawn.
—Hola Lilith.— me sonrió también

—Hola Roy— le devolví la sonrisa, caminamos a la parada del autobús...

—Y bien, ¿qué vamos a comer?— dije acercándome a Shawn, él me miró y rápidamente apartó la vista.

—No lo sé, preguntale a Roy.— dijo frío y sin mirarme.

Parpadee varias veces y fui con Roy.
—¿Qué le pasa a Shawn?— dije en un tono un poco bajo.

—No lo sé, así a estado desde que llegamos— asentí varías veces

—Hum, ¿qué vamos a comer?

—¿Qué quieres comer tú?

—Lo que sea, da igual.

—Vamos si quieres a comer hot dogs.

—Oye si, vamos— Sonreí, regresé con Shawn —Eh, Shawn, iremos a comprar hot dogs, ¿vienes?

—No, gracias— y no volteó a mirarme.

Frunci el ceño. «Bipolar»

Roy y yo fuimos a comprar, regresamos al restaurante y ahí comimos los hot dogs, miraba a Shawn y él sólo miraba su celular. Podría decir que estaba molesto por algo, me levanté y dejé de comer.

—¿Qué pasa contigo Shawn?

—Nada, ¿por qué?— y no me miró.

—Se nota que estas molesto, ¿lo estas conmigo?— rápidamente negó —¿entonces?

—No es nada, en serio.

—¿Seguro?— asintió, suspiré y me fui de ahí...

En la noche ya nos regresamos en el carro de John, Shawn seguía cortante y distante.

Era extraño no estar riéndome en el camino, era aburrido, y el hecho de que nadie hablara y sólo se escuche la radio, era tedioso.

Me había sentado detrás de Shawn, y se me ocurrió volver a hacer lo mismo de la noche anterior; con mi dedo índice le piqué las costillas y él discretamente se removía, tomó mi mano y volvió a acariciarla. Ese gesto hizo que me sintiera bien, y aunque haya durado poco, había sido genial...

Aún tienes todo mi corazón. (#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora