Capítulo 5.

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Emily.

Me senté en la silla de madera con una gran sonrisa mientras percibía el aroma del desayuno que estaba preparando Molly. ¡Olía tan bien...! Seguro que estaba igual de delicioso, adoraba la comida y adoraba su manera de cocinar.

—¿Cómo es posible que Gilderoy Lockhart sea el nuevo profesor de Defensa Contra Las Artes Oscuras? —protesté, antes de llevar una galleta de chocolate hacia mi boca. Harry se encogió de hombros— No sé, ¿acaso no había gente más...? —callé al ver que Molly llegaba. No quería comida de menos.

—Mamá adora a Lockhart. —farfulló Ronald, mojando su tostada en la taza causando un gran estropicio. Me apresuré a limpiarlo con cuidado— Cosa que no entiendo...

—Bueno, es bastante guapo. —susurré. Ron levantó la mirada frunciendo el ceño y yo sólo me encogí de hombros— Pero es un cabeza hueca, no entiendo cómo hace todo lo que escribe en sus libros.

—Se le dará bien la magia. —sugirió Harry pensativo, así que lo único que hice fue asentir y girarme hacia Ginny, la cual sólo era una mancha rojiza incapaz de mirar a Harry.

—¿Qué te parece si preparamos todo ahora? Por si acaso se nos olvida algo. —exclamé. Ella aceptó casi al instante y agarré su mano, antes de subir las escaleras hacia su habitación.

Era pequeña pero acogedora y me dediqué a mirarla un buen rato a pesar de que ya la había visitado varias veces. Para dejar un espacio, cuando vino Harry por primera vez, había dispuesto a que Ron y él durmieran juntos mientras yo hacía una pequeña charla con Ginny en su habitación y dormíamos por igual en la misma habitación. Esto no pareció muy agradable para mi pelirrojo amigo, pero a la señora Weasley le pareció buena idea.

—Te gusta mucho Harry, ¿eh? —apunté con una voz levemente divertida, abriendo mi baúl y repasando que había puesto en su sitio. Saqué la comida para mi gato y mi lechuza.

—Bueno... —pareció decir algo más pero se quedó en silencio lo que hizo que una risa entretenida saliera de mi garganta y alborotara su cabello del mismo color que el mío— ¿Tanto se nota?

—Un poco, no te preocupes por ello. —dije entre dientes mientras sonreía de manera inconsciente cuando Red se posó en mi hombro y yo alargaba la mano mientras me hacía cosquillas para coger la comida— Preocúpate por tu hermano.

—Hablando de Ron... —su rostro cambió completamente a una sonrisa maliciosa. Levanté las cejas y Red se colocó en su jaula de cobre de nuevo— ¿Cómo estás con él?

—Pues es un pesado. —largué sin reparo alguno, cerrando la jaula y dando de comer ahora a mi gato mientras éste se adormecía en su cesta— Sinceramente, me saca de quicio pero supongo que tiene buen corazón.

—Claro. —rió alargando la a de la palabra, haciendo que yo entendiera nada y me sumergiera en un mar de confusión. ¿Qué era lo que pasaba ahora?— Pues Ron me dijo que...

—Chicas, mamá dice que bajéis si estáis lista, vamos a llegar tarde sino. —interrumpió Ron con su baúl en brazos, trastabillando un poco a la vez que Scabbers pasaba entre sus zapatos. Ginny se sobresaltó y se colocó bien la túnica— ¿Qué pasa?

—Ni idea. —esbocé una sonrisa y cogiendo mi baúl por el asa, la jaula con la otra mano, lo miré— ¿Podrías ayudarme a coger a Weasley?

—¿Eh? —alzó las cejas y yo señalé a mi gato— ¿Le has llamado Weasley? —dibujó una sonrisa en su rostro y asintió enérgicamente, cogiendo la cesta con su mano libre.

—Sí, me gusta mucho ese nombre y le queda bien. —confesé, avergonzada mientras nos poníamos los tres de camino a la estación.

Lo único que esperaba... Era encontrarme con Eleanor lo más tarde posible.

Al llegar, después de media hora, la prisa se inundó de toda la familia, incluido Harry y yo, aunque no hacía falta recalcarlo, yo ya me sentía uno de ellos y a Harry no le faltaba mucho, tampoco.

—¡Vamos, Percy, tú primero! —ordenó Molly haciéndole un gesto. El hijo, obediente corrió hasta la columna y desapareció por ella sin atención alguna de los muggles. Poco después, le tocó a los gemelos y ella misma con su hija corrió hacia el andén 9¾.

—¡Todos juntos o no llegaremos! —puntualicé. Harry y Ron, que aparte de mí éramos los que quedábamos asintieron profiriendo un sonido afirmativo y nos encorrimos hasta la columna. Mala suerte. Di una voltereta cayendo al suelo de bruces, mientras mi baúl y mis mascotas volaban en el aire.

Cuando me incorporé con la cabeza dolorida, escuché mareada como Harry se disculpaba con el revisor de maletas y demás antes de sujetar mi cabeza, intentando saber qué había pasado.

—E-esto es realmente extraño... —terció Harry, observando la pared. Había quedado completamente cerrada.

—¡Si no pasamos, Molly tampoco podrá! —asustada, me abracé a mí misma y me giré hacia Ron que miraba al vacío, antes de mirarnos a nosotros, con una ligera mueca.

(***)

—¡Ron, Ron! ¡El árbol, el árbol! —grité sujetando la puerta del coche que por poco no se quedó atrancada con la rama de un árbol.

Por muy sorprendente que sonara, sí, allí estábamos los tres, acomodados en el coche volador de la familia Weasley, Harry y Ron en el asiento de piloto y copiloto mientras yo junto a jaulas y baúles me apretujaba entre griteríos.

Sinceramente, todo apuntaba a que moriríamos pronto.

¡Bueno, aquí estamos de nuevo! (*˘︶˘*)♡
¿Cómo estáis, cómo lo habéis pasado? Os echaba mucho de menos.
Tal y como Emily relata aquí, se están metiendo en un buen lío pero claro, su instinto aventurero y Gryffindor deniega a resistir la excursión en el coche volador.
Esperemos que todo vaya bien entre el trío montado en el coche, lo peor será cuando lleguen al castillo. ¿Cómo reaccionará Emily al ver a su hermana Eleanor?
Es que... ( ̄^ ̄)ゞ ¿Está enfadada, molesta...?
En fin, lo veremos en el siguiente capítulo, gracias por votos, comentarios e incluso vistos. ¡Gracias, nos vemos!
-Leyre.

Las hermanas E «Segundo año».Donde viven las historias. Descúbrelo ahora