Capítulo 10: "El fantasma anti-suicidio"

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Esa noche Santiago me mandó millones de mensajes preguntándome donde estaba que porque no iba a dormir con él, etc, etc.
Yo no quería dormir con Santiago, quería hacerlo sobre el cuerpo de mi hermano, él era lo mejor que tenía pero ahora gracias a este desgraciado no está mas.
Lágrimas caían desde mis ojos, al fin podía hablar y dije:

-¡¿Porqué me tiene que pasar esto a mi?!
¡Justo a mi!

Pero nadie podía escucharme.

Al decir eso escucho una voz que me decía
"No estaré más en tu mundo pero estaré contigo para siempre" y me lo repetía en un susurro que parecía alejarse, me asuste, se me erizó la piel, no sabía que hacer hasta que esa voz paró y me tranquilice, seguí llorando y ví esa cuchilla con la que mi padre me había cortado a mi y había matado a mi hermano pero por alguna razón extraña el no se mató con ella. Al verla la tomo y tomé una decisión por primera vez, cortarme siempre que me sienta dolida pero al cortarme una vez me dolió, al cortarme dos no me hizo efecto pero al cortarme tres no podía parar, se me había vuelto una adicción.
En ese momento en el que ya no cabía hueco alguno en mis brazos decido ir por mis piernas pero una mano me lo impide diciendo que si lo hacía este sería el fin, mi fin pero ya no me valía, no quería seguir viva.
Miro el reloj que traía puesto, eran las 23:57 la hora perfecta para suicidarme subí las escaleras de la casa pero cuando terminaba de subirlas una mano me agarra las piernas y me hace caer pero me levante y seguí, subí por otras escaleras al ático y otra vez pasó lo mismo, llego a la ventana del ático y la abro,eran las 23:59, se veía muy alto, me daba algo de miedo pero iba a hacerlo hasta que de pronto oigo la voz que me dice"te advierto que si te tiras tu vida no será la misma"
No le hice caso a esa voz, miré la hora por ultima vez, eran las 00:00 y me tiré, cuando iba a llegar al piso algo brilló y me detuvo, pude reflejar a un chico pero no logré distinguir la cara porque me puso a salvo en el suelo y se desvaneció increíblemente.
Esa figura tenía razón, mi vida no fue la misma porque me quedé dormida en el césped de mi casa aquella noche del martes 13 de octubre y desperté una noche de jueves 13 de octubre del año siguiente en el hospital.

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