El tiempo entre nosotros y la diferencia de lo que tu y yo anhelamos, me parte el alma y me convierte en un desinteresado objeto de tu aburrición haciendo que la melodía que descansa en mi pecho se alimente de la notas, haciéndolas desaparecer y diluviándolas sobre su silencio de la manera mas cruel posible.
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Tu no sabes las lagrimas que haces derramar ni conoces la ansiedad que generan tus pupilas, nadie te demuestra lo que yo podría y si tuviera alas para aprender a volar, sería por ti y por tu sonrisa, sería por tu melancolía que me parte el alma y con cada metro sobrevolado en mi mente estaría la idea de poder yo, para ti ser más
Malditas sean las promesas que nunca hiciste y las canciones que jamás me dedicaste. Maldito sea tu olor y tu mirada, maldito seas, maldito seas.
Acostada bajo las estrellas de cemento que no iluminan a mi habitación y acurrucada bajo las sabanas que recorro diariamente, comienza un atisbo de preocupación que antes de que me percate se acumula en un torbellino generando que yo misma, lance a mis protectores del oscuro cielo a un lugar al que no puedo llegar sola dejando que regreses a mi mente y que sacies mis alaridos de dolor con las sonrisas que hicieron que contigo me ilusionara.
Corrígeme y dime que para ti significo algo más que solo una distracción, dímelo a los ojos mientras cascadas de frustración corren por mis mejillas y saboreo las falsas y saladas sonrisas de lo que realmente no encuentro gracioso, dímelo mientras te exijo algo que no debería y tatúa tu significado en mi piel, déjame desangrarme si no me quieres.
Que la aguja con la que tu me llenas de líquidos estimulantes penetre mi intravenosa y me haga regresar al vacío de mi misma en el cual ninguna emoción tiene plaza pero sal de mi mente y deja de atormentarme con tu perfecta imperfección, no lo soporto y quiero gritar pero algo me amordaza y de pronto, como si un balde de agua fría impactara con mis tentaciones, te imagino tomándome por sorpresa con un beso en la mejilla y todos y cada uno de mis nervios se activan dejándome llevar por la ilusión y por el desamor de la noche en la que me dejaste claro que tu de mi no querías nada.
No puedo respirar.
Regreso a ese escenario de vulnerabilidad en el cual nadie esta para protegerme y recuerdo todos tus movimientos como si fueran fotografías que memoricé, los ojos se me caen de la vergüenza de no poder ser lo que necesitas y se me va el aire como con una brisa de desesperación al recordar que nunca seré lo suficiente ni para ti ni para nadie.
Acaricias mis cicatrices con dedos largos y grandes besando los moretones de esta guerra propia que llevo en el pecho. Abro los ojos por un momento pero no estas, solo te imagino y se me corroen los huesos con este prolongado escalofrío de la llama obtusa de claro vano comportamiento, mis músculos se cansan de ti y se sacian del malgastado tejido dejándome vacía y sin la paralela opción de poder tenerte cerca.
Dueles y lastimas mi agravada mente áspera alma pero amo la manera en la que lo haces y aunque mis propias circunstancias me tienen amagada a donde pronto por ti llorare, tengo que decirte maldito bastardo. Que yo por ti, si moriré.