Mask Of Smiles. [Underswap!Fontcest.]

02.

Papyrus salió de casa rápidamente, no soportaba ver a Blueberry así. Él sabía que algo le pasaba a su hermano menor, sin embargo siempre que le hablaba sobre el tema Berry le respondía con un "¡E-Estoy bien, Papy!" o un "P-Papy, no pasa nada, ¡el magnífico Sans está bien!", cosa que le molestaba en cierto modo.

Prendió nuevamente su cigarro, mientras caminaba por el alegre pueblo de Snowdin, pensando en todo lo que le atormentaba. "Me pregunto si las pesadillas tendrán que ver con la actitud de Sansy..." se preguntaba Papyrus, mientras fumaba su cigarro. Luego de un rato de caminar, llegó a Muffet's. Necesitaba "desahogarse" un poco(con Muffet, claramente.)

Una pequeña campana sonó al entrar Papyrus, haciendo que todos los que estaban en el lugar fijaran la vista en el esqueleto, recibiendo bastantes "¡Hola, Papyrus!", "¿Qué hay, Papyrus?" y uno que otro "Holi, Papy~." provenientes del mismo monstruo, aunque ignoro este último. El esqueleto de sudadera naranja se sentó en la una de las sillas frente a la barra, mientras Muffet clavaba la mirada en él.

- Hey, Muffet... ¿qué onda? - Dijo Papyrus, esperando una respuesta de parte de la araña. Recibió un suspiro de su parte. - ¿Qué pasa ahora, Papyrus? ¿Pasa algo con Sans... de nuevo?- Respondió Muffet mientras limpiaba una de sus tazas de tetera. - ... ¿Cómo lo sabes? - Preguntó Papy mientras seguía fumando.

- Ah, Papyrus... - Muffet soltó una sonrisa. - Noto la preocupación en tu cara, es obvio que algo pasa con Sans. - Muffet dejó la taza de tetera en la barra para tomar un banco y sentarse frente al esqueleto. - ¿Qué pasa, Papy? Cuéntame lo que necesites, de todos modos no estoy ocupada. -

- Verás... Sans ha estado algo extraño últimamente... se la pasa casi que todo el día en su habitación, ya no tiene tanta energía... pero de todos modos sonríe todo el tiempo, como si tratara de ocultar algo, y... tengo miedo, Muffet.- Muffet se mostró confundida. - ¿Miedo a qué? -

El esqueleto suspiró. - Tengo miedo de que le ocurra algo a Sansy... se podría decir que lo amo más de lo que debería. - La araña quedó totalmente sorprendida. - A ti... ¿te gusta tu hermano? - Al preguntar eso, la cara de Papyrus se tiñó de un color naranja.

- ¿¡Q-Qué!? ¿¡D-De qué hablas, Muffet!? - Papyrus se notaba nervioso, su respiración se agitó levemente. - ¿¡C-Cómo voy a estar enamorado de mi hermano!? ¡¡E-Estás demente, Muffet!! - Dijo Papyrus con voz nerviosa y quebrada. - ... Papy, no me engañes. Es algo obvio que sientes algo más por Sans. - Dijo Muffet con un suspiro. - No te salgas del tema, sigue contándome.

Papy se sintió aliviado de que Muffet dejara de lado ese tema. - B-Bueno... Me siento muy preocupado por Sansy... No quiero que sufra ni que nadie le haga daño. - Suspiró. Escuchó que algún monstruo llamaba a Muffet, haciendo que se retirara por un momento. Tomó el cigarro que continuaba encendido en su boca para lanzarlo al suelo y apagarlo con la planta del pie(pisándolo, claramente.)

Al cabo de unos minutos, Muffet regresó junto a Papyrus con una botella de Miel, haciendo que el esqueleto soltara una sonrisa. - Gracias, Muff. - La pelimorada suspiró. - Uno más a la cuenta. - Dijo la araña riendo levemente.

(...)

Papyrus había pasado toda la tarde con Muffet, sin darse cuenta de la hora. Había olvidado casi todo, desde que había salido a hacer unas "compras" rápidas hasta que había dejado a su pequeño hermanito solo en casa.

- ¡Vamos, Muff! Ese fue un chiste arácnido. - Dijo Papyrus soltando una fuerte risa, haciendo que Muffet soltara una de sus inusuales sonrisas, cuales solo le dedicaba a su esqueleto favorito. - Ja ja, qué graciosito... - Dijo Muffet en tono sarcástico.

- Claro que sí, ese chiste fue muy bueno. - Continuó Papy. Muffet sólo rodaba los seis ojos.

- Ehm... ¿Papyrus? - Trató de llamar la atención del esqueleto de sudadera naranja.
- ¿Qué pasha, Muff? - Miró a Muffet fijamente.
- Verás, Papyrus... - Soltó un suspiro largo. - Estaba pensando en que tú, y yo... Ehm... Podríamos ...-... - No terminó de hablar ya que su amado esqueleto la interrumpió.
- ¡Santos huesos! Es muy tarde, ¡debo ir a ver a Sans! - Interrumpió el esqueleto para levantarse de su asiento. - ¡Adiós, Muff! Nos vemos luego. - La araña sólo suspiró.

Papyrus salió rápidamente del lugar, dirigiéndose hacia su casa. Llegó a ella más rápido de lo normal, ya que estaba casi que corriendo. Al llegar, abrió la puerta rápidamente y subió las escaleras para ir a la habitación de Blueberry. Cuando iba a entrar, escuchó unas voces dentro la habitación de su hermano.

- ¡Buen chiste! - Escuchó a su hermanito pequeño reír.
- Eso no era broma, Sans. - Dijo la otra voz que el esqueleto mayor no pudo reconocer, ya que no la había escuchado antes.
- Cl-Claro, d-debe ser una broma... ¡Pa-Papy nunca diría algo así! - Respondió nuevamente el pequeño esqueleto.
- Vamos, Sans. No seas tan ingenuo... - Papyrus notó un pequeño suspiro.

El esqueleto de sudadera naranja se recostó en la puerta, haciendo que sonara un pequeño ruido, que, lamentablemente, Temmie notó.

- ... Hablamos luego, Sans. Parece que aquí hasta las puertas escuchan. - Dijo la voz para luego desaparecer.

Papyrus escuchó unos sollozos, logró reconocer que eran de parte de su "baby bro". Entró desesperado a la habitación, para encontrar a su hermanito abrazando sus piernas sentado en la cama, mientras estaba totalmente cubierto en una de sus cobijas.

Al escuchar que él lloraba, se sentó en la cama junto a él. Sans sintió que alguien se sentaba junto a él, dejando(o al menos eso trataba) de llorar.Papyrus acarició el cráneo del pequeño a través de la manta.

- ... ¿Pa-Papy? - Dijo el más pequeño de los hermanos sacando su cabeza fuera de las mantas para ver a su amado hermano mayor con una de sus sonrisas que tanto le tranquilizaban.

El otro esqueleto tan sólo sonreía, tratando de calmar s su pequeño hermano. - ... Pa-Papy... - Sollozaba el pequeño.

Sans pudo sentir como su hermano mayor lo tomaba y lo ponía en su pecho. Lo estaba abrazando. - Pa-Pap...- ... - Papyrus lo interrumpió dejando un "beso" en su frente.

Ese beso significaba más que mil palabras.

"Te amo, Papy." era lo único en que pensaba el esqueleto menor.