04.

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Había "amanecido" nuevamente en el subsuelo, Sans despertó temprano un día más, pues debía ir a entrenar con Alphys. Se sentía bastante débil, no tenia muchos ánimos. No recordaba nada de la noche anterior, ya que tenia un dolor de cabeza tremendo.

Soltó un suspiro, mientras se levantaba de su cama con forma de auto. Se colocó unas pantuflas color rosa pálido para estirar sus huesos un poco. Aún llevaba la sudadera de su Papy, olía muy bien. Caminó hasta fuera de su habitación, para dirigirse a la de Papyrus. Tocó la puerta, aunque sólo escuchó ronquidos, su hermano seguía durmiendo.

Entró en la habitación delicadamente, para sólo ver a un pequeño perro durmiendo en el colchón de su hermano mayor. El pequeño, totalmente confundido, miró detenidamente la habitación, sin embargo,  no había nadie más que ese perro molesto. Blueberry se sentía mal, ¿dónde estaba su querido hermano? No tenía idea. ¿Y si tan sólo no quería estar más con él? Quizá esa era la razón de que se había distanciado tanto de él.

Salió de la habitación sintiéndose realmente débil, casi no tenía fuerzas. Estaba asustado, obviamente. ¿Qué estaba pasando? ¿Por qué se sentía de esa manera? Tomó apoyo en la baranda de la escalera, mientras caminaba a un paso lento hacia abajo, quizás allí estaba su querido hermano.

Siguiendo con paso lento, bajó por las escaleras hasta llegar al salón, con menos energía que antes. Notó a su hermano con una camiseta de manga corta color negro sentado en el sofá, fumando como siempre. — ¿P-Papy? ¿Qu-Qué... ha-haces aquí...? — Dijo el pequeño esqueleto mientras soltaba un tosido ahogado. 

Papyrus, ni siquiera se dignó a responder. Se levantó de su tan cómodo asiento para ir junto a su hermano menor, mínimamente preocupado pensando en que posiblemente era unos de sus juegos de niños. — Sans... ¿qué haces?... Basta de jugar, ¿si? — Soltó un suspiro. Al ver que Sans no respondía, se agachó a la altura de Sans. — E-En serio... ¿qué pasa? —

Sans soltó una pequeña sonrisa, tratando de tranquilizar a su hermano mayor, el cual estaba totalmente preocupado.  — N-No pasa nada Papy...  ¡E-El magnífico Sans está... b-bien!  — Dijo mientras trataba de no llorar. Papyrus tomó a Sans entre sus esqueléticos y, de algún modo, cálidos brazos. Sans sólo se aferró al esqueleto mayor. Ésta vez,  no pudo evitar soltar lágrimas, haciendo que éstas cayeran por debajo de sus cuentas, dejando una leve marca acuosa en sus pómulos.

Papyrus se levantó lentamente, sintiendo como Sans pasaba sus piernas por su cadera para no caerse. — ¡Papy! ¡S-Suéltame! ¡E-Estoy bien...! — decía el menor mientras seguía aferrándose al mayor.

El esqueleto más alto ignoró completamente las órdenes del más bajo. Se sentía frustrado, tenía mucho miedo, aunque no lo demostrara de manera totalmente directa. — Sans... Me preocupas demasiado... — suspiró.

Lo llevó a su habitación, mientras lo sentaba lentamente en la cama con forma de auto. Sans no podía creerlo, ¿realmente Papyrus lo estaba tratando de esa forma? Se podría decir que sus sueños estaban a punto de volverse realidad, o al menos eso estaba pensando el menor, ya que su hermano tenía otros planes.

— Sans... ¿ya me dirás que te pasa? Ayer ni siquiera hiciste el aseo de la casa, no sé qué te pasa, me preocupa mucho que te comportes de esa manera tan extraña...

Sans no respondió. Papyrus, al notar eso, soltó una mueca de tristeza mirando al contrario. Sans no sabía que decir, pues le había prometido a su mejor amigo que no le diría nada a su hermano. De todos esa criatura no estaba ahí, ¿cierto? Papyrus se enteraría de una u otra forma.

Grave error.

Sans soltó un suspiro, pensando en las palabras que diría. — P-Papy... Verás... — Se quedó callado luego de eso último. No sabía que decir, ya que no estaba cien por ciento seguro de hacerlo. — No me he sentido completamente... Bien. — continuó. — No me siento bien... Me cuesta mucho caminar, y...

— ¿Quién te hizo esto? — Lo interrumpió Papyrus, tomando el "brazo" del ojiazul. En éste, se podían ver muchas marcas en el lugar donde se supone que estarían sus venas, justamente en sus muñecas.

Sans se quedó callado. Recordó aquellos momentos en los que se encontraba realmente mal, en los que se hería a sí mismo. Papyrus soltó unas lágrimas. ¿Era tan mal hermano? — S-Sans... ¿por qué tú...?... — El nombrado bajó la mirada. No quería dar explicaciones, tan sólo diré una pista: Temmie.

  — Sans, necesito que me digas todo lo que pasa... — Soltó un suspiro ahogado, con un aire de cansancio. — ¿Podrías decirme que pasa, pequeño?

— P-Papy... No quiero hablar de eso ahora... ¿por favor? — El nombrado soltó una sonrisa triste.
— Te lo pido, Sans. — lo tomó de la "cintura". — Dímelo todo.

Qué asco de capítulo.

En el próximo posiblemente habrá lemon.

Mask Of Smiles. [Underswap!Fontcest.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora