Epílogo

70.6K 4.6K 603
                                    



Rocco



Un hijo.

Mi hijo.

Todo había sido demasiado perfecto. Katherina estaba en mis brazos, bajo mi protección luego estaba con Marlon. Su rostro magullado, su cuerpo golpeado y la sangre a su alrededor era algo que me perseguiría hasta el final de mis días, pero aquellas imágenes no serían lo que me perseguirían siempre, no, sería la forma en la cual ella tenía sus manos alrededor de su vientre y como intentaba retener algo allí mientras la espesa y densa sangre se derramaba de entre sus piernas y manchaba su claro vestido de verano. La forma en la cual ella había tomado mis manos y deslizado hasta su vientre en busca de que retuviese a nuestro hijo en su cuerpo.

Todo había desaparecido a mi alrededor cuando el doctor se había acercado a la sala de espera para informarme como ella se encontraba.

« Cuando llegó ya había perdido al bebé. Los golpes que recibió fueron mortales para el feto »

Todo se volvió negro y no había reaccionado hasta estos momentos donde me encontraba frente a Marlon. Su rostro ahora era pálido, como si estuviese frente a la parca o el mismísimo Hades. Me observaba con miedo, un miedo el cual alimentaba mi oscura alma. Sabía que luego de esto no habría redención para mi alma, y esa mierda no me interesaba, no cuando el hijo de puta frente a mi había golpeado hasta casi la muerte a Katherina. Él había ocasionado la muerte de nuestro bebé y yo tenía una puta promesa la cual cumplir.

Ellos podrían tomar todo de mí, martirizarme hasta sacar la mierda de mí o hacerme suplicar misericordia al romperme, pero no, habían ido a por ella, por Katherina. Había sido lo suficientemente estúpido como para creer que ella estaría a salvo conmigo, que la podría mantener segura como a unos de mis hermanos, y esa era una mierda que nunca me perdonaría.

Mi hijo.

Katherina.

Aún la veía, dañada y bañada en su propia sangre mientras intentaba susurrarme bebé con las pocas fuerzas que les quedaban antes de desmayarse.

Tenía unos tres o cuatros días sin dormir, había salido del hospital luego de que el doctor me informara que ella se encontraba embarazada, tendría a mi jodido bebé y nunca lo supe.

Marlon, Cerberos, ellos habían arrebatado a nuestro bebé de ella.

El sonido de los gritos del segundo sujeto era como una puta melodía. Dulce, deliciosa, pero no sentía o tenía emoción alguna. La sangre estaba por todos lados, mientras el segundo sujeto se encontraba atado a una silla, los pies en agua y recibiendo descargas eléctricas, a Marlon lo había colocado colgando de las muñecas, desnudo y con el rostro ensangrentado por los golpes, pero necesitaba más, él necesitaba conocer el dolor de Katherina, conocer lo que le había causado perder a nuestro bebé.

Cuando lo golpeé con el palo de madera con el cual jugaba, el lugar fue lleno de un desgarrador grito. Atrapar al hijo de puta me había costado unos dos días, pero lo había hecho y cuando lo tuve en mis manos, llevarlo al club no hubo sido una opción, Marlon lo había hecho demasiado personal. Su castigo era únicamente algo que yo podría otorgarle.

No había molestia, no había nada cuando otro grito rugió en el lugar, necesitaba más, emoción, recordar porqué estaba haciéndolo pagar, pero el recuerdo del cuerpo de Katherina apretándose contra el mío cuando la levanté del charco de sangre aún era muy fresco. Ella había estado en su propia sangre, su hermoso rostro había estado cubierto de sangre, las marcas de unos dedos se encontraban marcando la suave piel de su cuello y su ropa rasgada como si alguien hubiese intentado tocarla, no solamente la querían dañar, sino que también tocar, tocarla como si fuese una puta y no mi jodida mujer, querían adueñarse de lo que era mío, querían romperla de una manera la cual nunca sería capaz de recuperarla.

El cuerpo de Marlon se sacudió, convulsionó con violencia y solamente y escuché la súplica abandonar su boca en un susurro cuando dijo: —Por favor— casi pude escuchar los huesos romperse bajo el violento golpe cuando golpeé sus costillas, y finalmente empecé a sentir satisfacción, pero necesitaba más.

Nuevamente perdí la noción del tiempo mientras lo golpeaba y escuchaba los huesos romper bajo la carne. La sangre brotó de su boca, Marlon suplicaba, pero estaba seguro que cuando golpeaba a Katherina el hijo de puta seguramente se excitaba con sus gritos de súplica.

—Er-era una puta resistente— escupió sangre al decir aquello. —¿Sabías que te llamaba? Gritaba por su hombre italian...— lo obligué a callar cuando ahora golpeé su rostro, haciéndolo esta vez escupir un diente.

No volví a darle oportunidad de hablar, no, no necesitaba escuchar su mierda, o el recuerdo de lo que había hecho con Katherina, la imagen en mi cabeza era más de lo que necesitaba para terminar mi objetivo, no importaba si con esto no tendría vuelta atrás, nunca me arrepentía de lo que hacía, esa no era mi mierda. Nunca me arrepentiría de lastimar a quien había lastimado lo que era mío.

Todo era por Katherina, por nosotros si queríamos tener un futuro, por la mujer que provocaba que mi negro corazón sintiera cuando la tenía en brazos, por aquellos bonitos ojos esmeraldas que habían llamado mi atención.

Por Katherina y por su seguridad.

Por nuestro hijo muerto.

Por mi mujer.

Por nosotros.


——


Creo que ya todas saben que me gusta la intriga por lo cual, hasta aquí nos trajo el tren con Loving the Darkness. Escribir una novela con más de 35 partes lo encuentro exagerado, la única forma que lo encuentro aceptable es si los capítulos de la novela son de menos de cinco páginas y lo que escribo sobre pasan de las 8 páginas en word, esta novela no la he terminado de pasar a PDF y hasta el capítulo 27 tiene 277 páginas.

Loving the Darkness (D.W #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora