( ↓ ) Capítulo 8: El novio de Yui.

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~Ánica~

Los pasillos de la mansión eran más grandes de lo que creía, Allan solo me miraba intranquilo mientras seguíamos a Yui (la cual parecía conocer toda la casa) paró en seco. 

—No me gustaría que te intimide Ayato Ánica, puede parecer duro y sátiro muy a menudo.

—El hecho de no estar en esa jaula ya es ganancia, ¿sabes? nada me intimida aparte de...esos ojos —acaricié mis heridas en los brazos y miré al suelo, creo que comenzaba a temblar de miedo.

—Me imagino que sí, ven pasa.

Allan me seguía en todo momento, entramos a lo que parecía una gran cancha de basketball, el piso estaba encerado y resbalaba un poco.

—Vaya esto es vida de ricos —maulló Allan.

—Así parece Allan, no hagas ruido.

Yui nos dijo que me mantuviera oculta detrás de una grada, ahí podríamos ver todo sin necesidad de que nos descubriera, pues tenía miedo de la reacción de su pareja.

—Ayato, ¿podrías venir un segundo? —Yui llamó la atención del que aún no conocía.

—En un momento panqueque, tu Ore~sama está a punto de romper su mejor récord.

Quienquiera que fuera tenía una resistencia increíble, y su fisonomía era muy estética pero poco atlética, me sorprendí al verlo jugar.

—Miau, ese chico sabe moverse —dijo Allan.

Cuando finalmente el novio de Yui dirigió su mirada hacia nosotros, me llené de pánico y apreté la cola de Allan.

—Buen juego Ayato~kun —dijo corriendo hacia él, besándolo en la mejilla.

—Ah ya ya, no fue para tanto panqueque, ahora, ¿qué quieres?.

El pelirrojo era poco fornido y tenía unos bellos ojos verdes, efectivamente sus facciones eran más atractivas de cerca, todo un ejemplar con una toalla rodeando su cuello.

—En realidad Ayato...es sobre Reiji.

El pelirrojo cambió su semblante a serio, como si ya se lo viera venir.

—¿Qué hay con él?

—No quiero que te molestes, ni que le reclames nada todavía por favor, solo quiero que las cosas salgan bien.

Ayato la sostuvo por los hombros.

—Tu no me darás órdenes, ya deberías saberlo —sonrió y pasó un dedo por la delineada boca de Yui.

Había apretado demasiado fuerte la cola de Allan,tanto que había dejado marcas en la grada, Ayato se puso alerta buscando la fuente del sonido de la madera siendo rasgada.

—¿Qué fue eso?

—Ayato...

—Silencio, escuché algo.

—Es precisamente de lo que quiero hablarte, verás, Reiji ha estado...

Entonces pasó, Allan salió disparado de la grada maullando como loco por el dolor que le ocasioné. Estaba tan agobiada por la situación así que salí de mi escondite y me acerqué considerablemente a ambos.

—Reiji Sakamaki ha estado experimentando conmigo en su laboratorio, mi nombre es Ánica Dilton y él...me compró.

Sentía que el alma se me iba en un hilo de voz, aun podía mirar a ambos a los ojos sin ningún problema, eso era sorprendente.

—A eso le llamo verdadera fatalidad, toma nota panqueque, quizá aprendas algo —sonrió Ayato.

—Ehm, de hecho señor Ayato...Yui fue de gran ayuda para que pudiera escapar, por no decir huir de ese maldito lugar.

—Hum, tienes unos lindos senos.

En ese momento le solté una bofetada, no había dado una tan fuerte desde que un niño en primaria me dijo lo mismo.

—¡Ánica! —Yui tapó su boca con sus dos manos con asombro.

—Te ruego que no vuelvas a mirar mis senos de esa manera, es molesto.

—Tu sinceridad duele, terminará por matarte —me examinó el ojiverde de arriba a abajo con la piel de su mejilla enrojecida—. El olor de tu sangre no es especial, no entiendo que es lo que Reiji esperaba que resultara de hacer experimentos contigo.

—Ayato, eso es muy grosero.

—Silencio panqueque —alzó una mano e hizo un gesto para que lo siguiéramos.

~Ayato~

Mi cuerpo estaba ardiendo en vida, era nueva para mí esta sensación, si bien la sangre de esa joven andrajosa y lastimada no era especial...era rara.

Claro no tenía ni tengo interés en probarla; podré ser muchas cosas pero nunca le sería infiel al panqueque.

Todo esto tendría que procesarlo con la cabeza fría, una sangre como la de Ánica pondría de cabeza a toda la casa, no por ser especial ni dulce; su sangre era rara.

Ambas mujeres me acompañaron en silencio a mi habitación.

Ambas mujeres me acompañaron en silencio a mi habitación

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Había tomado la ruta mas rápida posible para que nadie sospechara; el miedo en Ánica era muy visible, me hacía preguntarme ¿que clase de cosas le hizo Reiji como para temerle a tal grado de no querer verlo?

Le hice sentar en el sofá grande y Yui hizo lo mismo, permanecí de pie mientras me cambiaba.

—Y dime, exactamente, ¿qué pasó?

—Yo no quisiera hablar de eso —giró la mirada, creo que hice una pregunta estúpida.

—¿Entonces por qué demonios estás aquí?

—Ayato, yo la traje aquí contigo, somos "la máxima autoridad" aquí, ¿no estás intranquilo al saber esto? jovencitas como yo siendo torturadas y usadas por Reiji.

Sinceramente me daba lo mismo, pero entonces lo imaginé. Panqueque en una jaula, sin comer, sin dormir incluso, su piel rasposa y cabello enmarañado, sus ojos llorosos y llenos de dolor...

—Bueno, si estuviera preocupado, lo cual no es el caso, ¿que quieres que haga? —pasé saliva.

—Ánica está muy delicada, quiero que se quede hasta que se recupere Ore~sama, por favor.

Esos malditos ojos de cachorra que tenía me hacían sonrojar, joder era mi novia y realmente la amaba, tal vez traería problemas pero no quería verla triste.

—Si me lo pides así...—sacudí mi cabeza—. Es decir, no es necesario que todo esto se haga público gracias a Reiji, permite que arreglemos el daño que te ha hecho, lo menos que podemos ofrecerte es una estadía en la mansión, serás tratada como nosotros.

—Realmente no puede "arreglar" lo que Reiji me hizo, todo siempre estará en mi memoria.

Ánica temblaba de nuevo, realmente estaba asustada.

—Por favor Annie, no te vayas...

~Ánica~

Miré a Yui fijamente, ella acariciaba el dorso de mi mano, parecía que se preocupaba por mí realmente.

Pero aquí...aprendí que nada es lo que parece.

Pero pensando bien las cosas, debía quedarme

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Pero pensando bien las cosas, debía quedarme.

Allan y yo no teníamos a donde ir, y sinceramente estaba cansada de lunáticos.

Quedándome aquí tendría muchas atenciones según Yui, aun no confío del todo en ella, pero por ahora este tendría que ser mi refugio, nuestro refugio.

—No pensaba hacer nada de esto público...Señor Ayato.

—Wow no me rebajes tanto, para ti soy tu Ore~sama.

—Está bien, Ore~sama —me dio un extraño sabor de boca tal término, pero era el dueño de la casa.

—Entonces ¿¡te quedarás?! —Yui sonrió y me acercó más a ella.

Fue entonces cuando miré a Allan que estaba refregandose en mis lastimados tobillos, me había prometido a mí misma ver solo por los dos, ya nunca estaría sola.

Y no me importaba que tanto de lo que me había dicho Reiji era cierto, él no sería un impedimento en mi felicidad. Mi felicidad sería devolver a mi gatito a su hogar, verlo ronronear una vez más en los brazos de su amo, quienquiera que fuera...

.~♡~.










Aquel gato y el SADISTA (Reiji Sakamaki)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora