No pensaba en volver a Ciudad Luminalia en mucho tiempo, pero mi madre estaba de cumpleaños, y no podía perdérmelo.
-¡Hija, qué gusto!-dijo apenas me abrió la puerta- has crecido tanto...
-Mi pequeña de dieciséis años, nada más ni nada menos, bienvenida-mi padre me abrazó.
-Que lindo verlos de nuevo- sonreí.
Pasamos y me sirvieron una taza de té.
La casa seguía igual, no quitaron ningún marco de la pared, y ésta seguía con sus rayas verdes y azules claras, y la alfombra aún era del mismo color.
-Hija, yo saldré en un rato al centro de la ciudad, debo hacer unas compras-mi padre me guiñó el ojo- ¿quieres acompañarme?
-Ooooh... Claro papá-le sonreí.
-¿Y cómo te ha ido?-preguntó mi madre.
-Excelente, me llamaron de un café aquí en Luminalia para dar un mini concierto.
-¿Cómo está Kricketot?
-Muy bien, ahora está descansando, ayer practicamos mucho con la banda.
-No lo presiones tanto, puede enfermarse...
-No lo presiono, mamá. Él insiste en tocar una y otra vez el concierto completo...
-Creo que se hace tarde, vamos _____-interrumpió mi padre.
-Ya volvemos, te quiero.
Salimos de la casa y mi papá comenzó a contarme de su sorpresa de cumpleaños para mi mamá. En la mañana yo tocaría su canción favorita y eso la despertaría, miraría por la ventana y vendría a vernos, pero al bajar las escaleras, la estaríamos esperando en la sala con su pastel y sus regalos.
Me mandó a retirar el pastel de la cafetería Furfrou, que también sería la cafetería a la que iría a tocar con la banda. En realidad no recordaba bien la ubicación de ésta, y me pasé un buen rato recorriendo calles y preguntándole a todas las personas que veía.
¿Cuántas cafeterías hay en esta ciudad?-pensé.
Cuando pasé frente a un café, cierta silueta se congeló en mi mente, e hizo que me detuviera.
Revisé el nombre de la cafetería y no era la que buscaba, pero algo me impedía seguir caminando.
Capítulo 2
He vueltoooooo :) les dejo un capítulo cortito ♥
¡Hasta otra!