EmmaMe ponía muy contenta que David quisiera acompañarme al gym, sea como sea, al parecer comenzaba a interesarse en todas mis actividades y eso me ponía feliz, puede ser que podamos revivir nuestro matrimonio, sé que puedo lograr volver a estar con el, reavivar la llama de nuestra pasión, me he comprometido tanto que estoy dispuesta a intentarlo de nuevo y poder perdonarlo.
Iba en dirección al restaurante favorito de mi madre, pues tendría mi primera clase de cocina, la idea me era agradable, era un sueño que tenía desde pequeña pero que con la pérdida de mi madre me ponía triste hacerlo, sabía que ella le hubiera gustado convertirme en una gran chef pero mi pasión eran los libros, intente tomar cursos pero como me casé muy joven decidí centrar mi tiempo en mi marido, mi hogar y en un futuro en mis hijos, era triste pero siempre he querido tener una gran familia, pero a David no le agrada la idea de tener hijos.
Entre al restaurante y me alegro saludar a todos los trabajadores, casi nunca venía pero sabían quién era yo, una vez en la cocina me cambie de ropa y estaba más que impaciente, vi a Adam quien estaba al día con las cuentas y checando las ventas y administraciones.
— mi muñequita, ven quiero que conozcas a Evan.
Y al ver a un hombre alto y buen torneado giro al escuchar su nombre y ahí estaba el, era menos musculoso que mi marido pero sus ojos eran azules y cautivadores, además de tener una sonrisa siempre en su rostro, me sentí un poco apenada al no poder quitar la mirada de el, pude notar cómo se incomodo un poco y después de romper el hielo comenzó mi clase, era impresionante lo mucho que sabía sobre cocina pero me encantaba la forma en la cual se apasionaba tanto con los ingredientes y la cosina podías sentir la pasión con la cual el cocinaba, era como arte para tu sentido del olor y el gusto, al terminar la clase nos dispusimos a comer el platillo que habíamos preparado, era delicioso, tras una copa de vino y la compañía de Adam pasamos una tarde agradable, hablamos de arte, música y libros, fue sorpréndete encontrar a alguien quien tenía el mismo gusto literario que el mío, me invitó a participar en un círculo de lectores el cual iniciaría mañana en la noche en un pequeño bar cerca de esta zona, nisiquiera lo pensé dos veces y acepte su invitación, había algo en el que me trasmitía sensaciones nuevas en todo mi ser, tal vez porque sería la primera vez en la cual podía tener un amigo hombre, jamás me considere una mujer muy amistosa y sociable con los hombres, siempre fui un poco discreta y reservada, además de que la mayoría solo quería llevarme a la cama.
Llegue a casa a las seis de la tarde, me arregle con la ropa de gym nueva que compre, espere a que David llegara, por fin tendríamos una actividad como pareja, desde hace mucho que no hacíamos cosas juntos, me senté en la sala a esperarlo, pero los minutos pasaron, las horas y David no venía, cuando vi que el reloj marcaba las 8 decidí marcar a su oficia.
— oficina del Licenciado David Lee Style
— buenas noches señorita, se encontrará el señor David.
— quien lo busca ?
— su esposa.
— señora lee, me temo informarle que el licenciado salió hace un rato con su asistente, me temo que no regresarán ya a la oficina.
Debí imaginarlo, era la mujer más estupida, incluso su secretaria me hacía sentir tonta con el tono en el cual de seguro pensaba que era la mujer más cuernuda.
— gracias.
Y colgué, pude sentir el llanto y la tristeza me invadió, subí a darme una ducha y me metí a la cama, por un momento había pensado que entre él y yo podía existir una posibilidad, pero me equivoque, sentí asco al recordar sus caricias, de seguro nisiquiera lo satisfago como mujer para querer irse al lado de ella, maldición,
Me quede dormida de tanto llorar, escuche su carro llegar, mire la hora y eran más de las 11 de la noche, pero eso ya no importaba, me prometí a mí jamás dejar que volviera a jugar más conmigo, fue entonces donde un odio y rencor despertó dentro de mi.
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No me dejes
Short StoryTras casarse tan joven Emma una chica con gran poder económico y posición social descubre que él felices por siempre solo sucede en los cuentos de hadas y las novelas de los cuales era fanática, y le encantaba leerlas una y otra vez. A sus 25 años d...