No me dejes

Tiempo al tiempo

David

Era verano estaba haciendo un calor insoportable, decidí salir a caminar, entre a un centro comercial y pase por una gran librería, podía ver cómo muchas mujeres estaban formadas y desesperadas por conocer a lo que supongo su escritora, en su mano tenían un libro titulado "No me dejes", me llamó la atención ver a tantas mujeres, entre y vi cómo todas estaban cómodamente entrando a una pequeña sala de conferencia, me acerqué un poco a la entrada y lo que mis ojos vieron no lo podía creer, había un banner colgado en la entra donde estaba la foto de Emma, tenía el cabello muy largo y lacio, jamás la había visto con el cabello lacio, al parecer ella era la escritora y entre murmullos escuche como platicaban del libro un grupo de amigas.

— qué triste que al final no sigan juntos.

— si, pensé que el lucharía por ella.

— creo que los personajes aún se aman pero el miedo los tiene alejados.

Quise saber más pero vi cómo se formaban para poder entrar, la fila iba avanzando y cuando entró la última chica me colé y permanecí de pie en la entrada, entonces vi que un hombre alto y algo adulto daba la bienvenida a todos y todas los presentes por asistir a la invitación,cedes pues de expresar su gratitud por fin presento a Emma, quien salió del escenario en un vestido azul celeste, que se le pegaba al cuerpo dejando ver su gran figura, su cabello le llegaba por la cintura, tenía una coleta y era muy lacio, se veía hermosa, la escuche saludar a todos, compartió su experiencia como escritora, respondió preguntas del público y tras leer un capítulo me di cuenta que hablaba de nosotros, salí rápido y compre su libro, me fui a la casa y comencé s leerlo, creo que estuve leyendo durante una semana día y noche hasta que lo termine, era encantador como ella describía la historia de sus protagonistas, lo triste fue que al final se despidieron en aquella estación del tren, no podía creer que esta historia terminara así, me sentí molesto al pensar que nuestra historia termino de la misma manera, por lo menos ahora ella tenía a alguien a su lado.

Emma

Era diciembre, amaba el invierno, estaba nevando en las calles de los Ángeles, había ido a comprar un par de obsequios para las fiestas navideñas a casi unos días de Navidad quise salir de casa y dirigirme a terminar mis compras, mi libro había arrasado las ventas, jamás pensé que se vendiera tanto, tuve reconocimientos y me entregaron un premio por romper éxito en las librerías, camine saliendo de la tienda de juguetes, amaba ver caer los copos de nieve, estaba pasando por la cafetería donde me encontré la primera vez con David, nunca entraba ya que los recuerdos me invadían pero quise entrar y superar mi pasado, justo cuando entre mi hombro topó con el brazo de un hombre.

— disculpe señor.

— descuide.

Giró y ahí estaba el, David, tenía la barba algo larga y el cabello también, llevaba un abrigo al parecer acababa de salir de su oficina porque tenía puesto su traje azul marino, ese traje que me encantaba, sonreí ante su mirada la cual dibujaba una enorme sonrisa.

— Emma !!! Qué gusto verte !!!

— hola David, lo mismo digo.

— andas de compras ?

— si, bueno, digamos que estoy terminando las compras navideñas, pero que me dices de ti, estabas por irte.

— si, bueno, yo...

Lo vi quedarse callado un momento cuando la voz de una mujer morena y alta nos distrajo.

— David, nos vamos.

Vi cómo David la miraba dándole una sonrisa y ella se sujetó a su brazo, sentí feo ver esa escena, pensé que en todo este tiempo lo había superado pero al parecer no era cierto, aún sentía los nervios de una niña al ver al chico que le gusta, mi corazón latía a un ritmo más acelerado y mi respiración se entrecortaba, al igual que al sentir los temblores en mis piernas.