Hey there, Derek. [Sterek]

Capítulo cuatro.

Hola Derek,
sé que las cosas se están poniendo difíciles,
pero solo créeme chico,
algún día, pagaré las facturas con esta guitarra,
nos irá bien,
tendremos la vida que supimos que tendríamos,
mi promesa es buena.  

—De acuerdo, si quieres creerle a Jackson en desde a mi, está bien —dicho esto, cortó la llamada.

Suelto un suspiro, yo no quería que esto acabara así.

Te estarás preguntando, ¿qué ha pasado? Bueno, te haré un pequeño resumen de lo que pasó en este último mes.

En las dos primeras semanas, Derek y yo no teníamos tanto tiempo libre o no podíamos coordinar con los horarios para hablarnos, lo cual me había tenido demasiado triste, ya que siento que en parte es mi culpa por no poder hacer nada para arreglarlo o recompensarle, en la tercera semana cuando el tiempo era más abundante para ambos, él había estado muy cortante y frío conmigo, eso empeoró mi estado de ánimo y las dudas comenzaron.

¿Si Derek ya se cansó de esta relación? ¿Y si esa tal Braeden era más que su amiga? ¿Si le estaba empezando a gustar otra persona?

En la cuarta y actual semana, hace cuatro días para ser exactos, hablé con Jackson para saber respecto a la pelea que tuvo con Derek y sobre su comportamiento, tanto el de mi novio como el suyo.

Nuestra llamada fue corta, pero aún así me respondió todo lo que necesitaba saber y más.

Por lo que me dijo, él había encontrado a esa tal Braeden y Derek besándose, él golpeó a Derek porque le había dado mucha rabia que el otro hiciera eso estando aún conmigo.

Yo opté por escuchar y agradecer, Derek jamás me haría eso, ¿verdad?  Pero... ¿Por qué Jackson mentiría con eso? ¿Qué ganaría con hacerlo?

Lo que sí puedo decir es que ese día lloré como no lo hacía hace mucho.

Hoy sábado, había decidido tener una charla con Derek sobre ese tema, no quería que pensase que desconfiaba de él, pero es que no podía seguir con estas dudas, nervios y sobre todo miedo de perderle que carcomían poco a poco mi cabeza.

Al principio de la llamada, Derek me hablaba de forma seria, por lo cual cuando saqué el tema, sentí su enojo a través de la llamada, negando todo y preguntándome el porqué esa desconfianza repentira hacía él y no a mi amigo. Intenté explicarle mis razones, pero el no me dió tiempo de hacerlo.

Siento una fuerte opresión en el pecho, pero no lloro. Sé que llorar hace bien, pero hacerlo en exceso y por un mismo problema puede ser malo.

Recogí entre mis manos la libreta donde escribo mis canciones y la abro. Tomo un lápiz y comienzo a escribir mis sentimientos en ella.

"Derek, me encantaría poder darnos la vida que merecemos, que tú mereces, pero tranquilo, lo haré y pronto, es una promesa".