-Uno pequeño de chocolate, otro de frutilla y uno de vainilla ¿Vos de que queres? —me pregunto.
-Uno de vainilla también –Lo miré, me miraba con una sonrisa, y vaya que tenia una sonrisa hermosa. Baje la mirada con las mejillas rosadas. Fue algo tonto sonrojarme con una simple sonrisa, pero, si tan solo pudieran ver esa sonrisa.-Parece que tenemos algo en común -Me dijo despreocupado mientras tomaba los helados. Me dio el mío y el de Solana el agarro el suyo y el de Sofi.
Si, teníamos algo en común. Algo muy tonto e insignificante pero algo en común.
Conforme nos acercábamos hablando de cosas sin sentido. Nuestra edad y cosas así. Vimos que Solana y Sofi jugaban en las torres para chiquitos. Me sorprendió no ver a Sol atorada en uno de esos.
Nos sentamos todos en una banca mientras comíamos los helados. Conversábamos
con Liam mientras cuidábamos a Sofi en los juegos. El chico era muy gracioso y divertido, aparte de hermoso y sexy. Me hubiera gustado quedarme mas tiempo ahí con el pero empezó a obscurecer.
-Sofi, ya es tarde -Le advirtió Liam- Tenemos que irnos
—¡No! —chillo la pequeña —quiero estar con Sol y _______
Liam suspiro frustrado. No sabia que hacer.
—Sofi, hermosa —hablo Sol— Anda a casa, mañana podemos salir a jugar de nuevo
—¿En serio? —nos miro ilusionada—¿podemos Li? ¿Podemos salir con ellas mañana?
-Solo si te portas bien —le dijo con una hermosa sonrisa de lado.
Nos fuimos todos juntos caminando a nuestras casas. Solana dormiría conmigo esa noche. Íbamos diciendo bromas y jugando con Sofi de camino a casa. Esa niña me había conquistado desde el primer momento.
Llegamos a la puerta de mi casa y Sofi nos abrazo a ambas.
—Nos vemos mañana —se despidió contenta.
—Hasta luego, Sofi—dijimos Sol y yo al mismo tiempo. Como tantas veces lo hacíamos.
Liam se acercó y nos dio un pequeño beso en la mejilla. Su perfume olía tan bien.
-Hasta mañana, supongo —nos dijo sonriente.
-Si, adiós—se despidió Solana. Yo solo sonreí como tonta y me metí a mi casa. Solana se me quedo viendo, a punto de soltar una carcajada.
-El chico te encanto —soltó cuando cerro la puerta. La mire incrédula.
-¿Por que lo decis? —le pregunte indiferente.
-Oh, aceptalo! Esta hermoso, es tu tipo completamente ¡Y hasta es ingles! Tiene un acento súper sexy
-Bueno si pero -Me encogí de hombros desinteresada-No estoy como para fijarme en nadie.
Suspire y los ojos se me volvieron a llenar de lagrimas. Me tire al sillón y me tape la cara con mis manos.
Era verdad, no podría fijarme en nadie nunca más. Nunca pude enamorarme de alguien. Contaba con que algún día me enamoraría de alguien y me casaría con ese hombre. Pero ya no tenía esa opción.
-Se nos olvido el asunto un momento ¿no es así?-Me pregunto Solana, se sentó a mi lado y tomo fuerte mi mano —todo estará mejor. Encontraran una cura _______, recuerda que esta esa opción aun.
-Nunca fui alguien con suerte Sol, parece que no sabes. No soy alguien a quien le sucedan milagros -Admití amargamente- Me moriré y no puedo hacer nada contra eso.
-No hables así —me retó Niall llegando de repente- No morirás, enana.
-De acuerdo, encontraran una cura a mi enfermedad y no moriré -Dije con sarcasmo- Vamos, no soy tan tonta como para contemplar esa opción
-Bueno así deberías de hablar -Me dijo Solana. Niall se sentó a su lado y se abrazaron. Ella levanto la cabeza y se besaron dulcemente.
-Que demostrativos —me queje con burla.
Si, les tenía mucha envidia. Me pare y dirigí a las escaleras. Solana hizo ademan de levantarse.
-No, quedate aquí con Niall, necesitan un momento a solas, últimamente pasas todo el día conmigo.
-Eso es cierto -se quejo el con un puchero. Solana lo miro con ternura y volvió a su lado.
-En un momento voy con vos -Me dijo.
Subí a mi habitación, me quite los zapatos y me acosté en la cama con paciencia. En momentos como estos extrañaba más a mis padres. Tome aire y contuve las lagrimas.
No podía estar llorando cada segundo. Tenia que ser fuerte.
Me levante y abrí la puerta que por varios años había permanecido cerrada. Subí las viejas escaleras. Llegaban a un altillo que estaba allí desde antes que hicieran mi habitación. Ahí había guardado mi mama todos los documentos, fotos y cosas importantes antes de morir. De hecho, el día anterior, y desde entonces nadie había subido otra vez.
Estornude por el polvo y cerré la puerta a mi espalda. Admire el altillo un segundo.
Las paredes estaban viejas y la pintura color amarillo se caía. Habían dibujos en la pared que había hecho cuando tenía 9 años y fotos de Niall, Sol y yo de pequeños.
Estaba mi vieja mesita de te. Recuerdo que solíamos tomar el te y hablar como si fuéramos ingleses. Niall se quejaba pero al final terminaba jugando con nosotras.
Este era mi cuarto de juegos, nunca quería salir de aquí. Hasta que sucedió el accidente. Me cerré tanto a la realidad que hasta había olvidado que venia para acá.
No había superado la muerte de mis padres todavía. Algunas veces lloraba toda la noche y me quejaba con dios. Pero eso no servía de nada. Ellos no volverían a mi.
Un escalofrío recorrió mi espalda.
Me agache y tome una caja con fotos. Sacudí el polvo y la abrí, habían varios álbumes.
Eran fotos mías, desde que era una recién nacida. Con mis papás, con Niall, con Solana, con mis primos. Miles de fotos.
Dure una hora viendo todas las fotos. Lloraba, recordaba y me reía yo sola al ver algunas. Apreciaba cada minuto.
El sonido de mi celular me saco de mis pensamientos.
-Que pasa Sol—conteste.
-¿Donde te metiste _____? —me pregunto desesperada.
-Estoy en el altillo—le dije— ¿Te acordas? Cuando pasábamos acá días enteros.
-Obvio que me acuerdo—me respondió—voy para ahí.
Colgué y tome otras fotos. Allí ya estaba más grande. Tenía exactamente once años, y esas eran de las ultimas fotos que habían.Tome otra caja. Tenía hojas blancas y documentos.
Escuche pasos en la escalera y como abrían la puerta. Luego un corto jadeo de parte de Solana.-Dios ¿desde cuando no veníamos a este lugar? —Exclamo conmocionada.—¡Mira esas fotos!
-Lo se, mira, estos son nuestros dibujos—le enseñe unas hojas. Ella se sentó en el piso a mi lado olvidando su pantalón blanco. Veíamos nuestros dibujos y algunas cartas que nos escribimos. Las lágrimas se hicieron presentes de nuevo. Siempre fuimos muy emocionales.
Al último de la caja había un diario que no recordaba. Morado con plateado."The Bucket List"
1- Subirme a una montaña rusa. (No cuenta si es pequeña)
2- Hacerme un tatuaje
3-Comprar un boleto de avión al primer destino que tengan
4-Escaparme de mi casa
5-Vivir en Londres
6-Tener un baile romántico bajo la lluvia
7-Hacer un grafito en una pared
8-Robar una tienda de dulces
9-Decirle a alguien que no sea Sol todos mis secretos
10-Disparar una pistola
11-Tomarle la mano al chico que me gusta
12-Aprender a tocar guitarra
13-Escribir una canción.
14-Estar toda la noche con el chico que amo.
15-Quedarme despierta toda la noche solo para ver el amanecer
16-Aprender a andar en patineta
17-Besar al chico que amo bajo mi primera tormenta de nieve
18-Encontrar al chico de mis sueños
19-Decirle a el lo que siento
20-Hacer impacto en la vida de alguien
21-Ser amada
-No recordaba eso —admitió Solana.-Yo menos... ¿Te das cuenta de que tenia solo 11 años cuando escribí eso?
-Bueno, eras una nena muy precoz...
-No me refiero a eso — la interrumpí— es que son cosas que quiero hacer.
-¿Y por qué no las haces? —me pregunto. Como si fuera lo más normal del mundo.
-Si, como Niall me dejara hacerme un tatuaje y... Vivir en Londres y todo eso
-Mira, no son cosas imposibles, son cosas simples que deseas, entonces, ¿Por qué no? Dios quiera y no pero, imagina que no encuentren cura a tu enfermedad ¿te morirías sin haber hecho nada de eso?
Trague en seco. De hecho no me gustaba la idea de morirme sin haber cumplido por lo menos unas cuantas cosas. De todos modos, no era nada imposible. Eran pequeñas experiencias. Asentí con una sonrisa.
Nos quedamos ahí más tiempo, tomamos nuestras viejas muñecas. Ni siquiera recordaba lo divertido que era jugar así con mi mejor amiga.A la hora de la cena todos estábamos callados. Niall y Solana se daban miradas cómplices de vez en cuando y yo solo me sentía incomoda.