Esa noche nos quedamos viendo películas, hasta la madrugada. Aunque la mayor parte del tiempo nos dedicáramos a conversar y a decir tonterías, fue la tarde más especial que había tenido en mucho tiempo.
Me encantaba estar con Liam, me encantaba el hecho de estar en la ciudad donde siempre desee estar, era una linda sensación. No quería pensar en Niall en todo el tiempo que estuviera ahí, se que eso sonaba un poco egoísta pero no me importaba. Quería hacer lo que yo quería, no lo que el quisiera.
Le hice cena a Liam, de nuevo sandwiches, al parecer le habían encantado, estuvo conmigo en la cocina mientras los hacia. Me contó que su mama era chef profesional y que siempre quiso enseñarle a cocinar pero el era muy pequeño para aprender.
Me encantaba que el se abriera y me contara ese tipo de cosas, el me había dicho que nunca hablaba de su mama con nadie, que le dolía mucho recordarla, pero que a mi me tenia mucha confianza.
Decidimos apagar la televisión para ir a cenar en el balcón de la habitación de Liam. Me había contado que se veía el Big Ben y si, era una vista increíble, las luces lo iluminaban y yo simplemente no podía sentirme más feliz.
Apagamos todas las luces y nos quedamos sentados en el piso del balcón mirando hacia el Big Ben, a la luz de la luna, hablando de cosas profundas. Me pidió que le hablara de mis padres y le conté todo de ellos. Para mi eran los mejores padres del mundo y ellos no se merecían lo que les paso. No pude evitar llorar con sentimiento en el pecho de Liam, recordando. El me acariciaba el cabello con ternura, dejando que soltara todo lo que tenia, que me desahogara.
Después le pedí a el que me contara acerca de sus padres, lo único que sabia era que su mama había muerto y que no mantenía la mejor de las relaciones con su padre. No creí que me fuera a confiar algo tan difícil para el tan rápido, pero suspiro con pesadez, se trono los huesos de las manos y me miro a los ojos
—Vivía en una casa con mi mama en la parte central de Londres —comenzó— en realidad se suponía que mi padre vivía con nosotros pero casi nunca estaba. No recuerdo haberlo visto nunca rondando por ahí, más que en mi cumpleaños o en el de mi mama, en navidad y en algunas fechas importantes. Llegaba en la muy tarde en la noche o aveces ni siquiera llegaba a dormir.
Siempre tenia la misma excusa, el trabajo y yo siempre le creía, yo siempre me lo imagine sentado en un escritorio de una elegante oficina, con miles de papeles y cosas así, lo admiraba, por trabajar tanto y por ser un hombre tan dedicado. No fue hasta los trece años cuando descubrí que tenia como veinte amantes, y que a ellas les daba mas tiempo que a nosotros.
Mi mama era la esposa, la que iba con el a las fiestas y reuniones importantes, la que tenia su apellido y salía en las revistas, las otras lo tenían la mayor parte del tiempo, solo conocí a una de ellas, la mas importante creo
—¿Como te enteraste de esa mujer? —le pregunte conmovida. El miraba hacia delante con la expresión dura. Le haría bien hablar de todo eso, desahogarse con alguien.
—El me llevo alguna vez a su trabajo, siempre me dejaba con su secretaria Lucia, era una joven como de veinte años, yo me quedaba con ella en la recepción mientras el hacia lo que tenia que hacer.
Un día llego esa mujer, era delgada y morena, muy hermosa y joven. Le pregunto a Lucia por el, ella la dejo pasar de mala gana, de lejos se notaba que no le caía nada bien. Se metió con mi padre y yo quería escuchar de lo que hablaban, me metí al baño que quedaba justamente al lado de la oficina de el, me pare en el lavamanos y escuche por el ducto del aire lo que estaban hablando
"Jazmin, cariño, que dulce sorpresa" —le dijo mi padre con una voz melosa que nunca había escuchado en el. Ella rió y escuche que se besaban, era un sonido extraño para mi, me dio hasta asco.
"te tengo otra sorpresa, Nick, estoy embarazada" anuncio con emoción, su voz era suave y tierna. No escuche nada por unos segundos. "¿Que pasa, Nicky? ¿No te emociona que vayamos a tener un hijo?
"No" Grito enojado "yo tengo una familia y lo sabes ¡me dijiste que tomabas la pastilla!"
"Lo siento, esas cosas no son tan seguras Nicky..."
Eso fue lo ultimo que pude escuchar, tocaron la puerta y me baje asustado de donde estaba, salí del baño y le conté todo lo que había escuchado a Lucia, ella se quedo en shock, y me contó acerca de esa mujer, me advirtió que no le dijera nada a mi mama, que esas cosas eran "normales" entre los adultos y ella no tenia porque saber eso. Yo le hice caso, no le dije una sola palabra a mi mama, pero deje de ver a mi padre como lo veía, mientras mas crecí mas lo fui despreciando, mas entendía el asunto. No podía entender porque mi mama, si ella era tan dulce, podía estar con ese Hijo de puta.
Después mi mama se embarazo de Sofia —paro un momento y tomo aire. Le acaricie el brazo para que supiera que estaba ahí para el— El doctor nos dijo que Sofia se había acomodado mal en el vientre y tendrían que hacer una operación muy riesgosa para evitar que las dos murieran —Su voz se corto y un par de lagrimas recorrieron sus mejillas. Yo comencé a llorar en silencio, me dolió en el alma verlo llorar, en serio —nos tuvieron un día completo a mi y a mi padre en la sala de recuperaciones, el estaba muy preocupado, y yo mas, rezaba a cada minuto para que todo saliera bien. Un doctor gordo salió después de mucho tiempo a decirnos sin mucha ternura que mama no sobrevivió al parto, solo Sofia —Negó con la cabeza y se limpio las lagrimas con las manos, cosa que no sirvió de mucho pues las lagrimas volvían a salir —mi mama había muerto y yo no podía creerlo, la persona mas importante para mi ya no estaba... Claro que odie a Sofi un tiempo, creía que era su culpa que mi mama hubiera muerto, pero luego entendí que ella no tenia la culpa de nada, había sido un milagro que ella sobreviviera y la empecé a amar mas que a nadie en el mundo. Mi papa le tomo mucho coraje a mi hermana, la culpaba a ella. Vivió con nosotros en la casa un tiempo, cuando no estaba peleando conmigo estaba con su amante, yo ya no podía odiarlo mas. Nunca se comporto como un padre conmigo y menos con Sofia, así que yo siempre eh sido como su papa —sonrió melancólico— cuando cumplí los dieciocho y me compro el apartamento, viví solo con Sofi unas semanas, hasta que mi tía Margarita, hermana de mi mama, me llamo y dijo que quería que nos fuéramos a vivir con ella. Yo feliz me iba pero mi padre se opuso, recuerdo las palabras que le grito a mi tía por teléfono una vez "Quedate a la mocosa, haz lo que quieras con ella, pero Liam mi único hijo y se quedara con todo lo que tengo, no te lo llevaras de aquí" de milagro conseguí que me dejara viajar con Sofia a USA, le dije que volvería en menos de una semana —rió y me volteo a ver directamente a los ojos— pero te conocí y me quede mas de la cuenta, por lo que tuve un par de peleas con mi padre por teléfono.
—¿En serio? —le pregunte entre incrédula y contenta.
—Si, yo no quería irme lejos de vos —ambos sonreímos y nos quedamos en silencio unos segundos. El aun tenia los ojos mojados. Me acerque a él y limpie su cara con mis manos. Él se alejó de mi avergonzado y limpio su cara con su camisa.
—Ay yo eh llorado millones de veces cerca tuyo—murmure mirándolo con los ojos entrecerrados. El bufo y miro su reloj de muñeca.
—son las cuatro de la madrugada ¿No tienes sueño?
—Si, un poco —admití. El se levanto y se limpio su pantalón, luego me estiro la mano y me levante con su ayuda.—¿Donde esta el baño?
—Esa puerta —apunto a la puerta al lado del armario. Tome mi pijama y me metí, abrí la llave de la bañera y espere un rato a que se llenara, mientras me desnudaba. Estaba tan feliz y tan ridículamente contenta por lo que me había dicho Liam, el se había quedado solo por mi, eso era algo muy bueno ¿No es así? Había una pequeña posibilidad de que yo le gustara.
Mi sonrisa se borro en el instante en que me mire al espejo, ¿Como podía llegar a pensar que el podría gustar de mi? No era muy fea, pero tampoco era hermosa.
Mi cabello castaño siempre estaba despeinado y alborotado, mi nariz era chata y pequeña y mis labios eran muy grandes. No tenía ojos verdes o azules, sino unos horribles ojos marrones demasiado grandes para mi cara. Mi piel era morena, esa Trisha era rubia, seguramente con piel cremosa y dulce. Mi cuerpo era demasiado voluminoso, tenía unos senos y trasero grandes, no me quejaba de eso. Pero no me agradaba mucho a la hora de verme desnuda, era como una vaca. Suspire con el autoestima por el piso y me metí a la bañera.
—¿_______, te ahogaste o algo? Llevas como dos horas ahí adentro, ya esta saliendo el sol —hablo Liam tocando levemente la puerta. Yo estaba tan relajada que decidí ignorarlo y dejar mi cabeza recargada hacia atrás. —es en serio ______, si no contestas voy a entrar
Si claro, como si se atreviera a hacer eso. Tenía el cuerpo tan relajado que no tenia la fuerza para levantarme. Sabia que Liam no entraría porque el no era así, el respetaría mi...
—¡¿Que te pasa?! —grite exaltada mientras me sentaba en la tina de la sorpresa. Liam había entrado de repente. Y ahora se había quedado estático mirando hacia... ¡Diablos! Tenia todo el pecho al aire y lo peor de todo es que no pude reaccionar hasta unos segundos después. Me acoste de nuevo en la tina con cara de trauma.
—¡Perdón! —murmuro Liam avergonzado y salió del baño
¡Diablos, diablos! Que vergüenza ¿Que pensaría Liam ahora? Aparte me quede ahí como si tuviera los senos más bonitos del universo.
Me levante aun lamentándome y me seque lentamente. No quería salir pero tenía que hacerlo algún día.
Me puse mi pijama que consistía en un pantalón con bigotitos por todos lados y una blusa blanca con un bigote en el pecho. Tome aire y salí del baño con paso lento. Si tenia algo de suerte Liam no había logrado ver nada. Bueno, considerando que su mirada estaba justo ahí, lo mas obvio del mundo era que me había visto y muy bien.
La luz ya estaba apagada, lo único que iluminaba la habitación era la luz del baño, Liam ya estaba acostado, quizá hasta dormido.
Suspire y apague la luz, no veía absolutamente nada, estaba tan incomoda y nerviosa que me lance a la cama y para mi buena suerte -sarcasmo- caí justo encima de Liam, haciendo que soltara un quejido de dolor.
—Aquí estoy yo —murmuro con la voz ronca, yo rodé en la cama y me acosté a su lado. ¿Que otra cosa podía pasarme?
—Me di cuenta... —dije después de un segundo de incomodidad.
Ambos nos quedamos callados mirando hacia el techo. Sabia que él no estaba dormido porque su respiración era agitada, y se movía inquieto en la cama cada dos segundos.
—Siento haber entrado así _____... —se disculpo minutos después.
—Esta bien, pero ¿No viste nada... Cierto? —le pregunte temerosa, aunque ya sabia la respuesta.
El se quedo callado unos segundos.
—Bueno para que te digo que no si si —contesto al fin. Dejándome con la boca abierta y con las mejillas ardiendo —Me parece que...
—No digas nada —lo corte—olvidemos lo que paso ¿De acuerdo? Vos no viste nada.
—Esta bien —contesto. Suspire y me relaje un poco. No iba a hacer un completo drama solo por eso.
Yo era solo su amiga de todos modos y aquel malentendido no iba a cambiar.