Grabadora 9: Dos Demonios.
''Alejate de mi'' Retrocedía a paso lento pero seguro sin perder de vista a quien estaba enfrente de el. ''¡No te acerques!''
''...'' Sielencio.
''¿No es facil al principio, cierto?, aceptar que no hay manera de escapar.''
Sebastian estaba caminando con cautela y cuidando por donde pisaba entre las largas raizes y ramas caidas sin ojas de color negro de los arboles que lo rodeaban entre aquel bosque sin fin y ahora lleno de niebla que le resultaba casi imposible obervar lo que estaba por debajo de sus rodillas, aquel bosque del cual era prisionero desde hace demasiado tiempo que ya habia perdido la cuenta de los días y noches que habian pasado desde que llego ahí y sus continuas alucinaciones no ayudaban para nada.
Ya eran despues de las doce y habia llegado de asesinar a su mas reciente victima, la luna era lo unico que iluminaba su alrededor, el cielo despejado sin nubes pero aún así ni una estrella podía ser precenciada... eso le hacía preguntarse si en realidad estaba tan perdido dentro de su mente retorcida que ya le era imposible notar una señal de luz en la oscuridad.
Por otro lado él comprendía como se sentía Miller, si alguien sabía el terror que se siente cuando te topas en una situación como esta...el indicado era Sebastian. Él habia pasado por muchas cosas desde que ocurrio ese día que tanto odiaba con lo poco que le quedaba de razón y sentimientos. Las cosas que ha hecho desde ese momento lo habían cambiado drastricamente hasta llegar al borde de perder casi completamente la cordura.
¿Por que había pasado todo esto?
Antes de que todo el desastre y caos apareciera en su vida él era un chico que pudo haberse llamado normal en muchos sentidos, no le hacía daño a nada y a nadie, asistía al colegio como era de ser por mas que odiara el lugar como cualquiera, tenía amigos, familia, un hogar en donde dormía, si bien era cierto que se pasaba la mayor parte del tiempo en su cuarto distraido en juegos de video, también lo era que a pesar de ver tanta violencia en aquella pantalla de su televisor núnca imagino que algun día el juego se convertiría en realidad en un abrir y cerrar de ojos.
Ahora era un asesino, o quiza ese no era el termino adecuado, un esclavo. Esclavo de su creatura de ojos que cambian conforme a su estado de animo, una bestia infernal dificil de describir con garras capaces de despedazar el cuerpo humano en cuestion de segundos, una creatura con un apetito insaciable por la carne humana y cuya bebida era la sangre inocente de las almas que Sebastian era obligado a tomar por la fuerza con ayuda de su ahora deseo por matar.
Sí, era inegable ahora por más que trataba de convencerse.
Deseaba matar. Oh, la dicha de arrancarle la vida a cualquiera que él quisiera con un solo movimiento de su arma hacía que una sonrisa saliera sin avisar seguida de una pequeña carcajada que le helaba la piel a cualquiera de sus victimas. La última persona que desmembro fue un vago que se encontraba buscando alimento en los contenedores de basura, sus ropajes viejos y sucios desprendian un olor estupefacto, sin duda llevaba usandolas por mas de meses. A juzgar por sus ojos azules rodeados de piel arrugada y su rostro con barba repleta de canas debío de ser un anciano no muy lejos de la muerte.
Nadie lo extrañara. Su creatura le susurro mientras miraban desde el otro lado de la calle al vago. Sin familiares que lloren por él, un alma olvidada por la sociedad...Mátalo.
La expresión que aquel hombre tenía en su cara cuando lo vió fue de sorpresa, pero cuando observo lo que llevaba en sus manos, su arma, comenzo a retroceder dejando expuesto su obvio terror y desesperacion. No fue poco después que se encontraban en un callejón y el hombre perdio la vida a manos de él. Fue más rápido de lo que esperaba. Esta vez la creatura decidio llevarse consigo su mano en lugar de llevarse el brazo completo como lo hacía con las personas anteriores. Esta marcaba la victima número 57.
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Demencia.
HorrorUna cabaña. Un bosque. Un lago. Un chico aburrido y sus padres en vacaciones. ¿Qué puede salir mal? O al menos eso es lo que pensó. Sebastian Elerick es culpado de haber cometido homicidio múltiple después de unos sucesos que nadie logra comprender...