Safely

Capítulo 3: Secuestro.

Siempre me ha gustado la lluvia. Estoy sentada en un sillón, este queda al lado de la ventana. Las gotas van cayendo con fuerza contra el cristal juntamente con el viento que lo golpea. Me encuentro en un quinto piso y las personas con paraguas invaden la calle principal. Hailey lleva llamándome desde que hemos terminado las clases. Aún no he respondido. Seguro que empezará a quejarse de mi y me dirá que no puedo seguir apartándome de la sociedad. Que me quedaré sola. La pantalla se vuelve a iluminar mostrando su nombre. Dejo un suspiro y contesto.

— Hola Hailey. — digo poniendo el altavoz. Tengo mi cuaderno de arte sobre las piernas y voy haciendo pequeños trazos para remarcar las sombras de mi dibujo.

—¿Por que no contestabas? — me pregunta con voz acusadora.

— Me he quedado sin batería. — miento.

— Explícamelo todo. — chilla des de la otra punta del interfono. Arqueo las cejas confundida.

— ¿El que? — pregunto borrando una parte del dibujo y volviéndola a trazar.

— No te hagas la confundida, sale todo en el blog de SoyC. — se me hiela la columna. SoyC es un blog anónimo de una chica del instituto. Ella lo sabe todo. Los cotilleos mas impactantes y los escándalos salen a la luz gracias a esa página web. La verdad es que nunca he salido en él. Solo se toma la molestia de hablar de las chicas mas populares.

—¿SoyC ha hablado de mi? — digo corriendo hacia mi portátil y abriéndolo de golpe.

— ¿No lo has visto? — dice confundida y eufórica al mismo tiempo.

Rápidamente entro en el blog. El primer título dice "¡Samantha Smith embarazada!". Bajo para ver las otras entradas. Todas son de los chicos de ultimo curso. Nada de mí. Me muerdo el labio nerviosa. Seguro que Hailey me está engañando. Pero luego lo veo.

"La pequeña Young es igual que su hermana.

Hoy, lunes doce de septiembre, se ha visto a la pequeña Young en el comedor con Peter Nichols el chico nuevo del instituto. Ese chico ha arrasado en solo un día dejando un montón de corazones rotos al ver a Olivia con él. ¿Serán estos dos pareja? ¿O nos ocultan algo mas?

Pronto lo sabremos queridos míos. "

—¿Por que se inventará eso?— suspiro.

—¿Es mentira? — dice ella decepcionada.

— Claro. — digo yo cerrando el portátil de golpe. — Sabes que nunca seré como mi hermana. Peter no es para mi.

— Yo lo vi interesado. — dice. — Además, antes eras así.

— Antes. — digo yo volviendo hacia el sillón de la ventana.

— Vamos Liv, antes eras la bomba. Siempre mascabas ese chicle rosa y no parabas de hacer burbujas con él. Todos lo chicos estaban locos por ti. Eras la capitana de las animadoras. Ese chico te hizo cambiar.

— Él me abrió los ojos Hailey.

— No es verdad.

— Si lo es.

— Da igual, tengo que colgar. — digo poniéndome el móvil en la oreja. — Mis padres no están y tengo que prepararme la cena.

— ¿A donde han ido? — pregunta curiosa.

— La tía Stormy les ha enviado unas entradas para la cena benéfica de un hombre. — digo levantándome y dirigiéndome a la cocina.— No recuerdo su nombre.

— Pero me dijiste que esa mujer era un gorrona. — exclama.

— Lo es. — digo abriendo la nevera y sujetando el móvil con el hombro. — Seguro que tiene sus razones para hacerlo.

— Qué raro. — dice pensativa.

— Tengo que colgar, mañana nos vemos.

— Adiós.

— Bye.

Cuelgo el teléfono y cojo las croquetas de pescado envueltas en papel transparente. Nunca me ha entusiasmado el pescado pero las croquetas lo vuelven todo mas delicioso. Las meto en el microondas un minuto para que se calienten. El plato va girando lentamente dentro del artilugio.
Alguien llama a la puerta. Los toques son rápidos y decididos. Me acerco hacia la abertura de madera confundida. Puede que sea la vecina, pienso. La abro ligeramente para ver quien se encuentra detrás. Estoy en pijama así que pasa un brazo por delante de mi barriga para crear seguridad. Cuando veo al inquilino tengo que pestañear un par de veces pare creérmelo.

— ¿Qué haces aquí? — digo abriendo la boca sorprendida. Él me hace a un lado y entra dentro de la casa sin pedir permiso. — Eh. — me quejo.

— Tienes que venir conmigo. — me dice Peter cruzando los brazos. Abro la boca aún mas cuando lo dice.

— Estás loco. — afirmo en voz alta. Él niega con la cabeza y me coge del brazo tirándome hacia la puerta. — ¡Déjame! — grito intentando quitarme su brazo de encima.

—Mira, esto es por tu bien. — dice cogiéndome como un saco de patatas. Empiezo a gritar. Puede que algún vecino lo oiga. Él baja las escaleras de tres en tres, haciendo saltos rápidos. — Cállate.

— Dejaré de gritar si me dejas en el suelo. — me quejo. El me deja pero continua agarrándome el brazo. — ¿Esto es una broma?— pregunto confundida cuando llegamos a la puerta principal.

Su coche esta aparcado justo delante de la entrada de mi bloque de pisos. Está con los faros encendidos y el motor en marcha. Él abre la puerta del copiloto y me arrastra hasta ahí poniéndome el cinturón de seguridad por encima. El vehículo huele a desodorante masculino. Cuando él corre hacía la puerta del conductor cojo la manilla metálica que abre la puerta y la empujo con fuerza para salir, está bloqueada. Emito un grito de frustración.

— ¡Mierda! — grita Peter pisando el acelerador. El coche arranca a tal velocidad que salgo disparada hacia adelante, suerte que tenia el cinturón.

—¿Qué pasa? — pregunto mirando hacía atrás. Un coche negro nos persigue desde la lejanía.

— Esos, bonita, son los que tienen que darte miedo.

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Que os parece la historia?

El archivo multimedia es Peter ;)

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Un beso.