Capítulo 5: Un corazón roto.

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Alguien golpea la puerta. Abro los ojos rápidamente, despertándome bruscamente de un sueño. Pestañeo un par de veces antes de ver lo que está pasando. Peter se halla delante de la puerta abierta. Tiene los brazos cruzados y la frente arrugada. Otro chico un poco mayor esta fuera, con una bolsa negra muy grande en la espalda. Este es rubio, con el pelo rizado igual que Peter, pero de color limón. Es un poco mas alto que mi amigo, lo sobrepasa unos cinco centímetros. Su modo de vestir es muy similar. Lleva una cazadora tejana desgastada y unos pantalones negros. Está muy serio, creo que no le veo sonreír en ningún momento. Él le pasa la bolsa a Peter intercambiando algunas palabras, se hablan sin ningún gesto y muy bajo, como si compartieran un secreto. El chico rubio se gira y empieza a andar hacía la salida rápidamente, sin despedirse. Peter cierra la puerta y se da la vuelta hacía mi.

— ¿Qué hay en la bolsa? — pregunto sentándome con la espalda apoyada en la pared. Él me mira sorprendido. Deja la bolsa negra en el medio del colchón y se sienta a mi lado.

— Ahora lo verás. — dice abriendo la cremallera. Solo puedo ver un suéter negro y unos pantalones de chandal marrones que tapan el resto de objetos. Él los saca y los tira a un lado para poder observar el resto de cosas. Un portátil TOSHIBA gris ocupa la mayor parte del sitio. Es viejo, pero se ve en buen estado. Este lo saca con cuidado y lo aposenta delante de mi. El resto de cosas que puedo ver son un par de calcetines blancos, otro jersey negro, un teléfono móvil antiguo y un cargador para el portátil. Cierra la bolsa sin sacar las otras cosas.

—¿Quién era ese chico?— pregunto cruzando las piernas. Él está abriendo el portátil, presionando el botón de encendido con determinación.

— Mi hermano. — dice cuándo sale un "Bienvenido" en la pantalla.— Nos ha llevado algunas cosas para distraernos. — me mira un par de segundos y luego mira el suéter negro que está tirado en el borde de la cama. — Este es para ti.

Con rapidez lo agarro y me lo pongo de un tirón. Ahora estoy mucho mas cómoda. Es una sudadera con capucha, bastante amplia y con un gran bolsillo en la barriga. La verdad es que me estaba muriendo de frío.

—¿Quieres ver una peli? — me pregunta abriendo el Netflix del portátil.

— Tengo hambre. — le digo poniéndome la mano en la barriga. Él arruga el entrecejo y se muerde el labio pensativo.

— Qué prefieres ¿pizza o comida china?— me pregunta con una mirada suspicaz. Le devuelvo la mirada con una sonrisa. No te dejes engañar, me dice mi subconsciente. Pero yo no le hago caso, nunca lo hago.

— Pizza. — digo saltando de la cama. Él coge el teléfono antiguo de la bolsa y yo busco el número en internet. Pide una pizza familiar de Bacon Crispy y una pequeña de Carbonara. Le digo que me pida un Té helado y el solicita una Coca-Cola. Mientras habla por teléfono me va lanzado miradas de vez en cuando. Tiene algo especial en los ojos, cómo una chispa que me vuelve loca. Cuando cuelga deja el móvil en la mesita de noche y se estira a mi lado.

Vamos descartando géneros de películas poco a poco. Le he dejado claro que nada de terror. Siempre que veo una me paso toda la semana sin poder dormir. Aún no entiendo la razón, supongo que he nacido siendo una miedica. No tengo remedio. Él ha descartado las románticas así que nos hemos quedado con las de comedia, que nos gustaban a los dos.

— ¿Qué te parece esta?— me dice señalando la de "Deadpool", me encojo de hombros y luego asiento.

Cuando llevamos cinco minutos de vídeo llega la pizza. No consigo ver el hombre porque Peter se ha puesto testarudo que me cerrara en el baño por si acaso. Pero obviamente era el repartidor. Cuando el alimento pasa por mi cuerpo noto como toda yo se despierta. Realmente no me había percatado que tenia tanto hambre. Me como la pequeña en un par de segundos y luego voy a por la grande. Peter está ten inmerso dentro de la película que no parece darse cuenta de nada. Cuando me he comido la mitad de la pizza familiar decido dejar un poco para él. Me he perdido la mitad del argumento así que me limito a mirar las imágenes y intentar captar algo.

— Eh. — se queja Peter. — ¿Qué ha pasado con la pizza? — su mirada pasa hacía mi. Emito una risa nerviosa.

—Lo siento. — digo con una sonrisa de culpabilidad. El se acerca hacía mi como una pantera apunto de acechar a su presa. Con unos movimientos rápidos sus manos pasan por mi cintura y empieza ha hacerme cosquillas. Me retuerzo de la risa. Las cosquillas son una de mis debilidades. — ¡Para! — grito riendo.

— Te has comido mi pizza. — dice simulando indignación en su voz. Él se queda sobre mi cuerpo, con los brazos extendidos a los lados de mis hombros, haciendo fuerza marcándole los músculos trabajados. Nuestros rostros se encuentran a menos de cuatro centímetros el uno del otro. Sus ojos me analizan la boca, pidiéndome permiso para besarme. Por unos segundos se lo acepto, cerrando los párpados. Pero luego lo recuerdo, recuerdo a Scott, tengo miedo. Sus labios no serán los de él. Giro la cabeza a un lado cuando él se acerca. — ¿Por que no quieres que te bese? — me pregunta a un centímetro de mis labios. Puedo oler su aliento a pizza.

—Lo siento. — digo cerrando los ojos para contener las lágrimas. Él parece darse cuenta así que se estira a mi lado y pasa su brazo por detrás de mi espalda.

—¿Qué pasa? — parece confundido. Es la primera vez que lo veo así.

— Tengo miedo. — le susurro al oído. — Me rompieron el corazón una vez, no quiero que vuelva a pasar.

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Muchas gracias a todos!

Espero que os guste mucho la historia :)

En multimedia: Fluorescent adolescent- Arctic Monkeys

Un beso.

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