6.

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La noche anterior

Estabas durmiendo tan tranquilamente cuando un ruido te despertó. Abriste los ojos creyendo que sería Obito que entraba en tu habitación tal y como te habia prometido la noche anterior. Pero para tu sorpresa no era Obito quien estaba alli. Te asustaste al ver a aquellos tres hombres estáticos mirándote de pie en frente de tu cama. No parecían mucho más mayores que tú. Uno de ellos, el que creías que el líder, era un chico que a tu parecer no debía superar los dieciocho, de pelo rubio atado en una coleta alta y parte de su cara tapada por un largo flequillo. Te miraba con una sonrisa bastante burlona. Miró a sus dos compañeros y te asustaste aun más.

De entre las sombras salió el segundo chico. Tenía el pelo anaranjado alborotado y con la cara llena de piercings. Su rostro era severo y añadiendo eso a que tenía una hora aterradoras y que la mirada que te echaba era como si te intentaste matar con ella no mostraba mucha confianza.

Por último, te fijaste en el chico que se encontraba más próximo a ti. Se arrodilló ante ti. Cogió tu mano y la besó. Era el que más confianza que transmitía. El chico era pelirrojo con los ojos tristes que te hacían preocuparte por él. El chico parecía mucho más pequeño que tú por lo que pensaste que sería su primera misión.

Tenía grandes dudas del porque ellos estaban allí. Tal vez le había pasado algo a Obito y ellos venían a avisar, pero ¿Obito te había dicho si tenía amigos allí?  No lo recordabas muy bien del todo.

-¿Quienes sois? ¿A que habéis venido?

-¿Eres (T/N) verdad? Obito-san nos ha hablado sobre ti.- dijo el chico pelirrojo.- nos pidió que te lleváramos a la guarida para ponerte a salvo.

Algo no te sonaba del todo bien. Obito no quería que te involucras mucho en esa vida que llevaba ahora por lo que lo que estaba diciendo es ese chico no te concordaba mucho.

-¿Donde esta Obito-kun? ¿Por qué no ha venido el?

- Está de misión por eso no ha podido venir

-¿Le habéis hecho algo verdad?

-Te ha dicho que está de misión niña.- El rubio fue quien habló esta vez.- Más te vale colaborar si no quieres que te llevemos a la fuerza.

Eso fue lo que te hizo darte cuenta de que esos tres chicos no iban de parte de Obito. Miraste a los tres y muy lentamente te levantaste. Ellos lo tomaron como que ibas a cooperar pero ese no era tu plan. En cuanto te dejaron el suficiente espacio, empujaste al pelirrojo e intentaste salir de tu habitación,  pero con estuviste cercana a salir de allí, el chico rubio te cogió para que no pudiese huir ni gritar. Forcejeastéis, llevando al chico de un lado al otro de la habitación, golpeando y tirando todo lo que había en las estanterías. Una de esas veces, el chico debía hacerse bastante daño porque te había soltado. Veías muy cercana a tu libertad pero un golpe te llevó a la oscuridad. Lo último que pudiste ver es el chico de pelo naranja, que no sabía movido en ningún momento, con una barra de hierro con sangre en las manos.

Cuando despertaste, lo primero que viste fue que te encontrabas en una habitación de paredes de piedra. Estabas tapada con una manta raída y mohosa. Fuiste levantarte pero una cadena atada a tu muñeca y al poste de la cama impedía que te movieses. La puerta de la habitación se abrió dejando pasar un poco de luz. El pelinaranja entra en la habitación en silencio trayendo una bandeja con algunos utensilios como una botella de alcohol, aguja, hilo, vendas, tijeras y un mechero. Dejó las cosas sobre la mesa y te cogió de la muñeca para sentarte más cerca del borde de la cama,  cosa que hiciste a la fuerza. El chico bajo a tu cabeza y con cuidado separo tus cabellos (t/cp) y en un algodón puso algo de alcohol y lo puso en tu cabeza. Escocía mucho. Fue ahí cuando recordaste que te había dado un golpe con una barra de hierro y que estaba manchada de sangre. Te debía de haber hecho una herida en la cabeza y el chico te la estaba curando. Sonreíste sin darte cuenta. Encendí el mechero y tras enhebrar la aguja la acercó al mechero hasta ponerla al rojo vivo. Te asustaste de nuevo pero él se calmó.

-Es para que no se te infecte la herida.

Te sorprendiste mucho al oírle hablar. Esperanzada de poder saber dónde estabas hablaste.

-¿Donde estoy?

-Estás en una de las celdas de Akatsuki

-¿Porque estoy aquí?

-Queríamos darle una lección a Tobi pero se nos fue de las manos. Siento haberte golpeado en la cabeza. Ahora no te muevas.

Fuiste a decir algo pero al sentir una serie de pinchazos en la cabeza hicieron que te mantuvieras en silencio. Cuando terminó de curarte, vendó tu cabeza poniendo una gasa tapando la sutura. Fue entonces cuando volviste hablar.

-¿Qué hizo Obito?

-Volver a buscarte. Y antes de que preguntes te explicaré. Desde que Tobi llegó aquí, se le notaba triste como si hubiera perdido a alguien muy querido para el. Con el tiempo, descubrimos que era porque la chica de la que estaba enamorado dejó de venir a este pueblo. Desde hace como un mes Tobi se comportaba de forma distinta. Junto con los otros dos chicos que visten de habitación, somos un equipo, por lo que hacemos juntos las incursiones al pueblo. Nos dimos cuenta de que actuaba raro porque no nos esperaba y nunca sabíamos donde se escondía. Hasta que un día le seguimos y descubrimos que tú eres la razón por la que se encontraba tan raro. Fue entonces cuando decidimos darle una lección. No esperábamos que despertarás por lo que tuvimos que idear otro plan que no salió del todo bien.

El chico recogió las cosas y fue a salir. Le hiciste una última pregunta antes de que se fuera.

-¿Cómo te llamas?

-Pain

Susurraste un gracias justo cuando el chico salió para dejarte sola y en la más absoluta oscuridad.

CONTINUARÁ

Viviendo Con Un NinjaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora