4.

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Los días iban pasando y tu sentías más ganas de salir y buscar a Obito para saber si estaba bien o no. Pero cada vez que lo intentabas, uno de los hermanos Uchiha acaba acompañandote por lo que era imposible que realizases lo que tanto querías. Siempre estaban a tu alrededor como si supieran lo que realmente estabas pensando y lo que querías hacer. Más de una noche te intentabas quedar despierta por si Obito regresaba pero ningún día conseguías mantenerte el suficiente tiempo despierta como para verle cuando venía a cuidarte de noche. Desde ese día, Obito iba casi todas las noches A verte para cerciorarse de que no eras un sueño, de que realmente habías vuelto. Por otra parte, tu todas las mañanas te despertabas con la sensación de que Obito había estado ahí.

Como todas las mañanas despertaste y fuiste a mirarte al espejo. Abriste mucho los ojos al ver que tenías una marca en el cuello ¿Te la habría hecho Obito? Te sonrojaste mucho al pensar en ello. Aplicaste maquillaje sobre la marca para que ninguno de sus dos compañeros lo vieran y pudiesen sospechar. Bajaste lentamente hacia la cocina donde pudiste oír los gritos de los dos hermanos.

-¿Otra vez discutiendo desde por la mañana?

Ambos chicos se miraron para después mirarte a ti. Itachi te dedicó una cálida sonrisa mientras que Sasuke se puso rojo como un tomate. Tu relación con Sasuke había cambiado bastante desde que llegaste a esa casa. Al principio siempre había sido muy frío contigo y no se paraba a pensar lo que te decía, pero ahora era mucho más comedido a la hora de hablar y siempre te decía las cosas con un leve amago de sonrisa. Obviamente las discusiones entre vosotros seguían pero no eran tan frecuentes como antes.

-No-no estábamos peleando (T/CP)

-¿(T/CP)?

Tanto había cambiado tu relación con Sasuke que ahora te decía un mote cariñoso aunque a ti no te gustaba del todo. Itachi os veía como la perfecta pareja de casados y os lo decía haciéndoos enfadar.

-Bueno, no os peleeis vosotros parejita.

-¡NO SOMOS UNA PAREJA!

Os quedasteis mirando y empezaste a reír porque lo habíais dicho a la vez. Al rato empezasteis a desayunar mientras que pensabas alguna manera de poder escapar de ellos para poder ir a buscar a Obito pero como todos los días siempre conseguían retenerte con alguna actividad. Hoy era ver una película de esas que duran horas y horas y que eran muy aburridas. Normal que acabaras durmiendote.

Te encontabas sentada en una ladera con un vestido blanco con flores azules que Mikoto te había regalado por tu doceavo cumpleaños. Veías a los dos primos Uchiha jugando con dos palos como si de espadas se tratasen. Luchaban para conseguir salvar a la princesa, es decir a ti. Itachi se encontraba tumbado en el suelo algo alejado de vosotros ya que no le apetecía jugar hoy con vosotros. Cada vez estabas más y más aburrida porque ni Obito ni Sasuke ganaba. Al principio les mirabas muy animada deseando que fuera Obito el que ganara y te salvara de tu alta torre. Pero después de unos diez minutos peleando ya te habías aburrido. Te tumbase en el cesped extendiendo todo tu pelo (T/CP) por el césped. Cerraste los ojos centrandote en el sonido que producía el aire, 3l cantar de los pájaros, el sonido del choque de los palos, las pisadas de alguien acercándose. Te quedaste quieta hasta que sentiste a esa persona arrodillarse a tu lado y retirar un mechón de tu pelo permitiendole ver bien tu rostro. Lo siguiente que sentiste fue una leve caricia de lo que pensaste que serian los labios de esa persona sobre los tuyos. Abriste lentamente los ojos y viste que quien había hecho eso era tu querido Obito. Te pusiste muy roja por lo que había pasado y por lo que dijo.

-¿Mi princesa despertó con un beso de amor verdadero?

Abriste los ojos al sentir demasiado real esa caricia de tu sueño. ¿Había sido un sueño? Cerraste los ojos al escuchar un ruido en la habitación. Fue entonces cuando le oíste. Esas mismas palabras de tu sueño se repetían pero ahora en la realidad.

-¿Mi princesa despertó con un beso de amor verdadero?

Al ver que te había descubierto abriste los ojos lentamente y te incorporaste en la cama. Ante ti se encontraba él. Tu amor durante tanto tiempo. No sabías que decir exactamente. Estaba tan cambiado. Su pelo ahora estaba un poco más largo. Llevaba el ojo izquierdo tapado y en el lado derecho del rostro algunas heridas.

-(T/N) no has cambiado casi nada desde que te fuiste.

Tu primer impulso fue abrazarte pero cuando fuiste a hacerlo el te detuvo haciendo que tu rostro se tornase muy triste.

-Lo siento mi princesa, pero no debes hacerlo.

Agachaste la cabeza por lo que no pudiste ver como se quitaba la chaqueta que llevaba mostrando un mono de color negro. Fue entonces cuando te abrazó el a ti. Te explicó que en su abrigo tenía puesto sensores que podían liberar agujas con uno de los venenos más letales que se conocen. Miraste asustada ese abrigo y el besó con cariño tu frente. Te sentías como cuando eras pequeña, pero sabías que todo había cambiado, que nada volvería a ser como antes. Tras un rato abrazados, el se separó para recrear ese momento de tu sueño. Rozó con mucho cuidado tus labios con los suyos. Sólo hizo eso, una leve caricia que te llenó el alma. Después de permanecer abrazados sin decir ni una palabra, Obito se separó y tras besar tu frente se colocó su abrazó subiéndose a la ventana.

-¿Cuándo volveré a verte Obito?

-Mañana vendré a la misma hora, como he estado haciendo desde que viniste.

Sin decir nada más saltó de la ventana dejándote sola. Te tumbaste en la cama y cerraste los ojos intentando conciliar de nuevo el sueño, pero no soñaste nada que superase ese momento que acabas de vivir. Ese era el verdadero sueño.

CONTINUARÁ

Viviendo Con Un NinjaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora