05. Pie Izquierdo

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Mierda. – Grito Harry mientras se levantaba apresurado de la cama. - No vuelvo a confiarle nada a un reloj.

Eran las 7:00 de la mañana, se suponía que Harry debía levantarse mas temprano para desayunar, darse un baño, pasar tiempo con el perro, en resumen hacer las cosas con calma. Pero ahora se encontraba poniéndose los pantalones con furia por culpa de que la traición del reloj.

La clase empezaba en 30 minutos, si no queria llegar tarde el primer día tendria que correr, correr mas de lo que Forest Gump habia echo en toda su vida.

Aunque tenia una bicicleta.
¿Pero quien podia culparlo? En momentos asi olvidas hasta tu nombre. Eso o Harry es idiota.

Hola chiquito. – El perro se acababa de despertar tambien, bostezando y revolcándose en la cama. - Tengo que dejarte comida.

Una vez que el chico termino de "arreglarse" (Unos jeans rotos y una campera negra sobre una remera blanca con franjas de colores opacos) salio corriendo hacia abajo, con el cachorro siguiéndolo detrás, arrastrando las patitas debido al resbaloso piso de cerámica.

En ese momento Harry se dio cuenta de que no tenia comida para perro. ¡Pero eso no era ningún problema para Super Harry! Pensó como si fuera algún tipo de superheroe. Habia aprovechado para ir al supermercado el día anterior, el problema es que no se le habia pasado por la cabeza el comprar alimento para su nuevo huespede. Sin embargo pensó que de seguro tenia algo que como mínimo sea comestible para el perro.

El pequeño giraba entre las piernas de Harry, ladrando y juguetando con la lengua fuera. Tras revolver la cocina entera encontró un poco de la cena que habia quedado de la noche anterior y se lo dio al perro en un plato.

Sorprendentemente el animal lo recibió con gusto, devorando el plato con furia.

– Cuando hay hambre, todo resulta apetecible.

Harry se agito un poco el cabello y miro su reloj de mano, se dio cuenta del poco tiempo que quedaba asi que tomo su mochila que habia preparado la noche anterior y salio de la casa con la bicicleta en brazos.

Una vez fuera, el clima frio lo azoto, la calle todavía seguia húmeda y habia hojas por todos lados. Se puso la capucha, levanto la vista y vio algo extraño en la casa de enfrente. Tras ver mejor se dio cuenta de que era Louis, limpiando la ventana de su casa con un trapo color amarillo. Llevaba puesta una camiseta gris y rayas azules con mangas levantadas y unos pantalones negros. Harry comenzaba a pensar que no importara como se vistiera Louis, siempre iba a lucir genial.

Harry sonrio alegre mientras agitaba la mano y Louis, tímidamente imitó la acción del rizado.

Sin mas se subió a su bicicleta y le dio a los pedales con fuerza, haciendo crujir las ruedas. No habia casi nadie en la calle asi que pudo llegar rápido al centro, donde se encontraba el insituto de artes Picasso. Uno de los mas prestigiosos de la ciudad y quizas donde muchos directores famosos de Hollywood habrían estudiado.

Encadeno la bicicleta y abrió la puerta del Insituto haciendo sonar una pequeña campana sobre su cabeza.

Justo a tiempo. – Dijo una secretaria rubia con un rodete atado sin despegar la mirada de su computadora.

¿Acaso eres bruja? – Dijo Harry dejando el morral sobre el escritorio de la chica mientras respiraba con dificultad.

- Acertaste. - Respondió entregándole un vaso de agua al agotado chico. – Y mi mejor hechizo es el llamado "Base de datos".

Harry rodó los ojos mientras bebía el agua. Una vez que termino se la devolvió a la chica y volvio a colocarse el morral.

Harry Styles. – Pronuncio la chica lentamente. – Salon 11, subes las escaleras y giras a la derecha.

Cuatro Paredes | Larry Stylinson ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora