20. Sobre Negro

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Cuando Harry llegó a la casa de Louis sus nervios no habían disminuido lo suficiente para poder hablar con tranquilidad. Solo podía desear que su chico este bien.

¿Su chico?

¿Acaso dentro de su cabeza había llamado así a Louis? Quizás. No estaba seguro. Todo era demasiado confuso para procesarlo.

El viento entraba por la ventana rota del chico de ojos azules, mientras que el castaño rizado se bajaba apresurado de su bicicleta e iba disparado hacia la puerta de entrada de la casa.

Golpes veloces a la madera. El grito de Harry para que alguien abriera la maldita puerta. Nunca en su vida había sentido tal preocupación, no estaba hecho para estas situaciones.

Entonces Louis abre la puerta. Su primer reacción fue saltar a los brazos de Harry, y presionarlo con las fuerzas que le quedaban. Apagando todo el miedo y nervios, por que el chico de ojos azules se derretía al estar en aquellos brazos que ahora lo rodeaban. Era un fuego repentino que curaba hasta la grieta más profunda, que limpiaba hasta la lágrima más grande.

¿Que pasó Louis? - Dijo Harry mientras cerraba la puerta de la entrada. – tu mensaje y vine lo más rápido que pude.

Y ahí es cuando desvía la mirada y ve algo que no cuadra. El desastre de la ventana, y entre los cristales, un sobre negro que llama la atención.

Louis, quien ya se había calmado un poco, respira hondo y empieza a explicar. – No lo se, un hombre apareció en la ventana y de la nada la hizo pedazos con una piedra. – Junto los brazos y despacio se acercó hasta la escena del crimen. – Dejo esto.

El chico se agachó lo suficiente para tomar el presente que el extraño le había dejado. Lo soplo un poco, sacando todos los pequeños cristales del papel y se lo entrego a Harry.

El rizado sujetaba el sobre entre sus manos, el mismo era completamente negro, sin indicación alguna. Delante de ellos, la cortina de la ventana que se movía por el fuerte viento, y los autos pasando a gran velocidad solo hacían el ambiente aún más tenso.

Harry sintió como Louis se aferraba levemente a su brazo, pero estaba muy concentrado en descubrir que se escondía detrás del papel, por lo que sin más esperar lo abrió rompiéndolo.

El sonido del papel rasgándose suena abrupto, dejando entrada para que la mano de Harry se esconda dentro del sobre ya abierto.
Sujeta algo que se siente plastificado.
Lo retira del sobre.

Son un montón de fotos Polaroid.
Son fotos de Louis.
Pero no de cualquier tipo, aquellas eran fotos que nadie antes había visto, fotos que nadie debía sacar.

El pulso de Louis se aceleró al ver la primera foto, la cual fue suficiente para que en cuestión de segundos le arrebate de las manos el conjunto de fotos a Harry. Era demasiado vergonzoso, sus mejillas estaban rojas y parecía que la sangre corría más rápido por sus venas.

¡Louis! – Grito Harry al ver como Louis se dirigía con paso firme a la cocina. Con el montón de fotos en la mano derecha, de las cuales la mayoría todavía eran desconocidas para el rizado.

El chico de ojos azules no se detuvo, siguió caminando hasta llegar a la estufa, sin perder tiempo y como si estuviese huyendo de Harry, encendió una de las hornallas y puso las fotos sobre la fuerte llamarada de fuego.
Lentamente estás comenzaron a quemarse, el humo brotaba de aquellas imágenes. Louis estaba firme y con una mirada fría y seca en su rostro.
Harry, que se encontraba detrás suyo, no intento siquiera acercarse a detenerlo.

Cuatro Paredes | Larry Stylinson ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora