04. Tormenta

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Ya eran las 12 AM, Harry se encontraba dentro de su cama, tapado con la enorme sabana hasta el abdomen. La lluvia fuera que habia comenzado desde hace varias horas dejaba pequeñas gotas de agua impregnadas en la ventana, que se reflejaban en las paredes del cuarto debido a la luna llena que iluminaba esa noche.

Lo único que destacaba de la oscura habitación era la pequeña pantalla del celular de Harry, quien no paraba de sacarle fotos al dormilón cachorro que se encontraba sobre su regazo y enviárselas a Niall.

Por dentro bien sabia que su deber era devolvérselo a su dueño. Pero otra parte de el anhelaba quedarse con el canino. La forma en que lo miraba, jugaba con cualquier cosa que encontrase, lo relajado que dormía a pesar de la fuerte tormenta. Eran cosas que no ayudaban.
Harry nunca habia tenido una mascota debido a que en su casa no se lo permitían y ahora, que vivía solo, podria hacerlo sin problemas.

[ Mensaje de Niall ]
"Parece un Husky."
00:17 AM

[ Mensaje de Harry ]
"¿Esa es la raza del perro?"
00:17 AM

[ Mensaje de Niall ]
"Si la memoria no me falla."
"¿Te acuerdas aquella vez en la veterinaria de papa en la que trajeron un perro muy similar?"
00:18 AM

[ Mensaje de Harry ]
"Ah cieeerto."
"Pobre perrito, tenia la pata muy lastimada."
00:19 AM

[ Mensaje de Niall ]
"Si. Es un perro muy lindo."
"No creo que debas quedártelo Harry."
00:20 AM

[ Mensaje de Harry ]
"Basta con tu tonta moral."
"Sabes que lo estoy pensando seriamente."
00:20 AM

[ Mensaje de Niall ]
"Pffff, bueno."
"Nunca tuviste una mascota, seguramente el pobre se muera a los dos días."
00:21 AM

[ Mensaje de Harry ]
"Gracias por tu positividad."
00:22 AM

Luego de hablar de un par de tonterías mas, con los ruidos de los truenos y rayos mezclándose de fondo, el rizado se despidió de su hermano y guardo el celular bajo su almohada.

Tomo el reloj que se encontraba sobre la mesita a su derecha, el cual marcaba con letras blancas brillantes el día miércoles y estableció una alarma para las 6:30 AM

Harry, dispuesto a dormir, recostó la cabeza en la nube llena de plumas y cerro los ojos. Mañana comenzaría su primer día en el instituto de cine y no podía darse el lujo de llegar tarde.

Minutos después, el tranquilo ambiente del cuarto fue interrumpido por el ruido del teléfono de abajo.

El rizado abrió los ojos molesto, dejo al pequeño sobre el colchón, se levanto colocándose sus pantuflas cafés y bajo las escaleras con desgano.

Todo estaba muy oscuro, los rayos de vez en cuando iluminaban un poco la sala, pero no era suficiente. Harry tocando las paredes intentaba localizar el interruptor. Por mas que lo intentara todavía no se acostumbraba a la nueva casa. Tras varios tropezones encendió la luz y localizo el teléfono que se encontraba en el living y rápido fue corriendo hacia el.

Cuatro Paredes | Larry Stylinson ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora