19. Encapuchado

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Los humanos somos frágiles, por mas resistente que nuestra coraza pueda parecer.

La piedra se raya, el vidrio se quiebra.
La nieva es fría pero suave al tacto.
El hielo se vuelva agua al calor abrasador.
El fuego se apaga con una suave ventisca.
Nadie es indestructible, y nadie permanece igual durante el tiempo.

Eran palabras honestas escritas sobre una hoja en blanco. Por primera vez Harry estaba ignorando completamente la clase, enfocándose solamente en escribir. Aquella mañana estaba muy desconcentrado y sin muchos ánimos.
La tarde del día anterior había avanzado con normalidad, luego del café paseo con Eleanor, hicieron una caminata casual por el parque y finalmente la llevo hasta su casa.

No había pasado a ver a Louis, las luces de su casa estaban apagadas y las cortinas cerradas. Fue directo a su casa y sin siquiera mirar su celular se fue a dormir.

Tenía las energías para pasar el día, pero le faltaban los ánimos.

- Harry...

- Harry...

- ¡HARRY!

El castaño levanto la cabeza asustado. El profesor estaba llamándole la atención, perfecto pensó. Soltó el lápiz y se acomodo en el asiento.

- ¿Que ángulo de cámara usarías para representar soledad o tristeza en un personaje Harry?

El castaño permaneció pensando unos segundos. Tener la mirada de todos los demás alumnos encima era incómodo. ¿Acaso nadie tenía tarea que copiar? ¿Un mensaje que responder quizás?

- ¿Un angulo superior profesor? - Respondió con ese tono de duda en la voz característico.

- Perfecto Harry, parece que tenemos a un chico multitareas.

El aula comenzó a reír, y aunque se sintiera más como un cumplido que un sermón Harry sentía muchísima vergüenza. Nego con la cabeza y volvió a lo suyo, aunque no por mucho tiempo, ya que Jade, que se sentaba detrás, lo agarró por los hombros.

- ¿Como estuvo todo con Eleanor ayer? ¿Te billetera sigue intacta?

- Era domingo, y por trabajar allí me hicieron descuento. - Respondió Harry para luego girar la cabeza devuelta a su cuaderno.

Jade se encogió en su asiento y llamo la atención de Ashton para que se uniera a la conversación.

- Esta muy paranoica Harry. No le hagas caso. No entiende que la chica está enamorada.

Harry se dió vuelta de golpe mientras echaba una carcajada. - ¿Acaso estás celosa Jade?

- No te ilusiones Harry. No me impresionas. - Y Ashton se aguantaba las ganas de gritarle al castaño en la cara. La respuesta de Jade había dado en el clavo.

- De cualquier forma. - Respondió Harry esquivando el tema. - ¿Por que tanta desconfianza a Eleanor?

- La pregunta es ¿Por que no? - Jade hizo expresión de obviedad y Ashton casi que la imitaba a la perfección. - Esa chica es una maldita. Su familia tiene fama de estafadores y yo mismo puedo comprobarlo.

Era bastante extraño para Harry escuchar las palabras Eleanor y estafadora juntas. Más que nada por que era la última impresión que te daría la muchacha. No estaba seguro de aquello, pero de lo que si estaba seguro es que Eleanor buscaba algo más que amistad, que cliché relato.

- Es cierto, el padre de Jade firmó un contrato con el padre de Eleanor antes de morir y nunca más cumplieron con su palabra. - Ashton lo contaba con cuidado, como si hubiesen micrófonos a su alrededor, aunque para Jade parecía una situación imaginable. De pronto su teléfono comienzo a sonar. Ashton se quedó viendo la pantalla. - Perdón, tengo una llamada importante. - Luego de eso se levantó de su asiento y salió de la clase..

Cuatro Paredes | Larry Stylinson ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora